Pregunta: “�Un cristiano tiene dos naturalezas?”

Respuesta:

topreadz.com/Espanol Pregunta: “�Un cristiano tiene dos naturalezas?” Respuesta: El primer problema que surge con esto es una cuesti�n de sem�ntica. Por ejemplo, muchos prefieren “naturaleza de pecado”, otros prefieren “naturaleza pecaminosa”, y a�n otros prefieren la ambigua “carne”. Independientemente de los nombres espec�ficos utilizados para las partes en conflicto, lo que es relevante es que…

2018 logo BW
topreadz.com/Espanol



Pregunta: “�Un cristiano tiene dos naturalezas?”

Respuesta:
El primer problema que surge con esto es una cuesti�n de sem�ntica. Por ejemplo, muchos prefieren “naturaleza de pecado”, otros prefieren “naturaleza pecaminosa”, y a�n otros prefieren la ambigua “carne”. Independientemente de los nombres espec�ficos utilizados para las partes en conflicto, lo que es relevante es que una constante batalla ruge dentro del cristiano.

El segundo problema es la definici�n real de “naturaleza”. Como se defina esta palabra importante, determina c�mo uno ve la distinci�n entre el “hombre viejo” y el “hombre nuevo” y su correspondiente obrar en la vida del cristiano. Una forma de ver la “naturaleza” es entenderla como una “capacidad” dentro de un creyente. As�, el viejo hombre se interpreta como la antigua forma de vida, la de un inconverso. En este sentido, el cristiano tiene dos capacidades que compiten dentro de �l -la antigua capacidad para pecar y la nueva capacidad para resistir el pecado. El inconverso no tiene esa competencia en su interior; �l no tiene la capacidad para la santidad porque �l s�lo tiene la naturaleza de pecado. Eso no quiere decir que no puede hacer “buenas obras”, pero su motivaci�n para esas obras siempre est� manchada por su pecado. Adem�s, �l no puede resistir el pecado porque no tiene la capacidad para no pecar.

El creyente, en cambio, tiene la capacidad para la santidad, porque el Esp�ritu de Dios vive dentro de �l o ella. �l todav�a tiene la capacidad para el pecado, pero �l ahora tiene la capacidad de resistir el pecado y, lo que es m�s importante, el deseo de resistir y vivir piadosamente. Cuando Cristo fue crucificado, el viejo hombre fue crucificado juntamente con �l, dando como resultado que el cristiano ya no es un esclavo del pecado (Romanos 6:6). “y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia” (Romanos 6:18).

En el momento de la conversi�n, el cristiano recibe una nueva naturaleza. Es instant�neo. La santificaci�n, por otro lado, es el proceso por el cual Dios desarrolla nuestra nueva naturaleza, lo que nos permite crecer en santidad con el tiempo. Este es un proceso continuo con muchas victorias y derrotas en la medida que la nueva naturaleza batalla con el “tabern�culo” en el que reside el viejo hombre, la vieja naturaleza, carne.

En Romanos 7, Pablo explica la batalla que ruge continuamente, incluso en las personas m�s maduras espiritualmente. Lamenta que �l hace lo que �l no quiere hacer y, de hecho, hace el mal que aborrece. �l dice que esto es el resultado de “el pecado que vive en m�” (Romanos 7:20). Se deleita en la ley de Dios seg�n su “hombre interior”, pero �l ve otra ley obrando en “mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que est� en mis miembros” (v. 23). Aqu� est� el ejemplo cl�sico de las dos entidades, independientemente de las condiciones que pueda acarrear. El punto es que la batalla es real, y es una que los cristianos han de librar a lo largo de sus vidas.

Esta es la raz�n por la que los creyentes son alentados a hacer morir las obras del cuerpo (Romanos 8:13), hacer morir aquello que hace que un cristiano peque (Colosenses 3:5), y a dejar de lado otros pecados tales como ira, enojo, malicia, etc. (Colosenses 3:8). Todo esto para decir que el cristiano tiene dos naturalezas – la vieja y la nueva – pero la nueva naturaleza necesita renovarse continuamente (Colosenses 3:10). Esta renovaci�n, por supuesto, es un proceso de por vida para el cristiano. Aunque la lucha contra el pecado es constante, ya no estamos bajo el control del pecado (Romanos 6:6). El creyente es verdaderamente una “nueva criatura” en Cristo (2 Corintios 5:17), y es Cristo quien finalmente nos “rescatar� de este cuerpo de muerte. Gracias doy a Dios, por Jesucristo Se�or nuestro” (Romanos 7:24-25).

©

Similar Posts

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.