Pregunta: “�Qu� hay de malo en ver pornograf�a, si no siento lujuria por la persona?”

Respuesta:

topreadz.com/Espanol Pregunta: “�Qu� hay de malo en ver pornograf�a, si no siento lujuria por la persona?” Respuesta: En primer lugar, es importante reconocer que la lujuria es pecado (Mateo 5:28; 1 Juan 2:16). Sin embargo, tambi�n es fundamental ser sinceros con nosotros mismos. La pornograf�a y el erotismo est�n destinados a incitar la lujuria en…

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Pregunta: “�Qu� hay de malo en ver pornograf�a, si no siento lujuria por la persona?”

Respuesta:
En primer lugar, es importante reconocer que la lujuria es pecado (Mateo 5:28; 1 Juan 2:16). Sin embargo, tambi�n es fundamental ser sinceros con nosotros mismos. La pornograf�a y el erotismo est�n destinados a incitar la lujuria en el coraz�n. La �nica raz�n por la que existe la pornograf�a es porque muchas personas sucumben a los pensamientos lujuriosos. Es imposible ver pornograf�a y no luchar con la lujuria – el deseo de tener algo o hacer algo que se opone a la voluntad de Dios. Incluso si uno no est� deseando a la persona en particular en la fotograf�a o pel�cula, �l o ella est� albergando deseos que entran en conflicto con la santidad de Dios. Ver porno ser� siempre un pecado.

Somos responsables de guardar nuestros corazones contra la lujuria (Proverbios 4:23). Esto es importante porque el resultado de bajar la guardia puede ser fatal: “sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atra�do y seducido. Entonces la concupiscencia, despu�s que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte” (Santiago 1:14-15).

Tratar de limitar la definici�n de la lujuria o buscarle cinco patas al gato en relaci�n con el objeto de la lujuria, es una manera de hacer que el pecado parezca m�s aceptable. Debemos recordar el enga�o del pecado (Hebreos 3:13). La carne dice: “Quiero esto”, y Dios dice: “No, no es bueno para ti”. Es entonces cuando Satan�s interviene y dice: “Tal vez podamos llegar a un acuerdo”.

Si deseamos algo que Dios ha prohibido, estamos codiciando. Jes�s dijo que la lujuria en el coraz�n es tan pecaminosa a los ojos de Dios como el acto real de adulterio (Mateo 5:27-28). Dios ha bendecido la uni�n sexual de un esposo y una esposa (Cantar de los Cantares 5:1), y ha hecho severas advertencias contra el sexo fuera del matrimonio (por ejemplo, Hebreos 13:4). Nadie tiene derecho a mirar la desnudez de otra persona – o a mirar lascivamente a una persona vestida – a menos que est� casado con ella.

Es dif�cil vivir en pureza en un mundo impuro, y todos nosotros luchamos con este tema. Necesitamos la armadura de Dios para luchar en esta batalla (Efesios 6:10-18). Debemos seguir el ejemplo de Jos�, quien, al enfrentarse a la tentaci�n, huy� (G�nesis 39:12; cf. 2 Timoteo 2:22). Debemos comprometernos con la pureza como lo hizo Job: “Hice pacto con mis ojos; �C�mo, pues, hab�a yo de mirar a una virgen?” (Job 31:1). “Sino vest�os del Se�or Jesucristo, y no prove�is para los deseos de la carne” (Romanos 13:14).

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