Pregunta: “�Cu�l es la C�mo puedo reconocer una iglesia saludable?”

Respuesta:

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Pregunta: “�Cu�l es la C�mo puedo reconocer una iglesia saludable?”

Respuesta:
Dios estableci� la iglesia para que fuera el agente principal en el cumplimiento de Sus prop�sitos en la tierra. La iglesia es el cuerpo de Cristo — el coraz�n, las manos, los pies y la voz de Dios alcanzando a la gente en el mundo. Las iglesias saludables tienen todo tipo de forma y tama�o. Aunque el crecimiento num�rico puede ser un indicador de salud (Hechos 2:47; 5:14; 16:5), no garantiza el bienestar de una iglesia. La salud de una iglesia se mide en t�rminos espirituales y b�blicos m�s que num�ricos.

Aunque ninguna denominaci�n o congregaci�n es perfecta, la Biblia presenta varias caracter�sticas que nos ayudan a reconocer una iglesia que se ajusta a los est�ndares de Dios:

Una iglesia saludable ense�a una sana doctrina basada en todo el consejo de la Palabra de Dios (Tito 1:9; 2:1; 1 Timoteo 6:3-4; 2 Timoteo 2:2). Cuando los creyentes se re�nen, tanto para la adoraci�n en grupo como para el estudio en peque�os grupos, la Biblia debe ser el centro de la ense�anza. La interpretaci�n fiel y la aplicaci�n diaria de la sana doctrina b�blica producir�n una vida cristiana saludable (1 Timoteo 1:10; 4:6; 2 Timoteo 3:15-17). La centralidad de la verdad b�blica preserva el bienestar de la iglesia local, as� como de su liderazgo (2 Timoteo 1:13-14; Tito 1:6-9). Y cuando la verdad b�blica y la sana doctrina se priorizan, se salvaguardan y se ense�an sin compromiso, entonces todas las dem�s caracter�sticas de una iglesia saludable seguir�n naturalmente.

Una iglesia saludable reconoce las calificaciones b�blicas de los l�deres espirituales. Por ejemplo, los l�deres piadosos no deben ser arrogantes, irascibles, violentos, codiciosos o deshonestos, sino que deben ser hospitalarios, sabios, justos, rectos, disciplinados y devotos (Tito 1:6-9; 1 Timoteo 3:1-7).

Una iglesia sana producir� l�deres seg�n el ejemplo de Jesucristo, quien es la cabeza de la iglesia (Efesios 1:22-23; 4:15; 5:23 Colosenses 1:18). Jes�s lider� a trav�s de Su servicio (Mateo 20:25-28; Juan 13:12-17). Jes�s tambi�n pas� la mayor parte de Sus tres a�os en el ministerio relacion�ndose estrechamente con los doce disc�pulos, ense��ndoles, entren�ndoles, y dej�ndoles observar Su vida. Los buenos l�deres identifican y entrenan a otros l�deres (Hechos 6:1-7).

Los l�deres b�blicos son buenos administradores del ministerio y de los recursos que Dios les ha confiado (1 Corintios 4:1-3; 9:17; 1 Pedro 4:10). Aunque no debemos esperar que los supervisores de una iglesia saludable sean perfectos, deben ser l�deres servidores que participen en el entrenamiento de disc�pulos, equipando a los creyentes para el ministerio y ayudando a otros siervos de Dios a convertirse en l�deres maduros y piadosos (Efesios 4:11-16).

Una iglesia sana enfatiza en el discipulado, el cual produce seguidores fieles que, una vez m�s, no son perfectos, sino que conocen y aman a Dios y buscan obedecer Su Palabra (Juan 8:31-32; 14:15; 1 Juan 2:3-6). El discipulado incluye involucrarse en la vida de la iglesia, construir relaciones aut�nticas con otros creyentes (Hechos 2:42-47; 1 Corintios 10:17), ejercer los dones del ministerio y el servicio (Romanos 12:4-8; 1 Corintios 12:7), crecer en santificaci�n (1 Tesalonicenses 4:3-4; 5:23), y dar fruto (Juan 15:5-8).

Una iglesia sana cumple su parte en la obediencia a la Gran Comisi�n (Mateo 28:19-20) de difundir la buena noticia que Jesucristo muri� por nuestros pecados, resucit� de la muerte a la vida y ahora reina para ofrecer el perd�n de los pecados, una nueva vida en el Esp�ritu y la vida eterna a todos los que se arrepientan y crean. La evangelizaci�n abarca la extensi�n local, las misiones en el mundo, y compartir simplemente el evangelio con las personas en nuestra vida diaria. Como embajadores de Cristo en esta tierra, los creyentes est�n llamados a ser “grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; a �stos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aqu�llos olor de vida para vida” (2 Corintios 2:15-16).

Otras se�ales de una iglesia saludable se pueden observar en la nueva iglesia emergente del libro de los Hechos (Hechos 2:42-47). La iglesia primitiva se dedicaba a la doctrina b�blica, reuni�ndose para orar, adorar y tomar la cena. Estos primeros cristianos se dedicaban fervientemente los unos a los otros, formando un ambiente de amor y generosidad donde todos se cuidaban entre s�. Una iglesia saludable hoy en d�a mostrar� el mismo entusiasmo por la vida cristiana aut�ntica y participar� en los prop�sitos y la obra del reino de Dios en esta tierra.

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