Pregunta: “�C�mo debe mirar un cristiano las reliquias?”

Respuesta:

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Pregunta: “�C�mo debe mirar un cristiano las reliquias?”

Respuesta:
Una astilla de la cruz de Jes�s ha sido encontrada en Turqu�a. La s�bana del peque�o Jes�s ha sido encontrada en Alemania. El dedo �ndice de Juan el Bautista se exhibe ahora en un museo de Missouri (EE.UU.) en un relicario. Las reliquias�art�culos religiosos cuidadosamente conservados y destinados a ser respetados�han desempe�ado un papel importante en muchas religiones, incluida la cristiana. En la Edad Media hab�a cientos de supuestos lugares de enterramiento de los doce ap�stoles. Se ha dicho que se pod�a construir un gran barco con todos los pedazos de madera que supuestamente eran de la cruz de Jes�s. La reliquia cristiana m�s famosa, la S�bana Santa, atrae a cientos de miles de visitantes cada a�o. �Deben los cristianos interesarse por las reliquias?

Es innegable que ser�a sumamente interesante que se pudiera descubrir y verificar un trozo real de la cruz de Jes�s o una espina de la corona de espinas. El problema es que no hay absolutamente ninguna manera de saber si un trozo de madera de Jerusal�n es del siglo I de nuestra era. Alguien podr�a afirmar que sali� de la cruz de Jes�s, pero �c�mo se justificar�a esa afirmaci�n? La madera puede proceder f�cilmente de un poste de una cerca de Judea. En los primeros siglos de la Iglesia Cat�lica Romana, las reliquias se convirtieron en una gran estafa. Parece que todas las iglesias de Europa ten�an alg�n tipo de reliquia para atraer a los visitantes. Si una iglesia de una ciudad cercana “descubr�a” una reliquia m�s importante, se desataba una competici�n en la que las reliquias “descubiertas” eran cada vez m�s impresionantes. Todo esto para decir que es muy poco probable que alguna de las reliquias cristianas descubiertas en los �ltimos 2.000 a�os tenga una relaci�n aut�ntica con Jes�s o los ap�stoles.

Uno de los peligros que conlleva la veneraci�n de las reliquias es la tentaci�n de cometer idolatr�a. Esto es exactamente lo que ocurri� en el antiguo Israel. Dios hab�a dicho a Mois�s que hiciera una serpiente de bronce para salvar a los hebreos de una plaga de serpientes venenosas (N�meros 21:8-9). Esa serpiente de bronce fue guardada por los israelitas como recuerdo de la bondad y la salvaci�n de Dios; sin embargo, en la �poca del rey Ezequ�as, la “reliquia” se hab�a convertido en un objeto de adoraci�n. Las reformas de Ezequ�as incluyeron romper en “pedazos la serpiente de bronce que hab�a hecho Mois�s, porque hasta entonces le quemaban incienso los hijos de Israel. (Se llamaba Nehushtan)” (2 Reyes 18:4). Las ayudas f�sicas a la fe, si no est�n ordenadas por Dios, son innecesarias y conducen inevitablemente a la superstici�n y la idolatr�a.

No hay absolutamente ning�n poder en las reliquias cristianas. Aunque se descubriera toda la cruz de Jes�s intacta, no tendr�a ning�n valor espiritual. Las reliquias no nos permiten, de ninguna manera, acercarnos a Dios. Las reliquias no deben ser motivo de oraci�n, ni de culto, ni deben utilizarse de ninguna manera como medio para conectar mejor con Dios. Utilizar las reliquias de forma semejante a un talism�n es una descarada idolatr�a (�xodo 20:3; Isa�as 42:8). Una iglesia sofisticada llena de reliquias no es un lugar de adoraci�n m�s v�lido que una simple tienda de campa�a en la selva. Adoramos al Se�or en esp�ritu y en verdad (Juan 4:24), no por medio de �dolos, iconos o reliquias, ya sean verdaderos o falsos.

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