Pregunta: “�Qu� significa que el lecho matrimonial no debe ser mancillado?”

Respuesta:

topreadz.com/Espanol Pregunta: “�Qu� significa que el lecho matrimonial no debe ser mancillado?” Respuesta: El cap�tulo 13 es el cap�tulo final del libro de Hebreos y termina con una serie de exhortaciones finales a los cristianos. El vers�culo 4 dice: “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y…

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Pregunta: “�Qu� significa que el lecho matrimonial no debe ser mancillado?”

Respuesta:
El cap�tulo 13 es el cap�tulo final del libro de Hebreos y termina con una serie de exhortaciones finales a los cristianos. El vers�culo 4 dice: “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los ad�lteros los juzgar� Dios”. La palabra griega traducida como “sin mancilla” s�lo se usa en esta forma exacta cuatro veces en el Nuevo Testamento, y significa “incontaminado” o “apartado”. En Hebreos 7:26 se utiliza esta palabra para describir a Jesucristo, nuestro sumo sacerdote, y en Santiago 1:27 se dice que la religi�n “sin m�cula” es la que ayuda a las viudas y a los hu�rfanos y que no se deja contaminar por el mundo.

El lecho matrimonial debe mantenerse puro o inmaculado. En otras palabras, la intimidad sexual que se comparte entre un esposo y una esposa se debe reservar s�lo para esa pareja. Dios cre� la uni�n sexual entre un esposo y una esposa. �nicamente. Solamente. Ning�n otro uso de la sexualidad se aprueba en las Escrituras. Abusar o hacer mal uso del don que Dios nos ha dado del sexo es mancillar el lecho matrimonial.

Un lecho matrimonial puede ser mancillado de varias maneras:

1. Fornicaci�n. Cuando dos personas no casadas tienen relaciones sexuales, est�n mancillando el hermoso don del sexo que Dios nos ha dado. Aquellos que no se han comprometido el uno con el otro en una uni�n vinculante para toda la vida no tienen derecho a explotar la terminaci�n de ese voto. El sexo fue dise�ado para ser el acto final de consagraci�n cuando una pareja promete sus vidas el uno al otro en un pacto sagrado. Cualquier forma de sexualidad fuera de la uni�n matrimonial est� deshonrando la honorable instituci�n del matrimonio (1 Corintios 6:18).

2. Adulterio. Para Dios, cuando una o ambas partes de una uni�n sexual est�n casadas con otra persona, sus actos sexuales son considerados adulterio. El adulterio se castigaba con la muerte bajo el Antiguo Pacto de Dios con Israel (Deuteronomio 22:22; Lev�tico 20:10). Aunque ya no vivimos bajo ese pacto, el adulterio sigue ocupando un lugar importante en la lista de maldades morales para Dios (Mateo 5:28, 32) y siempre se nombra como un pecado que impide que los ofensores no arrepentidos hereden el reino de Dios (G�latas 5:19; 1 Corintios 6:9).

3. La homosexualidad. Otra deshonra del lecho matrimonial es la perversi�n de que los hombres tengan sexo con hombres o las mujeres con mujeres. A pesar de que nuestro mundo acepta actualmente la pr�ctica homosexual, este acto perverso nunca ha sido ni ser� aprobado o bendecido por Dios. La homosexualidad es una distorsi�n del don de Dios de la unidad f�sica entre marido y mujer y es la �nica actividad sexual considerada abominable (Lev�tico 20:13). La prohibici�n de la homosexualidad se extiende hasta el Nuevo Pacto, ya que se incluye en la lista de pecados que mantienen a los que no se arrepienten fuera del reino de Dios (1 Corintios 6:9; 1 Timoteo 1:9-10; Judas 1:7).

4. La prostituci�n. Proverbios 7 da una mirada detallada a la destrucci�n que viene sobre un joven que se deja seducir por una ramera. El pecado de la prostituci�n a menudo se utiliza como met�fora del Israel infiel (Oseas 4:15; Jerem�as 3:8; Jueces 8:33). A los cristianos se les advierte que eviten esa inmoralidad debido al car�cter sagrado del lecho matrimonial (1 Corintios 6:15-16; Efesios 5:3).

5. La pornograf�a. El uso de la pornograf�a para la gratificaci�n sexual es una forma m�s moderna de mancillar el lecho matrimonial. Los libros pornogr�ficos, los videos, el sexting y el uso de otros materiales sexualmente expl�citos tambi�n mancillan la santidad de la uni�n sexual entre un hombre y una esposa. La pornograf�a tiene el efecto de llevar a los extra�os al dormitorio, aunque s�lo sea a trav�s de los ojos. Jes�s nos advirti� que la lujuria al mirar a una mujer equivale al adulterio ante Dios (Mateo 5:28). La pornograf�a ha convertido la lujuria sexual en una forma de arte, pero sigue corrompiendo el coraz�n y mancillando el acto sexual.

Dios cre� a los seres humanos para que fueran puros en cuerpo y esp�ritu. La uni�n sexual entre marido y mujer era parte de esa pureza (G�nesis 2:24-25). Cuando Ad�n y Eva pecaron, la sexualidad qued� manchada al igual que todo lo dem�s. Jes�s gan� el poder de recuperar esa pureza mediante Su muerte sacrificial en la cruz (2 Corintios 5:21). Ning�n pecado, incluyendo la inmoralidad sexual, es demasiado grande para que el poder de esa muerte y resurrecci�n expiatoria lo perdone. Aunque hayamos mancillado el lecho matrimonial de muchas maneras, Dios puede restaurar la pureza sexual y la santidad cuando nos arrepentimos y nos comprometemos a seguirle (Salmo 51:7; 1 Juan 1:7).

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