Pregunta: “�Por qu� la sana doctrina es tan importante?”

Respuesta:

topreadz.com/Espanol Pregunta: “�Por qu� la sana doctrina es tan importante?” Respuesta: Pablo le encarga a Tito: “Pero t� habla lo que est� de acuerdo con la sana doctrina” (Tito 2:1). Dicha orden deja en claro que la sana doctrina es importante. Pero, �por qu� es importante? �Realmente lo que creemos marca la diferencia? La sana…

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Pregunta: “�Por qu� la sana doctrina es tan importante?”

Respuesta:
Pablo le encarga a Tito: “Pero t� habla lo que est� de acuerdo con la sana doctrina” (Tito 2:1). Dicha orden deja en claro que la sana doctrina es importante. Pero, �por qu� es importante? �Realmente lo que creemos marca la diferencia?

La sana doctrina es importante porque nuestra fe se basa en un mensaje espec�fico. Toda la doctrina de la iglesia contiene muchos elementos, pero el mensaje principal se define claramente: “Que Cristo muri� por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; [y]. . . que resucit� al tercer d�a, conforme a las escrituras” (1 Corintios 15:3-4). Estas son las incuestionables buenas nuevas, y son de “de vital importancia”. Cambiar ese mensaje y la base de la fe, hace que cambiemos a Cristo por algo diferente. Nuestro destino eterno depende del escuchar “la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvaci�n” (Efesios 1:13; ver tambi�n 2 Tesalonicenses 2:13-14).

La sana doctrina es importante, porque el evangelio es un deber sagrado, y no nos atrevemos a manipular la comunicaci�n de Dios al mundo. Nuestro deber es entregar el mensaje, no de cambiarlo. Judas expresa un sentido de urgencia para guardar la fe: “. . . me ha sido necesario escribiros exhort�ndoos que contend�is ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos” (Judas 1:3; ver tambi�n Filipenses 1:27). “Contender” lleva la idea de luchar incansablemente por algo y de dar todo lo que tiene. La biblia incluye una advertencia de no agregar ni de quitar a la palabra de Dios (Apocalipsis 22:18-19). En lugar de modificar la doctrina de los ap�stoles, recibimos lo que nos han transmitido y guardamos “la forma de la sana ense�anza, con fe y amor que es en Cristo Jes�s” (2 Timoteo 1:13).

La sana doctrina es importante porque lo que creemos afecta lo que hacemos. El comportamiento es una extensi�n de la teolog�a, y existe una correlaci�n directa entre lo que pensamos y c�mo actuamos. Por ejemplo, dos personas se paran en la parte alta de un puente; uno cree que puede volar, y el otro considera que no puede volar. Su siguiente acto ser� bastante diferente. De la misma manera, un hombre que cree que no hay tal cosa como el bien y el mal, naturalmente se comportar� de manera diferente a un hombre que cree en las normas morales bien definidas. En una de las listas de pecados que se encuentran en la biblia, se mencionan cosas como la rebeli�n, el asesinato, la mentira y el comercio de esclavos. La lista concluye con “y para cuanto se oponga a la sana doctrina” (1 Timoteo 1:9-10). En otras palabras, la verdadera ense�anza promueve la justicia; el pecado florece cuando se opone a la “sana doctrina”.

La sana doctrina es importante porque debemos verificar la verdad en un mundo de mentira. “Muchos falsos profetas han salido por el mundo” (1 Juan 4:1). Hay ciza�a entre el trigo y lobos en medio de las ovejas (Mateo 13:25; Hechos 20:29). La mejor manera de distinguir la verdad de la mentira, es saber cu�l es la verdad.

La sana doctrina es importante porque el final de la sana doctrina es la vida. “Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvar�s a ti mismo y a los que te oyeren” (1 Timoteo 4:16). Por el contrario, el final de la falsa doctrina es la destrucci�n. “Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes hab�an sido destinados para esta condenaci�n, hombres imp�os, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el �nico soberano, y a nuestro Se�or Jesucristo” (Judas 1:4). Cambiar el mensaje de la gracia de Dios, es hacer algo “pecaminoso”, y la condena de tal acci�n es grave. Predicar otro evangelio (“que en realidad no es evangelio para nada”), conlleva un anatema: “�que caiga bajo maldici�n!” (G�latas 1:6-9).

La sana doctrina es importante porque anima a los creyentes. Un amor por la palabra de Dios trae “mucha paz” (Salmo 119:165), y “los que anuncian la paz. . . los que publican salvaci�n” son realmente “hermosos” (Isa�as 52:7). Un pastor “debe retener la palabra fiel tal como ha sido ense�ada, para que tambi�n pueda exhortar con sana ense�anza y convencer a los que contradicen” (Tito 1:9).

La palabra de la sabidur�a es: “No traspases los linderos antiguos que pusieron tus padres” (Proverbios 22:28). Si podemos aplicar esto a la sana doctrina, la lecci�n es que debemos preservarla intacta. Que nunca nos alejemos de “la sincera fidelidad a Cristo” (2 Corintios 11:3).

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