Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre el abuso verbal?”

Respuesta:

topreadz.com/Espanol Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre el abuso verbal?” Respuesta: La Biblia no utiliza el t�rmino “abuso verbal”, pero tiene mucho que decir sobre el poder de nuestras palabras. En pocas palabras, “La muerte y la vida est�n en poder de la lengua” (Proverbios 18:21). El abuso verbal es un arma en el arsenal…

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Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre el abuso verbal?”

Respuesta:
La Biblia no utiliza el t�rmino “abuso verbal”, pero tiene mucho que decir sobre el poder de nuestras palabras. En pocas palabras, “La muerte y la vida est�n en poder de la lengua” (Proverbios 18:21).

El abuso verbal es un arma en el arsenal del abuso emocional. Aunque las t�cticas de abuso son muchas, el objetivo final es ganar el control sobre alguien para establecer el dominio en una relaci�n. El abuso verbal no es el estallido ocasional despu�s de un mal d�a o la falta temporal de autocontrol verbal en medio de un momento tenso. Se trata de violencia psicol�gica. El maltrato verbal es un pecado habitual que rara vez desaparece por s� solo y puede llegar a convertirse en maltrato f�sico.

El abuso verbal evidente incluye ataques de ira, gritos, insultos, burlas, reproches, acusaciones, cr�ticas, amenazas, �rdenes, bromas, manipulaci�n, coerci�n, desprecio, verg�enza, tergiversaci�n de la historia y ataques al car�cter personal. El abuso verbal encubierto es m�s sutil y oculta la agresi�n. Finge preocupaci�n y tiene el efecto de lavar el cerebro, dejando a la v�ctima confundida, desequilibrada y cuestionando su valor y sus capacidades.

Con el tiempo, cualquier tipo de abuso puede hacer que la v�ctima se sienta insegura, incapaz de tomar decisiones y despojada de todo sentido de la personalidad o valor. La v�ctima empieza a aceptar la culpa y a creer las palabras devastadoras que se le lanzan de manera convincente y repetida. El lenguaje abusivo tiene un efecto profundo y duradero que son “como golpes de espada” (Proverbios 12:18).

La Biblia contrasta la comunicaci�n verbal sana y la que no lo es. Dios conoce nuestras debilidades, y nos ha dado Su Palabra para ense�arnos a usar las nuestras de una manera que nos d� vida.

Las palabras que pronunciamos reflejan lo que ocurre en nuestro interior. Lucas 6:45 dice: “El hombre bueno, del buen tesoro de su coraz�n saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su coraz�n saca lo malo; porque de la abundancia del coraz�n habla la boca”.

Las palabras afectan tanto al que las pronuncia como al que las recibe. “Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua est� puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creaci�n, y ella misma es inflamada por el infierno. . . . Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que est�n hechos a la semejanza de Dios” (Santiago 3:6, 9).

Mateo 5:21-22 clasifica el abuso verbal como una ofensa grave con consecuencias eternas: “O�steis que fue dicho a los antiguos: No matar�s; y cualquiera que matare ser� culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, ser� culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, ser� culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedar� expuesto al infierno de fuego”.

Lo que Dios piensa sobre el uso de las palabras es evidente en la Escritura. No hay duda de la gravedad de los efectos de las palabras violentas y abusivas sobre el que las oye o el que las pronuncia. Cuando las palabras de otros nos han herido, podemos encontrar sanidad en las verdaderas palabras de Dios. Cuando hemos herido a otros con nuestras palabras, podemos encontrar el perd�n en Dios y debemos buscarlo tambi�n en aquellos a quienes hemos da�ado. Aquellos que han sido v�ctimas de graves abusos verbales pueden necesitar la ayuda de un consejero o pastor en el proceso de sanidad.

El deseo de Dios es que “Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, as� como lo hac�is” (1 Tesalonicenses 5:11) y que “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificaci�n, a fin de dar gracia a los oyentes” (Efesios 4:29). La intenci�n de Dios es que nuestras palabras y nuestras relaciones sean sanas y den vida. Recuerda que Dios cre� el universo con su Palabra (G�nesis 1:3, 6, 9, 11, 14, 20, 24) y que a Jes�s mismo se le llama la Palabra de Dios (Juan 1:1, 14). Su deseo es que reconozcamos el poder que tienen nuestras palabras y las usemos como �l lo har�a.

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