Pregunta: “�A qu� se dedicaba un profeta en el Antiguo Testamento?”

Respuesta:

topreadz.com/Espanol Pregunta: “�A qu� se dedicaba un profeta en el Antiguo Testamento?” Respuesta: Un profeta en el Antiguo Testamento era alguien que Dios usaba para comunicar Su mensaje al mundo. A los profetas tambi�n se les llamaba “videntes” porque pod�an “ver”, espiritualmente hablando, ya que Dios les daba una visi�n (1 Samuel 9:9). Los profetas…

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Pregunta: “�A qu� se dedicaba un profeta en el Antiguo Testamento?”

Respuesta:
Un profeta en el Antiguo Testamento era alguien que Dios usaba para comunicar Su mensaje al mundo. A los profetas tambi�n se les llamaba “videntes” porque pod�an “ver”, espiritualmente hablando, ya que Dios les daba una visi�n (1 Samuel 9:9). Los profetas pueden dividirse en “profetas escritores”, como Isa�as, Daniel, Am�s y Malaqu�as, y “profetas no escritores”, como Ah�as (1 Reyes 11:29), Mica�as (2 Cr�nicas 18:7) y Eliseo (1 Reyes 19:16). Tambi�n hay algunos profetas an�nimos en el Antiguo Testamento, como el profeta sin nombre de Jueces 6:7-10.

Los profetas proced�an de distintos lugares, se dirig�an a diferentes audiencias, ten�an estilos �nicos y utilizaban m�todos muy variados. La mayor�a de los mensajes de los profetas del Antiguo Testamento se refer�an al pueblo de Israel; si se mencionaban otras naciones en los or�culos, normalmente era en relaci�n con los tratos de esas naciones con Israel. La mayor�a de los profetas de Dios eran hombres, pero el Antiguo Testamento tambi�n menciona a profetisas como Miriam (�xodo 15:20), D�bora (Jueces 4:4) y Hulda (2 Reyes 22:14). Todos los profetas compart�an algunas caracter�sticas que hac�an que sus ministerios fueran “prof�ticos”.

A un profeta lo llam� Dios para ser profeta. Isa�as y Ezequiel recibieron visiones de la gloria de Dios (Isa�as 6; Ezequiel 1). Dios le dijo a Jerem�as que hab�a sido escogido incluso antes de su nacimiento: “Antes que te formase en el vientre te conoc�, / y antes que nacieses te santifiqu�, / te di por profeta a las naciones” (Jerem�as 1:5). Una descripci�n com�n de la fuente del mensaje es que “la palabra del Se�or vino” al profeta (Jerem�as 1:2; Ezequiel 1:3; Oseas 1:1; Joel 1:1; Jon�s 1:1; Miqueas 1:1; Sofon�as 1:1; Hageo 1:1; Zacar�as 1:1). Otra descripci�n es que el profeta recib�a un “or�culo”, es decir, una revelaci�n especial de Dios (Isa�as 13:1; Habacuc 1:1; N�meros 24:16).

Un profeta deb�a transmitir el mensaje de Dios correctamente. El profeta Mica�as lo expres� bien: “Vive el Se�or, que lo que el Se�or me hablare, eso dir� [al rey]” (1 Reyes 22:14). Los que, como Jerem�as, trataron de guardar silencio se dieron cuenta de que no pod�an hacerlo (Jerem�as 20:9). Los que, como Jon�s, trataron de evitar su responsabilidad fueron corregidos (Jon�s 1:3-4). Otros, como el profeta an�nimo de Jud� que desobedeci� directamente el mandato divino, perdieron la vida (1 Reyes 13:15-24).

A veces un profeta ten�a una apariencia �nica. El�as era conocido por llevar “vestido de pelo, y ce��a sus lomos con un cintur�n de cuero” (2 Reyes 1:8). El manto de El�as que dej� para Eliseo tambi�n se consideraba un s�mbolo del oficio prof�tico (2 Reyes 2:13-14). Dios dijo a Ezequiel que se afeitara la cabeza y la barba (Ezequiel 5:1). Otros profetas fueron apartados de otras formas: A Jerem�as, por ejemplo, se le dijo que no pod�a casarse (Jerem�as 16:2); a Oseas se le dijo que se casara con una prostituta (Oseas 1:2). Todos los profetas eran reconocidos como aquellos a trav�s de los cuales Dios hablaba (aunque su mensaje no fuera bien recibido).

Por lo general, los profetas llevan una vida dif�cil. Isa�as fue enviado a un pueblo “que siempre o�a, pero nunca entend�a” (Isa�as 6:9), y (seg�n la tradici�n) acab� siendo asesinado por sus acciones. Ezequiel ministr� a “un pueblo rebelde” (Ezequiel 12:2). La reina de Israel intent� acabar con la vida de El�as (1 Reyes 19:2). Jerem�as fue arrojado a una cisterna, donde “se hundi� en el cieno” (Jerem�as 38:6). Jes�s habl� de Jerusal�n diciendo que eran como los que: “matan a los profetas y apedrean a los que les son enviados” (Lucas 13:34), y, dirigi�ndose a los dirigentes jud�os de su tiempo, Esteban hizo esta pregunta condenatoria “�A cu�l de los profetas no persiguieron vuestros padres?” (Hechos 7:52).

Con frecuencia, un profeta del Antiguo Testamento predec�a el futuro. A veces, las profec�as se refer�an a acontecimientos que iban a ocurrir pronto; por ejemplo, Jos� predijo siete a�os de abundancia seguidos de siete a�os de hambre en Egipto, acontecimientos que ocurrieron en los siguientes catorce a�os (G�nesis 41:25-36). Muchos otros profetas predijeron cosas en un futuro lejano; por ejemplo, muchas de las profec�as de Daniel y Zacar�as se refieren a la segunda venida de Cristo y a otros acontecimientos del fin de los tiempos (Daniel 12:1; Zacar�as 12:10).

El Antiguo Testamento tambi�n menciona a los falsos profetas. Se trata de mentirosos que dec�an hablar en nombre de Dios, pero que pretend�an enga�ar al pueblo o servir a sus propios intereses. Acab ten�a casi cuatrocientos falsos profetas de esta clase a su servicio (1 Reyes 22:6, 23). La obra de Nehem�as se vio afectada por varios falsos profetas y una falsa profetisa (Nehem�as 6:14). La prueba de un profeta era el 100% de exactitud en lo que dec�a (Deuteronomio 18:22). Si las predicciones de un profeta no se cumpl�an, entonces no pod�a estar hablando en nombre de Dios, ya que Dios nunca miente (N�meros 23:19).

El papel de profeta del Antiguo Testamento alcanz� su consumaci�n en la persona de Juan el Bautista, anunciado en Malaqu�as 4:5 (cf. Lucas 7:26-27); y en Jesucristo, que fue el Profeta “como Mois�s” anunciado en Deuteronomio 18:15 (cf. Hechos 3:22).

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