Pregunta: “�Cu�ndo se escribieron los Evangelios?”

Respuesta:

Pregunta: “�Cu�ndo se escribieron los Evangelios?”

Respuesta:
Es importante entender que la fecha de los Evangelios y otros libros del Nuevo Testamento es, en el mejor de los casos, una conjetura bien fundada y, en el peor, una absurda especulaci�n. Por ejemplo, las fechas sugeridas para la escritura del Evangelio de Mateo van desde el a�o 40 d.C. hasta el 140 d.C. Este gran rango de fechas de los eruditos indica la naturaleza subjetiva del proceso de dataci�n. Generalmente, uno encontrar� que las presunciones de los eruditos influyen en gran medida en la determinaci�n de la fecha de los Evangelios.

Por ejemplo, en el pasado muchos te�logos liberales han argumentado a favor de una fecha posterior a la de muchos de los libros del Nuevo Testamento de lo que probablemente se justifica o es v�lido, en un intento de desacreditar o poner en duda el contenido y la autenticidad de los relatos de los Evangelios. Por otro lado, hay muchos estudiosos que buscan una fecha mucho m�s antigua de los libros del Nuevo Testamento. Hay algunos que creen que hay buena evidencia para apoyar la opini�n de que todo el Nuevo Testamento, incluyendo el Apocalipsis, fue escrito antes de la destrucci�n de Jerusal�n en el a�o 70 d.C. Sostenemos que la evidencia apoya la fecha anterior m�s que la posterior.

Hay estudiosos que creen que el Evangelio de Mateo fue escrito unos 10 o 12 a�os despu�s de la muerte de Cristo. Aquellos que sostienen esta fecha anterior de Mateo creen que �l escribi� primero su Evangelio en arameo, y posteriormente fue traducido al griego. Una de las evidencias de esta fecha previa del Evangelio de Mateo es que los l�deres de la iglesia primitiva como Ireneo, Or�genes y Eusebio registraron que Mateo escribi� por primera vez su Evangelio para los creyentes jud�os mientras a�n estaba en Palestina. De hecho, Eusebio (un obispo de Ces�rea y conocido como el padre de la historia de la iglesia) inform� que Mateo escribi� su Evangelio antes de salir de Palestina para predicar en otras tierras, lo que Eusebio dice que ocurri� unos 12 a�os despu�s de la muerte de Cristo. Algunos eruditos creen que esto situar�a la escritura de Mateo ya entre los a�os 40 y 45 d.C. y tan tarde como el 55 d.C.

Incluso si los Evangelios no fueron escritos hasta 30 a�os despu�s de la muerte de Cristo, eso todav�a colocar�a la escritura de ellos antes de la destrucci�n de Jerusal�n en el a�o 70 d.C. Esto no presenta un gran problema con su autoridad o exactitud. La transmisi�n de tradiciones y ense�anzas orales era algo com�n en la cultura jud�a de esa �poca, y se cultivaba y practicaba mucho la memorizaci�n. Adem�s, el hecho de que incluso en esa �poca hubiera habido un n�mero considerable de testigos oculares para disputar y desacreditar cualquier afirmaci�n falsa, y el hecho de que ninguno de los “dichos severos” de Jes�s se tomaron de los relatos de los Evangelios, respalda a�n m�s su exactitud. Si los Evangelios hubieran sido editados antes de ser escritos, como algunos eruditos liberales sostienen, hubiera sido una labor muy deficiente. Los escritores dejaron muchos “dichos severos” y relatos culturalmente inaceptables y pol�ticamente incorrectos que necesitar�an ser explicados. Un ejemplo de esto es que los primeros testigos de la resurrecci�n fueron mujeres, que no eran consideradas testigos confiables en la cultura de ese d�a.

Lo esencial para los cristianos es esto: si los Evangelios fueron escritos poco despu�s de la muerte de Cristo, o no hasta 30 a�os despu�s de Su muerte, no importa realmente, porque su exactitud y autoridad no se fundamenta en cu�ndo fueron escritos sino en lo que son: la Palabra de Dios divinamente inspirada (2 Timoteo 3:16). Tambi�n debemos recordar que una de las promesas que Jes�s hizo a Sus disc�pulos fue que les enviar�a “otro Consolador”, el Esp�ritu Santo, que les ense�ar�a todas las cosas y “os recordar� todo lo que yo os he dicho” (Juan 14:26). As� pues, independientemente de que los Evangelios se escribieran pocos o muchos a�os despu�s de la muerte de Jes�s, podemos tener una confianza y una fe totales en su integridad y exactitud, sabiendo que fueron escritos por “hombres movidos por el Esp�ritu Santo” (2 Pedro 1:21), que registraron con exactitud las mismas palabras de Dios.