Pregunta: “�Qui�n dice Dios que soy?”

Respuesta:

topreadz.com/Espanol Pregunta: “�Qui�n dice Dios que soy?” Respuesta: Muchos de nosotros perdemos el tiempo preocup�ndonos por lo que los dem�s piensan de nosotros. Queremos ser valorados, amados, respetados y admirados. Pero, �por qu� tenemos que basar nuestra identidad y nuestro sentido de autoestima en las opiniones de otros seres imperfectos cuando la opini�n de Dios…

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Pregunta: “�Qui�n dice Dios que soy?”

Respuesta:
Muchos de nosotros perdemos el tiempo preocup�ndonos por lo que los dem�s piensan de nosotros. Queremos ser valorados, amados, respetados y admirados. Pero, �por qu� tenemos que basar nuestra identidad y nuestro sentido de autoestima en las opiniones de otros seres imperfectos cuando la opini�n de Dios sobre nosotros es la �nica que realmente importa? La pregunta m�s importante que podemos hacernos respecto a nuestra identidad es la siguiente: �Qui�n dice Dios que soy? La Biblia contiene las �nicas respuestas fiables sobre qui�nes somos en Cristo y qu� piensa Dios de los que hemos nacido de nuevo.

En primer lugar, Dios dice que soy su hijo amado: “Mirad cu�l amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce”. (1 Juan 3:1). Dios no es t�mido a la hora de expresar Su ilimitado amor por nosotros; afirma repetidamente en las Escrituras que somos nacidos de Dios, Sus propios hijos predilectos (Juan 1:12-13; 2 Corintios 6:17-18; G�latas 3:26; Romanos 8:17; Isa�as 43:1).

Dios dice que soy escogido, adoptado en Su familia por medio de Jesucristo para ser Su hijo para siempre: “Seg�n nos escogi� en �l antes de la fundaci�n del mundo, para que fu�semos santos y sin mancha delante de �l, en amor habi�ndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, seg�n el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado” (Efesios 1:4-6; ver tambi�n 1 Tesalonicenses 1:4; 2:13).

Dios dice que soy valioso. �l me llama Su obra: “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jes�s para buenas obras, las cuales Dios prepar� de antemano” (Efesios 2:10). No somos trozos de arcilla al azar. Dios dice que somos el resultado de Su habilidad art�stica. Dios nos hizo a Su imagen y semejanza (G�nesis 1:26-27; 5:1; 9:6; Santiago 3:9).

Dios dice que soy redimido. Tan valiosos somos para Dios que nos compr� con la preciosa sangre de Su Hijo, Jesucristo: “sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminaci�n” (1 Pedro 1:18-19). Por la sangre de Jesucristo somos perdonados y liberados del pecado: “en quien tenemos redenci�n por su sangre, el perd�n de pecados seg�n las riquezas de su gracia” (Efesios 1:7; ver tambi�n G�latas 5:1; 1 Corintios 6:20; 1 Juan 1:9).

Dios dice que soy una persona nueva en Jesucristo. Por medio de Su salvaci�n, obtenemos una identidad completamente nueva y una vida totalmente nueva: “De modo que si alguno est� en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aqu� todas son hechas nuevas”. (2 Corintios 5:17; ver tambi�n Efesios 4:24). Dice que soy la justicia de Dios en Jesucristo (2 Corintios 5:21), un templo vivo para Su Esp�ritu Santo (1 Corintios 3:16) y un santo (Efesios 2:19; Filipenses 4:21).

Dios dice que soy Su amigo. A trav�s de una relaci�n con Jes�s, Dios comparte Su coraz�n con nosotros: “Ya no os llamar� siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su se�or; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que o� de mi Padre, os las he dado a conocer” (Juan 15:15).

Dios dice que soy Su embajador (2 Corintios 5:20; Efesios 6:20), Su luz en las tinieblas y Su testigo en el mundo (Mateo 5:13-16; Hechos 1:8; Efesios 5:8). Dios nos ha encomendado la tarea de hacer disc�pulos (Mateo 28:19).

Dios dice que soy un miembro del cuerpo de Jesucristo: “que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copart�cipes de la promesa en Cristo Jes�s por medio del evangelio” (Efesios 3:6; ver tambi�n 5:30). Porque pertenezco a Cristo – unido a �l en Su vida, muerte, resurrecci�n y glorificaci�n (Juan 15:1-10; Romanos 6:4-6; Efesios 2:6) – Dios dice que soy heredero de Su Reino y Su gloria (G�latas 4:7; Efesios 1:11; Romanos 8:17), ciudadano del cielo (Filipenses 3:20).

Dios dice que soy muy amado: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo a�n pecadores, Cristo muri� por nosotros” (Romanos 5:8; ver tambi�n 8:31-39; Juan 3:16-17). Tan grande es Su amor por nosotros que nos dio la vida por Su misericordia: “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos am�, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)” (Efesios 2:4-5).

Cuanto m�s estudiamos la Palabra de Dios, m�s descubrimos qui�nes somos en Cristo. Nos transformamos en la persona que Dios dice que somos cuando hacemos de Jesucristo el objetivo de nuestras vidas: “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Se�or, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Esp�ritu del Se�or” (2 Corintios 3:18; ver tambi�n Romanos 8:29; 12:2; Filipenses 1:6; Efesios 4:15).

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