Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre la fidelidad?”

Respuesta:

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Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre la fidelidad?”

Respuesta:
Ser fiel es ser confiable, firme e incondicional, y la Biblia habla de esta clase de fidelidad de cuatro maneras: como un atributo de Dios, como una cualidad de algunas personas, como una caracter�stica que muchas personas no tienen, y como un don del Esp�ritu Santo. Fiel se utiliza tambi�n en el sentido de “creer”, como en el caso de los cristianos de �feso y Colosas (Efesios 1:1; Colosenses 1:2).

Las Escrituras en general hablan de la fidelidad de Dios. Constantemente aprendemos que cuando Dios dice que har� algo, lo hace (incluso cuando parece imposible). Cuando dice que algo va a ocurrir, ocurre. Esto es verdad para el pasado, el presente y el futuro. Si no fuera as�, si Dios fuera infiel al menos una vez, no ser�a Dios y no podr�amos confiar en ninguna de sus promesas. No obstante, as� es: “No ha dejado de cumplir ni una sola de las promesas que nos dio” (1 Reyes 8:56). Dios es eternamente confiable, firme e inquebrantable, porque la fidelidad es uno de sus atributos naturales. Dios no tiene que esforzarse por ser fiel; �l es fiel. La fidelidad es una parte fundamental de lo que �l es (Salmo 89:8; Hebreos 13:8). En Su fidelidad, Dios nos protege del mal (2 Tesalonicenses 3:3), pone l�mites a nuestras tentaciones (1 Corintios 10:13), nos perdona los pecados (1 Juan 1:9) y nos santifica (1 Corintios 1:9; Filipenses 1:6).

Cuando una persona camina consistentemente con Dios, en servicio humilde a �l, �l o ella puede ser llamado “fiel”. Cuando Nehem�as tuvo que dejar Jerusal�n para regresar a Persia, puso a Hanani y a Hanan�as a cargo. La raz�n de su elecci�n fue porque cada uno de los dos era “var�n de verdad y temeroso de Dios, m�s que muchos” (Nehem�as 7:2). Nehem�as necesitaba hombres de buen car�cter en quienes pudiera confiar. Hombres que no aceptaran sobornos, que estuvieran comprometidos con el bienestar del pueblo y que mantuvieran la integridad del cargo. Observa tambi�n que la fidelidad est� asociada con el temor a Dios. Entre m�s conocemos a Dios, m�s desearemos imitarlo (Efesios 5:1). Otros ejemplos de fidelidad son Silas (1 Pedro 5:8), T�quico (Efesios 6:21), Epafras (Colosenses 1:7), On�simo (Colosenses 4:9) y Mois�s (Hebreos 3:2).

Algunos de los nombres incluidos en esta “lista de fieles” no son tan conocidos para mucha gente. No se sabe mucho de T�quico o Epafras, por ejemplo. Pero la fidelidad, incluso en los peque�os detalles, es conocida por Dios y recompensada al final (Lucas 19:17).

La Biblia tambi�n nos advierte de las consecuencias de la infidelidad. Estas advertencias son necesarias porque, como dice el viejo himno, somos “propensos a extraviarnos… propensos a olvidar al Dios que amamos”. Nuestros corazones son inconstantes con mucha frecuencia, aunque tengamos las mejores intenciones (Proverbios 20:6; Jerem�as 17:9; Mateo 26:75).

La fidelidad afecta a todas nuestras relaciones. La Biblia dice que es un don de Dios. Cuando recibimos a Cristo como Se�or, el Esp�ritu Santo mora en nosotros y nos trae la bendici�n del amor, la alegr�a, la paz y la fidelidad (G�latas 5:22). La plenitud de estas bendiciones depende de caminar con Dios y entregarse a Su Esp�ritu. Debemos ser fieles en leer y cumplir la Palabra de Dios y buscar al Se�or en la oraci�n (Salmo 1:1-2; Efesios 6:18).

El Antiguo Testamento nos ense�� que “el justo por su fe vivir�” (Habacuc 2:4), y esa verdad es mencionada, ampliada e interpretada tres veces en el Nuevo Testamento. Conseguimos esa fe, y la fidelidad, por la gracia de Dios. �l es fiel a Sus hijos, y por Su gracia escucharemos un d�a las palabras: “Bien, buen siervo y fiel” (Mateo 25:23).

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