Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre la motivaci�n?”

Respuesta:

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Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre la motivaci�n?”

Respuesta:
La motivaci�n est� definida como “lo que mueve a uno hacia una acci�n; lo que cambia, provoca o impulsa nuestro propio ser”. La Biblia habla mucho de la motivaci�n. La motivaci�n de los cristianos no es la misma que la de los no creyentes. Nuestra motivaci�n o inspiraci�n viene de Dios, no de las cosas del mundo. David habl� de su motivaci�n en sus salmos: “Dios m�o, cumplir tu voluntad

es mi m�s grande alegr�a; �tus ense�anzas las llevo muy dentro de m�!” (Salmo 40:8). M�s adelante escribi�: “�A qui�n tengo en el cielo sino a ti? Y nada deseo en la tierra fuera de ti” (Salmo 73:25).

El mundo est� motivado por el ego y el engrandecimiento del ego, el s�ndrome de “todo sobre m�”, el cual se caracteriza por la autodeterminaci�n, la auto obsesi�n y la auto adoraci�n. La Biblia no nos ense�a a que nos centremos en nosotros mismos. En realidad, ense�a todo lo contrario. Jes�s dijo: “El m�s importante de ustedes deber� ser el sirviente de todos. Porque los que se creen m�s importantes que los dem�s ser�n tratados como los menos importantes. Y los que se comportan como los menos importantes ser�n tratados como los m�s importantes” (Mateo 23:11-12; Lucas 9:48). Como seguidores de Cristo, estamos llamados a negarnos a nosotros mismos, tomar nuestra cruz y seguirlo (Mateo 16:24). La cruz era un s�mbolo de muerte, y el mensaje de Jes�s para nosotros es que s�lo quienes mueren al ego, lo seguir�n de verdad. Lo hacemos sin hacer nada por vanidad y orgullo, sino considerando a los dem�s mejores que nosotros mismos (Filipenses 2:3).

Jes�s nos puso el ejemplo de nuestra motivaci�n en esta vida: “Mi comida es obedecer a Dios, y completar el trabajo que �l me envi� a hacer” (Juan 4:34). Jes�s se preocup� por complacer a Su Padre, y nosotros tambi�n debemos tener esa misma motivaci�n. �l siempre hizo la voluntad del Padre, motivado por complacerlo a trav�s de la obediencia (Juan 8:29). Su obediencia fue hasta la cruz, donde se humill� y “obedeci� a Dios hasta la muerte” (Filipenses 2:8). Nuestra motivaci�n debe ser la misma que la suya: la obediencia mediante la cual demostramos que somos verdaderamente de �l. “Si me am�is, guardad mis mandamientos” (Juan 14:15).

El ap�stol Pablo habl� de lo que lo motivaba a soportar sus sufrimientos: “Para m� el vivir es Cristo…” (Filipenses 1:21; comparar con 2 Corintios 11:23-28). No era el dinero, ni la fama, ni ser el mejor ap�stol lo que motivaba a Pablo. Era vivir para Cristo lo que superaba todo (Filipenses 4:12-13). Nuestra motivaci�n como creyentes nace del deseo de tener paz con Dios (Romanos 5:1; Filipenses 4:7), de tener Su gracia y esperanza (Romanos 5:2; 1 Juan 5:13). El cristiano ve la vida a trav�s de los lentes del futuro: estar en la presencia y la gloria de Dios (Juan 17:24), y �sta es nuestra verdadera motivaci�n.

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