Pregunta: “�Ser� que una novilla alazana es una se�al del fin de los tiempos?”

Respuesta:

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Pregunta: “�Ser� que una novilla alazana es una se�al del fin de los tiempos?”

Respuesta:
Parece que cada cierto tiempo nace una novilla alazana (vaca roja) en Israel, y esto hace que algunas personas piensen que el regreso de Jes�s est� cerca. �A qu� se debe esto? �Qu� tiene que ver una novilla alazana con el fin de los tiempos? Antes de analizar directamente esta pregunta, es importante comprender el significado de una novilla alazana en la Biblia.

Para cumplir con los requisitos de la ley del Antiguo Testamento, se necesitaba una novilla alazana para lograr la purificaci�n de los israelitas de la impureza -espec�ficamente, se necesitaban las cenizas de una novilla alazana (ver N�meros 19). Puesto que se necesitaban las cenizas de una novilla alazana para los ritos de purificaci�n que se celebraban en el templo, muchos han considerado que la aparici�n de una novilla alazana en la actualidad anuncia la construcci�n del tercer templo y el regreso de Cristo.

Seg�n la tradici�n rab�nica, se han sacrificado nueve novillas alazanas desde la �poca de Mois�s. Desde la destrucci�n del segundo templo, no se ha sacrificado ninguna novilla de ese color. El rabino Maim�nides (1135-1204) ense�� que la d�cima vaquilla ser�a sacrificada por el propio Mes�as (Parah Adumah, cap. 3, � 4). El Instituto del Templo, un grupo que defiende la construcci�n de un tercer templo, informa de que cinco novillas rojas sin defectos procedentes de Texas llegaron a Israel el 15 de septiembre de 2022 (https://templeinstitute.org, consultado el 22/9/22). Mucha gente considera este acontecimiento como un cumplimiento de la profec�a, ya que la adquisici�n de una novilla roja es un gran paso adelante en los planes para un nuevo templo.

La Ley Mosaica especificaba que la novilla hab�a de ser “perfecta, en la cual no haya falta” y no haber llevado nunca yugo (N�meros 19:2). El sacrificio de la novilla era �nico en la ley, ya que se utilizaba un animal hembra, se sacrificaba lejos de la entrada del tabern�culo y era el �nico sacrificio en el que se especificaba el color del animal.

El sacrificio de una novilla de color rojo se describe en N�meros 19:1-10. El sacerdote Eleazar deb�a supervisar el ritual fuera del campamento de los israelitas. Una vez sacrificado el animal, Eleazar deb�a rociar siete veces con parte de su sangre la parte delantera del tabern�culo (vers�culo 4). Luego sal�a de nuevo del campamento y supervisaba la quema del cad�ver de la novilla roja (vers�culo 5). Mientras ard�a la novilla roja, el sacerdote deb�a a�adir al fuego “madera de cedro, e hisopo, y escarlata” (vers�culo 6).

Luego se recog�an las cenizas de la novilla roja y se guardaban “en un lugar ceremonialmente limpio fuera del campamento”. Las cenizas se usaban en el “agua de purificaci�n; es una expiaci�n” (N�meros 19:9). La ley sigue detallando cu�ndo y c�mo se utilizaban las cenizas de la novilla roja para purificar a los que entraban en contacto con un cad�ver: “El que tocare cad�ver de cualquier persona ser� inmundo siete d�as. Al tercer d�a se purificar� con aquella agua, y al s�ptimo d�a ser� limpio” (vers�culos 11-12). El proceso de purificaci�n utilizaba las cenizas de la novilla roja de la siguiente manera: “Y para el inmundo tomar�n de la ceniza de la vaca quemada de la expiaci�n, y echar�n sobre ella agua corriente en un recipiente; y un hombre limpio tomar� hisopo, y lo mojar� en el agua, y rociar�…sobre las personas que all� estuvieren, y sobre aquel que hubiere tocado el hueso, o el asesinado, o el muerto, o el sepulcro” (vers�culos 17-18).

Los mandamientos relativos a la novilla roja eran otra prefiguraci�n del sacrificio de Cristo por el pecado de los creyentes. El Se�or Jes�s era “sin defecto”, tal como deb�a ser la novilla roja. As� como la novilla fue sacrificada “fuera del campamento” (N�meros 19:3), Jes�s fue crucificado fuera de Jerusal�n (Hebreos 13:11-12). Y, al igual que las cenizas de la novilla roja limpiaban a la gente de la contaminaci�n de la muerte, as� el sacrificio de Cristo nos salva de la pena y la corrupci�n de la muerte.

El ritual de la novilla roja, tal como se estableci� en la Ley mosaica, era bastante sencillo; en el tiempo transcurrido desde entonces, el juda�smo ha a�adido muchas normas y otros criterios. La tradici�n talm�dica habla del tipo de cuerda con que deb�a atarse la novilla roja, la direcci�n en que deb�a mirar al ser sacrificada, las palabras pronunciadas por el sacerdote, el uso de sandalias durante el ritual, etc. Las reglas rab�nicas enumeraban muchas cosas que descalificar�an a una novilla roja para ser sacrificada: si hab�a sido cabalgada o apoyada sobre ella, si se le hab�a colocado una prenda encima, si un ave se hab�a posado sobre ella y si ten�a dos pelos negros o blancos, entre otras muchas condiciones que no se encuentran en el texto b�blico.

De acuerdo con la cronolog�a futurista de la escatolog�a, s� habr� un tercer templo de Dios en Jerusal�n. Jes�s profetiz� una profanaci�n del templo que ocurrir�a durante la tribulaci�n (Mateo 24:15; cf. 2 Tesalonicenses 2:4); para que eso ocurra, obviamente tendr� que haber un templo. Suponiendo que los que dediquen el templo de los �ltimos tiempos sigan la ley jud�a, necesitar�n las cenizas de una novilla roja, mezcladas con agua, para la limpieza ceremonial. Si realmente se ha encontrado una novilla roja sin defecto y est� en Israel, eso podr�a ser una pieza m�s que encaja en su lugar para el cumplimiento de la profec�a b�blica.

�Hay que encontrar una novilla roja antes de que ocurra el rapto? No, Jes�s podr�a regresar a recibir a los suyos en cualquier momento. El rapto no depende de la presencia de ninguna vaca en particular. �Se debe encontrar una novilla roja antes de que se reconstruya el templo? No necesariamente, aunque los defensores del templo ciertamente quieren una para prop�sitos ceremoniales. �Se requieren sacrificios de animales de cualquier tipo hoy en d�a? No, Jes�s cumpli� todos los requisitos de la ley, y Su sacrificio ofrece el verdadero perd�n y la vida eterna.

La Escritura contrasta expl�citamente la ceremonia de la novilla roja con el mayor sacrificio de Cristo: “las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificaci�n de la carne, �cu�nto m�s la sangre de Cristo, el cual mediante el Esp�ritu eterno se ofreci� a s� mismo sin mancha a Dios, limpiar� vuestras conciencias de obras muertas para que sirv�is al Dios vivo?” (Hebreos 9:13-14).

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