Pregunta: “�Qu� significa orar por el pan de cada d�a?”

Respuesta:

topreadz.com/Espanol Pregunta: “�Qu� significa orar por el pan de cada d�a?” Respuesta: El Padre Nuestro, la oraci�n que Jes�s us� para ense�ar a Sus seguidores a orar, es muy conocida entre los cristianos. Muchos la dicen al un�sono como una forma de liturgia; otros meditan cada porci�n en su tiempo de intimidad con Dios o…

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Pregunta: “�Qu� significa orar por el pan de cada d�a?”

Respuesta:
El Padre Nuestro, la oraci�n que Jes�s us� para ense�ar a Sus seguidores a orar, es muy conocida entre los cristianos. Muchos la dicen al un�sono como una forma de liturgia; otros meditan cada porci�n en su tiempo de intimidad con Dios o la consideran un modelo de los elementos de la oraci�n. La oraci�n se encuentra en Mateo 6:9-13 y Lucas 11:2-4. Una parte de la oraci�n dice: “Danos hoy nuestro pan de cada d�a” (Mateo 6:11).

El primer significado, y el m�s obvio, de esta petici�n es que Dios nos sostenga f�sicamente. Jes�s quiz� se refer�a a la provisi�n que Dios realiz� con el man�, que se daba cada d�a en el desierto (�xodo 16:4-12; Deuteronomio 8:3; Juan 6:31). Reconocemos a Dios como nuestro proveedor y confiamos en �l para satisfacer nuestras necesidades diarias. Esto no significa que tengamos que esperar que Dios haga llover literalmente man� sobre nosotros, sino que comprendamos que es �l quien hace que nuestro trabajo sea fruct�fero, y que a veces incluso satisface las necesidades f�sicas de forma milagrosa. Al poco tiempo de ense�ar a Sus seguidores a orar, Jes�s les habl� de la ansiedad. Dijo: “Por tanto os digo: No os afan�is por vuestra vida, qu� hab�is de comer o qu� hab�is de beber; ni por vuestro cuerpo, qu� hab�is de vestir. �No es la vida m�s que el alimento, y el cuerpo m�s que el vestido? . . Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os ser�n a�adidas” (Mateo 6:25, 33). Resulta interesante que, en el Padre Nuestro, la petici�n que precede inmediatamente a la petici�n del pan de cada d�a es que venga el reino de Dios.

Pedir el pan de cada d�a no se refiere s�lo a la provisi�n f�sica. Tambi�n puede referirse a pedir a Dios que provea nuestras necesidades menos tangibles. En Mateo 7:7-11 Jes�s dijo: “Pedid, y se os dar�; buscad, y hallar�is; llamad, y se os abrir�. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrir�. �Qu� hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dar� una piedra? �O si le pide un pescado, le dar� una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sab�is dar buenas d�divas a vuestros hijos, �cu�nto m�s vuestro Padre que est� en los cielos dar� buenas cosas a los que le pidan?” Los buenos padres no s�lo proporcionan a sus hijos lo que necesitan para la vida f�sica, sino tambi�n para las necesidades pr�cticas, emocionales y de relaciones. Dios es el dador de las buenas d�divas (Santiago 1:17). “El que no escatim� ni a su propio Hijo, sino que lo entreg� por todos nosotros, �c�mo no nos dar� tambi�n con �l todas las cosas?” (Romanos 8:32).

Dios ya ha satisfecho nuestra mayor necesidad espiritual, la del perd�n y la restauraci�n, por medio de Cristo (Colosenses 2:13; 2 Corintios 5:17, 21; Juan 20:31). Sin embargo, �l no se detiene ah�. Jes�s se llama a s� mismo el “Pan de Vida” (Juan 6:35). “En �l estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres” (Juan 1:4). Jes�s dice que vino a traernos vida abundante (Juan 10:10). No s�lo somos salvos para la eternidad, sino que ahora tambi�n experimentamos una relaci�n restaurada con Dios. Lo buscamos diariamente, y �l nos renueva d�a a d�a (2 Corintios 4:16). Los p�mpanos son alimentados continuamente por la Vid (Juan 15:5).

S�, Dios nos sostiene f�sicamente y satisface las necesidades menos tangibles de esta vida. Pero m�s que eso, �l satisface nuestras necesidades espirituales. �l es el pan que satisface nuestra hambre espiritual. �l sostiene nuestros corazones. Cuando pedimos a Dios el pan de cada d�a, le reconocemos humildemente como el �nico dador de todo lo que necesitamos. Estamos viviendo el d�a a d�a, un paso a la vez. Estamos ejercitando una fe sencilla en �l para que nos proporcione justo lo que necesitamos, cuando lo necesitamos – para cada aspecto de la vida.

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