Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre los conflictos familiares?”

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topreadz.com/Espanol Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre los conflictos familiares?” Respuesta: Los conflictos familiares son tan antiguos como la humanidad. La rivalidad entre hermanos exist�a en la primera familia y culmin� con la muerte de Abel por parte de Ca�n (G�nesis 4:3-8). Aunque otros ejemplos no resulten tan graves, el conflicto familiar es un tema…

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Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre los conflictos familiares?”

Respuesta:
Los conflictos familiares son tan antiguos como la humanidad. La rivalidad entre hermanos exist�a en la primera familia y culmin� con la muerte de Abel por parte de Ca�n (G�nesis 4:3-8). Aunque otros ejemplos no resulten tan graves, el conflicto familiar es un tema recurrente en la Biblia. Desde el caso de Atal�a, que mat� a todos sus hijos y nietos para apoderarse del trono (2 Reyes 11:1), hasta el de la propia madre y los hermanos de Jes�s, que se avergonzaron de Su predicaci�n (Marcos 3:21), los ejemplos de conflictos familiares ilustran lo que sucede cuando los miembros de la familia tratan a los de su propia sangre como si fueran un pasivo en lugar de una bendici�n.

Algunos conflictos familiares son inevitables. En nuestro mundo de pecado, algunos rechazar�n a Cristo mientras otros lo aceptar�n como Se�or, y esto sucede dentro de las familias. Jes�s, el mismo Pr�ncipe de la Paz, nos advirti� de este tipo de conflictos familiares: “No pens�is que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido para poner en disensi�n al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre ser�n los de su casa” (Mateo 10:34-36; cf. Miqueas 7:6). Lo vemos en todas partes: cuando un miembro de la familia acepta a Cristo y otro rechaza el camino de la santidad, el resultado suele ser un conflicto familiar.

Puesto que las relaciones familiares tienen un potencial de conflicto a�n mayor que otras relaciones, Dios dio algunos mandatos claros para cada miembro de la familia. Cuando desafiamos esos mandatos, surgen los conflictos familiares. Para los maridos y las esposas, la Biblia da instrucciones espec�ficas. Los maridos deben amar a sus esposas como a sus propios cuerpos (Efesios 5:25-29). Las esposas deben respetar la posici�n de liderazgo de sus maridos (Efesios 5:22-24). Los hijos deben obedecer a sus padres en todo (Efesios 6:1), y esos padres deben educar a sus hijos en el Se�or (Efesios 6:4). Los abuelos deben deleitarse con los nietos y compartir su sabidur�a con ellos (Proverbios 17:6). No debe haber ning�n tipo de contacto sexual entre los miembros de la familia m�s cercana (Lev�tico 18:6-18; 1 Timoteo 5:2). Cuando las familias armonizan su hogar y sus pr�cticas con las Escrituras, se reducen las situaciones de conflicto familiar.

Dios compara a Su iglesia con una familia, as� que las reglas para la iglesia sobre las relaciones interpersonales tambi�n se aplican a las familias individuales. Cada hijo de Dios debe tratar a otros cristianos como hermanos y hermanas (Romanos 12:10; 1 Pedro 3:8). La iglesia debe evitar “contiendas, envidias, iras, divisiones, maledicencias, murmuraciones, soberbias, des�rdenes” (2 Corintios 12:20), y lo mismo deben hacer las familias. Santiago 4:11 dice: “Hermanos, no murmur�is los unos de los otros”. Hay una regla general que dice que, si no tratamos a un amigo muy apreciado de cierta manera, entonces no tratemos a los miembros de la familia as�.

Las familias sanas ofrecen un lugar seguro para que cada miembro exprese sus sentimientos, pensamientos, opiniones y deseos. Las familias no tienen que estar de acuerdo en todo para mantener la armon�a. La ausencia de conflictos familiares no es necesariamente el signo de una familia sana. Algunas familias se caracterizan por un severo autoritarismo; otras se niegan a permitir cualquier tipo de discusi�n. Dios dise�� la familia para que fuera un lugar donde cada persona se sintiera amada y valorada, donde se pudieran reconocer y respetar las diferencias, y donde los conflictos inevitables se resolvieran pac�ficamente. Al afrontar los conflictos familiares, podemos aprender humildad, bondad, paciencia y amor desinteresado (G�latas 5:22), rasgos que nos beneficiar�n al interactuar con nuestros hermanos y hermanas en la familia de Dios.

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