Pregunta: “�Debe haber jerarqu�a en la familia?”

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topreadz.com/Espanol Pregunta: “�Debe haber jerarqu�a en la familia?” Respuesta: El tema de la jerarqu�a en las familias seguramente levantar� ampollas cada vez que se mencione. Una de las razones por las que con frecuencia somos sensibles a este tema es nuestra incomprensi�n de c�mo Dios ve la jerarqu�a. Para el mundo, la jerarqu�a familiar es…

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Pregunta: “�Debe haber jerarqu�a en la familia?”

Respuesta:
El tema de la jerarqu�a en las familias seguramente levantar� ampollas cada vez que se mencione. Una de las razones por las que con frecuencia somos sensibles a este tema es nuestra incomprensi�n de c�mo Dios ve la jerarqu�a. Para el mundo, la jerarqu�a familiar es sin�nimo de dominio, control y superioridad. Sin embargo, estas cosas son contrarias al ideal de Dios para la familia. El sistema del mundo clasifica a las personas o a los grupos seg�n su importancia y los trata como corresponde. En el sistema de Dios, ser el mayor significa que debemos convertirnos en el servidor de todos (Marcos 10:42-44). Debe haber jerarqu�a en las familias cristianas, pero no en la forma en que naturalmente podr�amos imponerla.

Cuando Dios cre� la familia, comenz� con un hombre y una mujer (G�nesis 1:27). Luego les orden� “fructificar y multiplicarse” (G�nesis 1:28). Cuando Ad�n y Eva pecaron, Dios castig� a cada uno de ellos de diferentes maneras. Parte del castigo de Eva fue que estar�a impulsada por el deseo de controlar a su marido, pero Dios pondr�a al hombre por encima de ella en autoridad (G�nesis 3:16). Aunque esto era parte de la maldici�n de Eva, tambi�n era la forma en que Dios proteg�a a las mujeres en el futuro. �l hab�a creado a Eva diferente de Ad�n y, para que trabajaran juntos de forma complementaria, s�lo uno pod�a estar al mando. Sin jerarqu�a, tenemos anarqu�a.

Efesios 5 retoma este tema y profundiza en las funciones del marido y la mujer. Pablo comienza la secci�n sobre la familia en el vers�culo 21 con “Someteos unos a otros en el temor de Dios”. Con esa mentalidad, estamos preparados para aceptar los detalles de la jerarqu�a de Dios para la familia. Si no estamos dispuestos a vivir en sumisi�n mutua, f�cilmente distorsionaremos y destruiremos la estructura que Dios dise�� para que las familias prosperaran.

Dios dio al marido el papel de siervo-l�der, del mismo modo que Jesucristo fue un siervo-l�der (Marcos 10:45). Las responsabilidades del hombre son las de amar a su esposa abnegadamente (Efesios 5:25), cuidarla como a su propio cuerpo (Efesios 5:28-29), vivir con ella sabiamente (1 Pedro 3:7) y educar a sus hijos en la “disciplina y amonestaci�n del Se�or” (Efesios 6:4). Dios coloc� toda la responsabilidad de la salud familiar sobre los hombros del marido. Los esposos y los padres deben dar cuenta de su servicio al Se�or en la forma en que sirvieron, guiaron y amaron a sus familias.

A la esposa, Dios le otorga el papel de ayuda id�nea en la jerarqu�a familiar (G�nesis 2:18). M�s que indicar sumisi�n al hombre, la palabra ayuda se usa tambi�n para el Se�or: “Nuestra alma espera al Se�or; nuestra ayuda y nuestro escudo es �l” (Salmo 33:20; cf. Salmo 124:8). Jes�s utiliz� el t�rmino Ayudante para describir el papel del Esp�ritu Santo en nuestras vidas (Juan 14:17, 26). Por lo tanto, mientras que Dios pone la mayor parte de la responsabilidad familiar en el marido, �l coloca una carga m�s ligera en la esposa y le ordena que se someta al liderazgo de su marido, as� como el marido se somete a Cristo en todas las cosas (Efesios 5:22-24). Un marido sabio busca la opini�n de su esposa en las decisiones familiares, pero una esposa sabia sabe cu�ndo dar un paso atr�s despu�s de expresar su opini�n. Lo ideal es que marido y esposa est�n de acuerdo en las decisiones familiares. No obstante, en aquellas ocasiones en las que no est�n de acuerdo, la esposa se libera de la responsabilidad una vez que ha expresado su opini�n. De este modo, puede confiar en que el Se�or obrar� en su favor a trav�s de las decisiones de su marido, ya sean correctas o incorrectas. El Se�or tiene formas de proteger a una esposa obediente, a pesar de las consecuencias que tenga que aplicar a un marido equivocado.

Despu�s de Cristo, el esposo y la esposa, los hijos son los �ltimos en la jerarqu�a familiar. Los hijos nunca deben gobernar el hogar. Los padres que permiten que sus hijos se desborden, desobedezcan, falten al respeto y se salgan con la suya est�n destruyendo la jerarqu�a de Dios para la familia. Efesios 6:1 dice: “Hijos, obedeced a vuestros padres en el Se�or, porque esto es justo”. Cuando los padres exigen la obediencia de sus hijos, est�n entrenando a esos hijos en c�mo responder a Dios. Dios no permite que nos desboquemos, desobedezcamos, faltemos al respeto y nos salgamos con la nuestra sin sufrir graves consecuencias. Los padres pueden modelar su estilo de crianza seg�n el Padre celestial y saber que tienen el mejor ejemplo posible (2 Corintios 6:18).

Dios instituy� la jerarqu�a en la familia para nuestro propio bien. Cristo debe ser siempre el primero y el m�s importante (1 Corintios 11:3). Su Palabra y Su ejemplo deben ser la norma en un hogar cristiano. Cuando el esposo y la esposa buscan juntos al Se�or, comparten el papel de liderazgo para el hogar y los hijos. Cuando cada miembro de la familia busca honrar su papel como una forma de honrar a Dios, la familia florece y se satisfacen las necesidades de todos.

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