Pregunta: “�Qu� significa que los que tienen fe son hijos de Abraham (G�latas 3:7)?”

Respuesta:

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Pregunta: “�Qu� significa que los que tienen fe son hijos de Abraham (G�latas 3:7)?”

Respuesta:
En G�latas 3:7, Pablo, escribiendo a los gentiles, dice: “Sabed, por tanto, que los que son de fe, estos son hijos de Abraham”. Aqu� Pablo presenta la idea de una familia espiritual a diferencia de una familia f�sica: una familia que comparte la fe y no el linaje.

Obviamente, Abraham ten�a descendientes literales, f�sicos. Fueron ellos, quienes, a trav�s de Isaac y Jacob, se convirtieron en la naci�n de Israel, el pueblo elegido por Dios. Sin embargo, muchos en Israel no siguieron a Dios como deb�an. Por otra parte, hubo algunos gentiles en el Antiguo Testamento, como Rahab y Rut, que fueron adoptadas en la familia de Israel. En el Nuevo Testamento, muchos gentiles son “injertados” en el �rbol de Israel gracias a su fe en Jes�s, el Mes�as de Israel (Romanos 11:17-20).

En todo el Nuevo Testamento, observamos que el hecho de ser descendientes f�sicos de Abraham, aunque culturalmente importante, no tiene importancia para la eternidad. Cuando Juan el Bautista predicaba a los jud�os, les advirti�: “y no pens�is decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras” (Mateo 3:9). Lo que Juan quiere decir es que lo m�s importante es el linaje espiritual, m�s que el linaje f�sico.

En Juan 8:32-41, Jes�s est� hablando con algunos israelitas que por definici�n eran descendientes de Abraham. Sin embargo, Jes�s dice que su linaje f�sico queda opacado por su linaje espiritual negativo:

[Jes�s dijo] “y conocer�is la verdad, y la verdad os har� libres”.

“Ellos le respondieron: “Linaje de Abraham somos, y jam�s hemos sido esclavos de nadie. �C�mo dices t�: Ser�is libres?”

Jes�s les contest�: “De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo s� queda para siempre. As� que, si el Hijo os libertare, ser�is verdaderamente libres. S� que sois descendientes de Abraham; pero procur�is matarme, porque mi palabra no halla cabida en vosotros. Yo hablo lo que he visto cerca del Padre; y vosotros hac�is lo que hab�is o�do cerca de vuestro padre”.

“Nuestro padre es Abraham”, respondieron.

“Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham har�ais. Pero ahora procur�is matarme a m�, hombre que os he hablado la verdad, la cual he o�do de Dios; no hizo esto Abraham. Vosotros hac�is las obras de vuestro padre”.

En dos ocasiones, Jes�s est� de acuerdo en que son hijos de Abraham, pero da a entender que realmente tienen otro padre. En el vers�culo 44 lo dice claramente: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo”. Su linaje espiritual super� a su linaje f�sico. Cualquier bendici�n con la que contaban como “hijos de Abraham” f�sicos qued� anulada por su condici�n espiritual de “hijos del diablo”. La entrada al reino no se basar� en el ADN f�sico sino en la fe en el Hijo de Dios.

En Romanos 9:6-7 Pablo explica: “No todos los que descienden de Israel son israelitas, ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos”. En otras palabras, hay algunas personas que son descendientes de Israel (Jacob), pero no son parte de la bendici�n de Israel. Del mismo modo, hay algunos que descienden de Abraham, pero no son “hijos de Abraham” en un sentido espiritual. Ser descendiente de Abraham, Isaac o Jacob no es suficiente. Ahora tambi�n hay que ser “descendiente” de Cristo. Por supuesto, Cristo no tuvo descendencia f�sica, pero, al final de Romanos 9, Pablo explica que aquellos que tienen fe como la que tuvo Abraham son justificados ante Dios, al igual que Abraham. Los que no tienen fe en Cristo, aunque sean descendientes f�sicos de Abraham, est�n excluidos; los que tienen fe en Cristo, aunque sean gentiles, est�n incluidos como “hijos espirituales de Abraham”.

En G�latas 3, Pablo lo afirma claramente: “As� Abraham crey� a Dios, y le fue contado por justicia. Sabed, por tanto, que los que son de fe, estos son hijos de Abraham… De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham” (G�latas 3:6-9). Ser “hijo” de alguien es tener los rasgos de esa persona. Ser “hijo de Dios” es tener los rasgos de Dios. Ser un “hijo de Abraham” es mostrar una cualidad del car�cter de Abraham, es decir, la fe. Todo el que evidencia fe est� mostrando ser como Abraham en el sentido de que Abraham tambi�n tuvo fe (G�nesis 15:6).

Abraham escuch� a Dios y crey�. La fe de Abraham le hizo dejar todo atr�s y vivir el resto de su vida como un extranjero en una tierra extra�a. La fe de Abraham hizo que confiara en que �l y Sara tendr�an un hijo, a pesar de que eso parec�a imposible. La fe de Abraham le llev� incluso a sacrificar al hijo prometido, creyendo que Dios lo resucitar�a de entre los muertos (Hebreos 11:9). Gracias al ejemplo de fe de Abraham, la Biblia lo se�ala como el padre de la fe, por as� decirlo. Todos los que conf�an igualmente en el Se�or son “hijos de Abraham”. Como escribe Pablo: “Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jes�s; porque todos los que hab�is sido bautizados en Cristo, de Cristo est�is revestidos. Ya no hay jud�o ni griego…porque todos vosotros sois uno en Cristo Jes�s. Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos seg�n la promesa” (G�latas 3:26-29).

Dios hab�a prometido a Abraham lo siguiente: “ser�n benditas en ti todas las familias de la tierra” (G�nesis 12:3). Una de las formas en que se cumple esta profec�a es a trav�s de la salvaci�n que Dios nos concede, por gracia mediante la fe: “Sabed, por tanto, que los que son de fe, estos son hijos de Abraham. Y la Escritura, previendo que Dios hab�a de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti ser�n benditas todas las naciones. De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham” (G�latas 3:7-9).

Hay una canci�n de la escuela dominical para ni�os que dice: “El padre Abraham tuvo muchos hijos; muchos hijos tuvo el padre Abraham”. Hay una verdad de las Escrituras que se expresa con sencillez en esa letra y que se expone claramente en G�latas 3:29: “Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos seg�n la promesa”.

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