Pregunta: “�Qui�n era el eunuco et�ope?”

Respuesta:

topreadz.com/Espanol Pregunta: “�Qui�n era el eunuco et�ope?” Respuesta: El eunuco et�ope que se menciona en la Biblia era un alto funcionario de la corte de Candace, la reina de Etiop�a. Estaba en Israel para adorar al Se�or en el templo, as� que probablemente era un pros�lito jud�o. En su viaje de regreso a Etiop�a, tuvo…

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Pregunta: “�Qui�n era el eunuco et�ope?”

Respuesta:
El eunuco et�ope que se menciona en la Biblia era un alto funcionario de la corte de Candace, la reina de Etiop�a. Estaba en Israel para adorar al Se�or en el templo, as� que probablemente era un pros�lito jud�o. En su viaje de regreso a Etiop�a, tuvo un encuentro con el evangelista Felipe que le cambi� la vida (Hechos 8:26-40).

Un eunuco es un hombre que ha sido castrado con el fin de servir de forma fiable en una familia real (ver Ester 1:10; 4:4; y Daniel 1:9). Un rey normalmente castraba a sus siervos para asegurarse de que no tuvieran la tentaci�n de mantener relaciones sexuales con otros en el palacio (concretamente, en el har�n real) o para evitar que tramaran un derrocamiento (los eunucos no eran capaces de crear una dinast�a propia). En muchas civilizaciones se han empleado eunucos, entre ellas el antiguo Oriente Medio, la antigua Grecia y Roma, China, Corea y Tailandia. Jes�s los menciona en Mateo 19:12.

La historia del eunuco et�ope en Hechos 8 es una maravillosa representaci�n de la funci�n de Dios en la evangelizaci�n. La historia comienza con Felipe, uno de los siete di�conos iniciales, que acababa de predicar el evangelio en Samaria (Hechos 8:4-8). Un �ngel se le apareci� a Felipe y le dijo que fuera al sur, a un camino que iba de Jerusal�n a Gaza, en el desierto (Hechos 8:26). Felipe no pregunt� la raz�n por la que lo enviaban en medio de la nada; simplemente fue (vers�culo 27). En el camino, en un carro, estaba el eunuco et�ope, que acababa de regresar de Jerusal�n. El eunuco estaba sentado en su carro leyendo el libro de Isa�as. El Esp�ritu del Se�or le dijo a Felipe que se acercara y se uniera al carro, y cuando Felipe se acerc� escuch� al eunuco leyendo el libro de Isa�as en voz alta. Felipe le pregunt� al et�ope si entend�a o no lo que estaba leyendo. El eunuco respondi�: “�Y c�mo podr�, si alguno no me ense�are?”. Luego invit� a Felipe a sentarse con �l en el carro (vers�culo 31). El pasaje que el eunuco et�ope estaba leyendo era �ste: “Como oveja a la muerte fue llevado; / Y como cordero mudo delante del que lo trasquila, / As� no abri� su boca. / En su humillaci�n no se le hizo justicia; / Mas su generaci�n, �qui�n la contar�? / Porque fue quitada de la tierra su vida” (Hechos 8:32-33; cf. Isa�as 53:7-8). El eunuco se preguntaba de qui�n hablaba el profeta, “�de s� mismo, o de alg�n otro?”. (Hechos 8:34). Felipe aprovech� la ocasi�n para explicar el pasaje: se trataba de una profec�a sobre Jesucristo, que dio Su vida mansamente para salvar al mundo. Mientras Felipe explicaba el evangelio, el eunuco et�ope crey�. Cuando llegaron a unas aguas junto al camino, el eunuco pidi� ser bautizado (Hechos 8:36).

Felipe acept� bautizarlo, y el eunuco et�ope “mand� parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautiz�” (Hechos 8:38). Tan pronto como el eunuco et�ope sali� del agua, “el Esp�ritu del Se�or arrebat� a Felipe; y el eunuco no le vio m�s, y sigui� gozoso su camino” (vers�culo 39). La tradici�n dice que el eunuco llev� el evangelio a su pa�s, a Etiop�a, y fund� all� la iglesia. Felipe se encontr� en Azoto, y sigui� predicando el evangelio de camino a Cesarea (Hechos 8:40).

Hay muchos aspectos de la providencia y la intervenci�n de Dios en la historia del eunuco et�ope. El relato revela la importancia de estas tres cosas: la Palabra de Dios, la gu�a del Esp�ritu Santo y un Evangelista en persona. Para que una persona acepte la verdad, primero debe escuchar la predicaci�n de la verdad (Romanos 10:14). El deseo de Dios es que la verdad se predique en todas partes (Hechos 1:8). El Esp�ritu del Se�or hab�a estado preparando el coraz�n del eunuco para recibir el evangelio. Mientras el eunuco le�a a Isa�as, empez� a hacer preguntas, y en el momento justo el Se�or hizo que Felipe se cruzara en su camino. El campo estaba “listo para la cosecha” (Juan 4:35), y Felipe era el obrero de Dios en el campo. Esto no fue una coincidencia. Era el plan de Dios desde el principio, y Felipe fue obediente a ese plan.

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