Pregunta: “�Qu� significa la perfecci�n en la Biblia?”

Respuesta:

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Pregunta: “�Qu� significa la perfecci�n en la Biblia?”

Respuesta:

El significado de la perfecci�n en la Biblia se refiere a un estado de plenitud o integridad absoluta. La perfecci�n b�blica implica estar libre de faltas, defectos o deficiencias. En el Nuevo Testamento, el t�rmino griego para “perfecci�n” se puede traducir tambi�n como “madurez”. La Biblia expresa la perfecci�n en al menos tres contextos diferentes: la perfecci�n de Dios, la perfecci�n de Cristo y la perfecci�n de los seres humanos.

La perfecci�n absoluta es una cualidad que s�lo pertenece a Dios. Sin embargo, s�lo en Mateo 5:48 la Biblia afirma expl�citamente que Dios es por naturaleza perfecto: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que est� en los cielos es perfecto”. Como Dios es el ser perfecto, todo lo que hace es perfecto: “�l es la Roca, cuya obra es perfecta, porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en �l; es justo y recto” (Deuteronomio 32:4). Su conocimiento es perfecto (Job 37:16). Su camino es perfecto, y Su Palabra es infalible: “En cuanto a Dios, perfecto es su camino, y acrisolada la palabra del Se�or; escudo es a todos los que en �l esperan” (Salmo 18:30). Las leyes de Dios tambi�n son perfectas (Salmo 19:7; Santiago 1:25). El ap�stol Pablo describe la voluntad de Dios como perfecta: “No os conform�is a este siglo, sino transformaos por medio de la renovaci�n de vuestro entendimiento, para que comprob�is cu�l sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2).

En Hebreos 2:10, la Escritura dice que Jes�s se perfeccion� mediante el sufrimiento: “Porque conven�a a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvaci�n de ellos”.

Como Dios encarnado, Jes�s ya era moralmente perfecto. El sufrimiento y la muerte de Cristo lo hicieron “perfecto” para que pudiera servir como el Sumo Sacerdote sin defectos para el pueblo de Dios (Hebreos 7:28). S�lo a trav�s del sufrimiento en la cruz Cristo pudo llevar a cabo la obra de la redenci�n y convertirse en el perfecto, completo y eficaz Salvador de Su pueblo (Hebreos 5:9). Jes�s fue el ejemplo perfecto de lo que significa vivir en obediencia a la voluntad del Padre.

Como leemos en Mateo 5:48, los hijos de Dios est�n llamados a ser perfectos. Esto no significa que los seres humanos puedan obtener la misma perfecci�n santa que Dios, pues s�lo �l es santo (Isa�as 6:3; Salmo 99:9; �xodo 15:11). El llamado a ser perfectos es lo que el ap�stol Pablo quiso decir cuando afirm�: “Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados” (Efesios 5:1). As� como los hijos tienden a imitar a sus padres, los hijos de Dios deben imitar a su Se�or y reflejar Su perfecci�n en su forma de vivir.

La idea de la madurez espiritual se relaciona estrechamente con la palabra perfecci�n en la Biblia. Los seres humanos no son perfectos, aunque a los disc�pulos de Cristo se les exhorta a buscar la perfecci�n: “Mas tenga la paciencia su obra completa, para que se�is perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna” (Santiago 1:4). Pablo dijo que a�n no hab�a obtenido la perfecci�n, pero que la hab�a convertido en su meta: “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui tambi�n asido por Cristo Jes�s” (Filipenses 3:12). Pablo sab�a que la perfecci�n para los creyentes s�lo se realizar�a en la vida venidera (vers�culos 13-21).

La perfecci�n es un don que los seres humanos reciben a trav�s del sacrificio de Jesucristo: “En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. Y ciertamente todo sacerdote est� d�a tras d�a ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, de ah� en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados” (Hebreos 10:10-14).

Otro vers�culo que es clave para entender la perfecci�n en relaci�n con la vida cristiana es 2 Corintios 12:9: “Y me ha dicho: B�state mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriar� m�s bien en mis debilidades, para que repose sobre m� el poder de Cristo”. Mediante la gracia que Dios nos ofrece en Jesucristo, los cristianos se perfeccionan en la debilidad; por la participaci�n en los sufrimientos de Jesucristo, son conformados a Su imagen (Mateo 5:10-12; 1 Pedro 2:19-25; 3:14; 4:12-19).

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