Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre las expectativas?”

Respuesta:

topreadz.com/Espanol Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre las expectativas?” Respuesta: Las expectativas pueden ser elevadas o bajas, razonables o irrazonables, buenas o malas. La Biblia habla de expectativas de redenci�n (Romanos 8:19), expectativas de juicio (Hebreos 10:27), expectativas retrasadas (Proverbios 13:12a), expectativas realizadas (Proverbios 13:12b) y expectativas no realizadas (Proverbios 11:7). Jes�s nos dijo que…

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Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre las expectativas?”

Respuesta:
Las expectativas pueden ser elevadas o bajas, razonables o irrazonables, buenas o malas. La Biblia habla de expectativas de redenci�n (Romanos 8:19), expectativas de juicio (Hebreos 10:27), expectativas retrasadas (Proverbios 13:12a), expectativas realizadas (Proverbios 13:12b) y expectativas no realizadas (Proverbios 11:7). Jes�s nos dijo que esper�ramos Su regreso, aunque el momento de su regreso est� m�s all� de nuestro conocimiento: “Vosotros, pues, tambi�n, estad preparados, porque a la hora que no pens�is, el Hijo del Hombre vendr�” (Lucas 12:40).

En pocas palabras, las expectativas son creencias que nacen del proceso de pensamiento de una persona al examinar la evidencia. Por ejemplo, vemos que el cielo occidental se torna rosado, y por tanto esperamos ver pronto el sol. Nuestras expectativas no siempre son correctas debido a los fallos de nuestra l�gica y al sesgo de la esperanza y el deseo. A veces, nos “ilusionamos” bas�ndonos en una premisa falsa o en una interpretaci�n err�nea de las pruebas. Con frecuencia, creamos expectativas de forma autom�tica, sin esfuerzo consciente. Cuando las expectativas no se cumplen, se produce un dolor, y a menudo culpamos a algo o a alguien que no ha cumplido nuestras expectativas, incluso si �stas no eran razonables.

Las expectativas que se basan en suposiciones humanas pueden causar problemas. Por ejemplo, cuando un hombre y una mujer se casan, ambos llevan expectativas al matrimonio. El hombre puede darse cuenta de que su mujer es una persona cari�osa, amable y paciente. Puede formarse expectativas sobre c�mo ser� ella como madre. O tal vez su propia madre era una gran cocinera, y espera que su mujer posea las mismas habilidades culinarias. Si ella no resulta ser una madre paciente o una cocinera particularmente buena, �l puede sentirse herido y defraudado. La mujer que llega al matrimonio puede darse cuenta de que su marido tiene un buen trabajo y es muy querido por los dem�s. Ella espera que no tengan problemas de dinero. Entonces, si �l pierde su trabajo o cambia de carrera y empiezan a tener problemas econ�micos, ella puede estar resentida por sus expectativas. Ahora esta pareja est� lidiando con sentimientos heridos y resentimientos causados por lo que esperaban que ocurriera. No se hizo ninguna promesa en ninguno de los dos casos, pero ambos siguen sinti�ndose enga�ados. Las expectativas err�neas pueden crear muchos problemas en cualquier relaci�n, ya sea de padre a hijo, de jefe a empleado, de amigos, de compa�eros de ministerio o de un equipo deportivo. Siempre que hay una dependencia mutua, aparecen las expectativas y, si esas expectativas no se cumplen, el resultado puede ser el conflicto.

En muchos casos, las expectativas provienen de lo que estamos acostumbrados, de nuestro crecimiento familiar o de nuestras propias personalidades. Si creciste en una familia donde los gritos y los conflictos abiertos eran la forma normal de resolver un problema, esperar�s que los dem�s griten y sean belicosos si tienen un problema contigo. Una persona que prefiere ocultar las emociones y hablar los problemas de forma racional puede considerar que es imposible convencerle de que ha sido herida – todav�a no ha gritado, as� que no puede ser tan grave – y, por lo tanto, sigue repitiendo el comportamiento que la irrita.

Hay algunas personas de las que la Biblia dice que no deben esperar mucho. Los malvados, dice Proverbios 11:7, no deben esperar conservar sus ganancias mal habidas: “Cuando muere el hombre imp�o, perece su esperanza, / y perecer� tambi�n la expectativa de riqueza” (cf. Proverbios 10:28). En otras palabras, el crimen no paga. Y el hombre de doble �nimo e infiel no debe esperar respuestas a la oraci�n: “Esa persona no debe esperar recibir nada del Se�or” (Santiago 1:7).

Por otra parte, la Biblia exhorta a quienes conf�an en el Se�or a esperar cosas buenas de �l. “Alma m�a, en Dios solamente reposa, porque de �l es mi esperanza” (Salmo 62:5). Los que viven en el temor del Se�or tienen esta promesa en Proverbios 23:18: “Porque ciertamente hay fin, y tu esperanza no ser� cortada”. Aquellos que obedecen a Dios pueden esperar grandes cosas.

La Biblia establece algunos principios que nos ayudan a formar expectativas y a lidiar con las expectativas de los dem�s:

Comunicar: La primera clave es la franqueza y la honestidad con nosotros mismos y con los dem�s. Todos nos fallamos a nosotros mismos y a los dem�s de muchas maneras (Santiago 3:2), y deber�amos poder admitir cuando nos equivocamos. No debemos basar nuestras expectativas en meras suposiciones (ver Proverbios 18:13), sino en la verdad verificable, de ser posible. Debemos hablar con nuestros seres queridos sobre cu�les son nuestras expectativas y cu�les las suyas.

Perdonar: La gente de la �poca de Jes�s esperaba al Mes�as (Lucas 3:15), sin embargo, cuando lleg�, ten�an unas expectativas poco realistas sobre lo que �l har�a. Quer�an que el Mes�as los liberara de Roma, y equivocadamente esperaban que Jes�s estableciera Su reino en ese mismo momento (Lucas 19:11). Cuando Jes�s no cumpli� sus expectativas, se frustraron y se enfurecieron hasta el punto de matar. No obstante, Jes�s perdon� (Lucas 23:34). Si Jes�s pudo perdonar a los hombres que gritaron “�Crucif�calo!”, nosotros podemos perdonar a nuestros seres queridos y amigos que tienen expectativas equivocadas de nosotros.

Amar: El amor es paciente y bondadoso, y no insiste en su propio camino (1 Corintios 13:4-7). Debemos recordar que todas las personas son diferentes. Si hemos formado expectativas para nuestros amigos o seres queridos que no pueden cumplir, no es su culpa. Tenemos el poder de cambiar nuestras expectativas y, si descubrimos que nuestras expectativas sobre los dem�s son poco razonables, debemos ser flexibles.

Para todo, debemos mirar a Dios y confiar en �l (Proverbios 3:5-6). Sus promesas son absolutamente s�lidas, y nuestra expectativa de que �l cumplir� Su Palabra se llama fe. Podemos esperar que Dios haga exactamente lo que dice que har� (2 Corintios 1:20; Josu� 21:45; Salmo 77:8; 2 Pedro 1:4). Cuando nuestras expectativas se basan en la Palabra de Dios, nunca dejar�n de cumplirse. “El testimonio del Se�or es fiel” (Salmo 19:7).

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