Pregunta: “�Qu� significa estar siempre gozoso (1 Tesalonicenses 5:16)?”

Respuesta:

topreadz.com/Espanol Pregunta: “�Qu� significa estar siempre gozoso (1 Tesalonicenses 5:16)?” Respuesta: El mandato de “estar siempre gozosos” se encuentra en 1 Tesalonicenses 5:16. Podemos entender mejor lo que significa exactamente alegrarse siempre cuando leemos el mandamiento en su contexto. Es decir, tenemos que entender lo que precede y lo que sigue a las palabras “estad…

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Pregunta: “�Qu� significa estar siempre gozoso (1 Tesalonicenses 5:16)?”

Respuesta:
El mandato de “estar siempre gozosos” se encuentra en 1 Tesalonicenses 5:16. Podemos entender mejor lo que significa exactamente alegrarse siempre cuando leemos el mandamiento en su contexto. Es decir, tenemos que entender lo que precede y lo que sigue a las palabras “estad siempre gozosos” para comprender plenamente el mensaje de Pablo a los tesalonicenses y a nosotros.

La intenci�n principal de Pablo era exhortar y consolar a los creyentes de Tesal�nica. En 1 Tesalonicenses 5, les anima a vivir diariamente de una manera que agrade a Dios. Les insta a estar preparados en todo momento para el regreso de Cristo (vers�culos 4-6). Pablo concluye su ep�stola con una lista de cosas por hacer para ayudar a la iglesia en su vida diaria y en su relaci�n con los dem�s:

� Animaos unos a otros, y edificaos unos a otros (1 Tesalonicenses 5:11)

� Respetad a todos los l�deres (vers�culos 12-13)

� Amonest�is a los ociosos, que alent�is a los de poco �nimo, que sosteng�is a los d�biles, que se�is pacientes para con todos (vers�culo 14)

� Tratar a todos con amabilidad (vers�culo 15)

� Alegrarse siempre (vers�culo 16)

� Orad sin cesar (vers�culo 17)

� Dad gracias (vers�culo 18)

� No apaguen el Esp�ritu (vers�culo 19)

� Poner a prueba todas las ense�anzas (vers�culos 20-21)

� Evitar el mal (vers�culo 22)

Estas exhortaciones son un gran recordatorio para todos los cristianos. Nuestras circunstancias y sentimientos nunca deben impedirnos alegrarnos, orar, dar gracias, mostrar respeto o actuar con amabilidad.

Cuando nos ajustamos a la forma que Dios tiene de pensar y de relacionarse con los dem�s, comprendemos que, como cristianos, podemos alegrarnos incluso en medio de las pruebas y los sufrimientos gracias al modelo establecido por Cristo Jes�s, que “por el gozo puesto delante de �l sufri� la cruz, menospreciando el oprobio” (Hebreos 12:2). Jes�s nos mostr� que el sufrimiento precede a la gloria. Y el sufrimiento y la resurrecci�n de Jes�s han asegurado un futuro gozoso para todos los que han sido redimidos. En Cristo, podemos regocijarnos siempre.

Nuestra exhortaci�n para estar siempre gozosos tambi�n se encuentra en otras partes de la Escritura: “Regocijaos en el Se�or siempre. Otra vez digo: �Regocijaos!” (Filipenses 4:4). Regocijarse no es s�lo una sugerencia; es un mandato, y lo es siempre. Siempre podemos optar por alabar al Se�or.

El gozo es un fruto del Esp�ritu (G�latas 5:22). Si siempre estamos llenos del Esp�ritu, y el Esp�ritu nos hace regocijarnos, entonces se deduce que siempre nos regocijaremos.

Podemos gozarnos siempre gracias a la salvaci�n de Dios. Nadie ni nada puede quitarnos la salvaci�n (ver Romanos 8:37-39). Los que creen en Cristo son hijos de Dios, y nada puede cambiar eso.

Podemos regocijarnos siempre, incluso en la persecuci�n, porque creemos en las promesas de Dios. Los ap�stoles fueron arrestados y azotados por predicar el nombre de Cristo, pero cuando salieron del tribunal, salieron “gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre” (Hechos 5:41). Obviamente, los ap�stoles recordaron la declaraci�n de Jes�s en Mateo 5:11-12: “Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galard�n es grande en los cielos”. La perspectiva eterna nos ayuda a alegrarnos siempre.

Podemos regocijarnos siempre, sabiendo que “el gozo del Se�or es nuestra fuerza” (Nehem�as 8:10). Podemos regocijarnos siempre, sabiendo que “a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien” (Romanos 8:28). Podemos regocijarnos siempre, sabiendo que “los dones de Dios y su llamado son irrevocables” (Romanos 11:29). Podemos regocijarnos siempre, sabiendo que un d�a habitaremos la Nueva Jerusal�n, veremos al Se�or cara a cara y viviremos en un d�a eterno (ver Apocalipsis 22:1-5).

Nuestro regocijo debe estar en lo que el Se�or ha hecho, sigue haciendo y har� en el futuro, independientemente de nuestras circunstancias o sentimientos. Nuestra esperanza est� en el Se�or, porque �l es nuestra roca y nuestra salvaci�n (Salmo 62:6). Esto por s� solo es raz�n suficiente para regocijarnos siempre.

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