Pregunta: “�Cu�l es la postura b�blica sobre la inseminaci�n artificial?”

Respuesta:

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Pregunta: “�Cu�l es la postura b�blica sobre la inseminaci�n artificial?”

Respuesta:
La inseminaci�n artificial, tambi�n conocida como inseminaci�n intrauterina (IIU), es un procedimiento m�dico en el que el esperma de un hombre se implanta en el �tero de una mujer en el momento y lugar precisos para aumentar las posibilidades de embarazo. Aunque normalmente se utiliza junto con la medicina de la fertilidad en las mujeres, no siempre es as�. La inseminaci�n artificial se diferencia de la fecundaci�n in vitro en que la fecundaci�n se produce en el interior de la mujer y de forma m�s natural, mientras que la fecundaci�n in vitro se produce fuera del �tero, y luego el �vulo u �vulos fecundados se implantan en el �tero de la mujer. La inseminaci�n artificial no da lugar a que se desechen o no se utilicen los embriones. La inseminaci�n artificial no tiene una tasa de efectividad tan alta como la fecundaci�n in vitro, pero muchos cristianos la consideran una alternativa m�s aceptable.

�Deber�a una pareja cristiana casada considerar la inseminaci�n artificial? La Biblia siempre describe positivamente el embarazo y el tener hijos (Salmo 127:3-5). La Biblia no rechaza en ning�n momento el deseo de tener hijos. El hecho de que la inseminaci�n artificial no tenga los dilemas morales de la fecundaci�n in vitro pareciera hacerla una alternativa v�lida. Por lo tanto, si la inseminaci�n artificial aumenta las posibilidades de que una pareja inf�rtil tenga hijos, puede ser algo que una pareja cristiana puede considerar en oraci�n.

Algunos se oponen a todas las opciones de fertilidad debido a que tales procedimientos supuestamente no tienen en cuenta la soberan�a de Dios. Sin embargo, Dios es tan capaz de impedir el embarazo tras la inseminaci�n artificial (y la fecundaci�n in vitro) como de impedir el embarazo despu�s de una relaci�n sexual normal. La inseminaci�n artificial no “anula” la soberan�a de Dios. Nada anula la soberan�a de Dios. As� como lo demuestra el relato de Abraham y Sara, Dios es capaz de permitir que una mujer reproductivamente muerta quede embarazada y tenga un beb� sano. Dios es absolutamente soberano sobre el proceso reproductivo. Si es la voluntad soberana de Dios que una mujer quede embarazada, ella quedar� embarazada. Si no es la voluntad soberana de Dios, ella no quedar� embarazada, sin importar los m�todos que la pareja intente.

S�, una pareja cristiana casada puede considerar en oraci�n la inseminaci�n artificial. Como en todas las cosas, una pareja que considera la inseminaci�n artificial debe pedir a Dios sabidur�a (Santiago 1:5) y una gu�a muy clara del Esp�ritu Santo.

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