Pregunta: “�Qu� es un samaritano?”

Respuesta:

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Pregunta: “�Qu� es un samaritano?”

Respuesta:
Un samaritano en la Biblia era una persona de Samaria, una regi�n al norte de Jerusal�n. En la �poca de Jes�s, el pueblo jud�o de Galilea y Judea rechazaba a los samaritanos, consider�ndolos una raza mixta que practicaba una religi�n impura y medio pagana.

Los samaritanos, como pueblo separado de los jud�os, se mencionan por primera vez en la Biblia durante la �poca de Nehem�as y la reconstrucci�n de Jerusal�n despu�s del cautiverio babil�nico (Esdras 4:17; Nehem�as 2:10). Tanto en Esdras 4 como en un conjunto de documentos arameos del siglo V a.C. conocidos como los Papiros de Elefantina se evidencia un conflicto entre los jud�os y los samaritanos durante este periodo persa.

Los samaritanos se ve�an a s� mismos como los guardianes de la Tor� y los verdaderos descendientes de Israel, de las tribus de Efra�n y Manas�s. Ten�an su propia y �nica copia del Pentateuco, los cinco primeros libros de Mois�s, y cre�an que s�lo ellos conservaban la religi�n mosaica original. Los samaritanos tambi�n ten�an un sistema religioso �nico y establecieron su lugar de culto principal en el monte Gerizim. Ellos consideraban ileg�timos el templo de Jerusal�n y el sacerdocio lev�tico.

El historiador Josefo y la tradici�n jud�a ubican el origen de los samaritanos en el cautiverio del reino del norte bajo Asiria en el a�o 721 a.C. Los jud�os del reino del norte se casaron con asirios despu�s del cautiverio y resultaron en la raza samaritana mitad jud�a, mitad gentil. Cuando los jud�os acusaron a Jes�s de ser “samaritano” en Juan 8:48, estaban sugiriendo groseramente que era un mestizo, fruto de la infidelidad de su madre.

En los tiempos del Nuevo Testamento, los jud�os despreciaban a los samaritanos y no quer�an saber nada de ellos. Los samaritanos segu�an viviendo principalmente alrededor del monte Gerizim (Juan 4:1-42), pero tambi�n se manten�an en sus propias aldeas (Mateo 10:5; Lucas 9:52). Las Escrituras hablan de encuentros con samaritanos en los pueblos que bordean Samaria (Lucas 17:11-19) y en los caminos entre Jerusal�n y Jeric� (Lucas 10:29-37).

Jes�s tuvo dificultades para atender a la gente en las aldeas samaritanas (Lucas 9:52-53) y en un momento dado dijo a Sus disc�pulos que no entraran en ellas (Mateo 10:5-6). No obstante, Cristo comparti� las buenas noticias con los samaritanos, ministrando a una mujer samaritana (Juan 4:4-26) y sanando a un leproso samaritano (Lucas 17:11-19).

El samaritano m�s reconocido en la Biblia es el de la par�bola de Jes�s sobre el buen samaritano (Lucas 10:29-37). Un experto en leyes jud�as hab�a puesto a prueba a Jes�s, pidi�ndole que explicara el mandamiento de “amar al pr�jimo como a uno mismo”; concretamente, le pidi� que definiera la palabra pr�jimo.

En ese momento, Jes�s relat� Su par�bola del hombre necesitado, presentando al samaritano como el h�roe de la historia. A los ojos del experto, el samaritano era el candidato menos indicado para actuar con amor y compasi�n hacia su pr�jimo. Tal y como se pretend�a, la historia escandaliz� a los jud�os llenos de prejuicios a los que Cristo se dirig�a. El Se�or demostr� que el aut�ntico amor debe trascender todas las fronteras humanas de raza, religi�n, nacionalidad, clase econ�mica y nivel educativo.

En Hechos 1:8, Jes�s dijo a Sus disc�pulos que, por el poder del Esp�ritu Santo, ser�an sus testigos en Samaria. En Hechos 8 la profec�a se cumpli�, y Samaria se convirti� en un campo misionero de la iglesia del primer siglo que se estaba expandiendo: “Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio. Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. Y la gente, un�nime, escuchaba atentamente las cosas que dec�a Felipe, oyendo y viendo las se�ales que hac�a. Porque de muchos que ten�an esp�ritus inmundos, sal�an estos dando grandes voces; y muchos paral�ticos y cojos eran sanados; as� que hab�a gran gozo en aquella ciudad” (Hechos 8:4-8).

Hoy en d�a, varios cientos de samaritanos sobreviven en Israel y siguen practicando su secta del juda�smo. La fe se concentra en cinco afirmaciones: hay un solo Dios, Yav�; Su principal mediador es Mois�s; la Tor� es la v�a de mediaci�n; el lugar central de culto es el monte Gerizim; y el Mes�as comenzar� en el futuro el D�a de la Venganza y la Recompensa.

Los samaritanos celebran varios d�as sagrados, entre ellos la Pascua; las fiestas de los Panes sin Levadura, el Yom Kippur y los Tabern�culos; y los “80 d�as de asamblea solemne”. As� mismo celebran regularmente los servicios sab�ticos. Su fiesta anual m�s solemne, la Pascua, se celebra en el monte Gerizim con sacrificios de animales, tal como se prescribe en el libro del Deuteronomio.

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