¿Quién fue el Imam Al-Ghazali?

Pregunta ¿Podría usted relatarnos algo sobre la vida y obra del Imam Al-Ghazali? Alabado sea Dios. Su nombre completo era Muhámmad Ibn Muhámmad Ibn Muhámmad Ibn Áhmad at-Tusi, pero fue más conocido como Al-Ghazali. Nació en Tus, en el 450 después de la Emigración, y su padre hilaba lana y la vendía en una tienda…

Pregunta

¿Podría usted relatarnos algo sobre la vida y obra del Imam Al-Ghazali?

Alabado sea Dios.

Su nombre completo era Muhámmad Ibn Muhámmad Ibn Muhámmad Ibn Áhmad at-Tusi,
pero fue más conocido como Al-Ghazali. Nació en Tus, en el 450 después de la
Emigración, y su padre hilaba lana y la vendía en una tienda de Tus.

La vida del Imam Al-Ghazali merece ser discutida en forma extensa, porque
atravesó diversas etapas. Estudió filosofía, pero luego rechazó sus
postulados. Luego estudió filosofía islámica (‘ilm al-kalam), y llegó a
dominar sus principios básicos, pero luego también se distanció de ella por
considerar que contenía contradicciones. Durante su aprendizaje de la
filosofía islámica refutó muchos argumentos de los filósofos, por lo que
recibió el título de Huyyat al-Islam. Posteriormente aprendió esoterismo,
pero también se distanció posteriormente de ellos, exponiendo la forma en
que ellos embaucaban manipulando los textos y las normas jurídicas. Luego
atravesó una etapa en que se acercó al sufismo, y estas se podrían decir que
fueron las cuatro etapas de su vida.

El shéij Abu ‘Umar Ibn as-Salah (que Allah tenga misericordia de él) habló
elogiosamente de él y dijo: “Mucho se ha dicho acerca de Abu Hámid, mucho se
ha narrado sobre él. Sobre las cosas que escribió en sus etapas previas, no
se le debe juzgar por ellas. Debemos guardar silencio sobre estas cosas y
dejarlas en manos de Dios”. Ver: Abu Hámid al-Ghazali wa at-Tasáwwuf, por
‘Abd er-Rahmán Dimashqíyah.

Ninguna persona sensata que haya leído sus obras negaría su extraordinaria
inteligencia, su ingenuidad y su perspicacia. El Imam Ad-Dahabi (que Allah
tenga misericordia de él) dijo de él: “Al-Ghazali, el shéij e imam, el
eminente erudito, Huyyat al-Islam, el cuestionador de su tiempo, Zain ed-Dín
Abu Hámid Muhámmad Ibn Muhámmad Ibn Muhámmad Ibn Áhmad at-Tusi ash-Sháfi’i
al-Ghazali, autor de muchos libros y poseedor de una inteligencia ulterior.
Se quedó a estudiar con el Imam al-Haramain y adquirió un profundo
conocimiento de la jurisprudencia islámica en escaso tiempo. Muy versado en
la filosofía islámica, participó en numerosos debates, hasta que llegó a ser
el más notable de los argumentadores…”. Fin de la cita de Siyar A’lám
an-Nubalá’, parte 9, p. 323.

El Imam Abu Hámid al-Ghazali tenía un profundo conocimiento de los
principios de la jurisprudencia, e incluso del sufismo y la filosofía
islámica, y también era un devoto adorador y asceta. Pero nunca perdió su
inclinación hacia la filosofía, que posteriormente canalizó hacia el sufismo
a través del cual reformuló concepciones islámicas. Por esta razón fue
criticado por algunos de sus contemporáneos que refutaron muchas de sus
ideas. Abu Bákr ibn al-‘Arabi dijo: “Nuestro shéij Abu Hámid estudió mucha
filosofía. Yo creo que luego intentó apartarse de ella pero no lo logró. Se
han narrado de él algunas opiniones que suenan esotéricas, y esto parece
comprobarse leyendo sus obras tempranas”. Ver Maymu’ al-Fatáwa, part. 4, p.
66.

Aun cuando Al-Ghazali era muy versado en distintas áreas del conocimiento
islámico y otras áreas del conocimiento de su época, tenía un escaso
conocimiento de la ciencia de los reportes y no podía distinguir claramente
entre los reportes auténticos y los débiles. El shéij Ibn Taimíyah (que
Allah tenga misericordia de él) dijo de él: “Si asumimos que alguien intentó
transmitir el punto de vista de nuestros rectos predecesores, pero lo que
transmitió está lejos de ser el punto de vista que realmente sostenían
ellos, entonces deberíamos concluir que tal persona tiene un escaso
conocimiento del punto de vista de ellos. Esto podría decirse de Abu
al-Ma’áli, de Ibn al-Jatíb, del Imam Abu Hámid al-Ghazali y de otros, que no
tenían suficiente conocimiento de la ciencia de los reportes que los
cualificara siquiera como eruditos ordinarios. Ninguno de ellos tenía un
profundo conocimiento de las obras de los imames Al-Bujari y Muslim y sus
reportes, y parece que no tenían de ellas un conocimiento mucho mayor que el
del musulmán de a pie, que no puede distinguir entre un reporte auténtico de
acuerdo a los eruditos de la ciencia de los reportes, y otro reporte falso e
inventado. Sus libros parecen dar testimonio de esto, puesto que contienen
extrañas afirmaciones que se apartan del camino recto. Hay muchos tópicos
bien conocidos acerca de esto.

El Imam Abu Hámid al-Ghazali, a pesar de su brillantez, su devoción a Dios,
su conocimiento de la filosofía islámica, su ascetismo y prácticas
espirituales, parecía estar confundido y recurrir a veces al camino de
aquellos que pretendían conocer la verdad a través de los sueños y métodos
espirituales”. Maymu’ al-Fatáwa, parte 4, pág. 71.

Él también dijo: “Por eso, aunque Abu Hámid refutó a los filósofos e incluso
consideró a muchos como incrédulos, a pesar de que expresó su veneración por
la profecía y sus obras afirman grandes verdades y contienen grandes
beneficios, todavía algunos de sus escritos contienen ideas filosóficas
incorrectas, que en nuestra opinión entran en contradicción con la profecía.
Por eso varios eruditos del Jorasán, de Iraq y del Mágrib lo criticaron,
tales como su amigo Abu Isjaq al-Marghinani, como también Abu al-Wafá’ ibn
‘Aqil, al-Qushairi at-Tartusi, Ibn Rushd (Averroes) y al-Máziri. También los
shéijs Abu ‘Amr Ibn as-Salah en su libro Tabaqat Ashbab ash-Sháfi’i, y Abu
Zakaríyah an-Nawawi, quien dijo: “Algunas cosas importantes por las que fue
criticado el Imam Al-Ghazali, afirmaciones extrañas que eran inaceptables
para los eruditos de su escuela jurídica, como por ejemplo lo que dijo en
Al-Muqáddimah al-Mantiq, al comienzo de Al-Mustasfa: “Esta es la base del
conocimiento, y quien no comprenda esto, su conocimiento no es confiable en
absoluto”.

El shéij Abu ‘Amr dijo: “Oí al shéij Al-‘Imad Ibn Iunus narrar del de Iusus
ad-Dimashqi, el maestro de An-Nizamíyah en Bagdad, quien fue uno de los
decanos famosos de esa escuela, que él solía cuestionar las palabras “Abu
Bákr y ‘Umar, y fulano de tal…”, señalando que estos líderes tenían una gran
fe y no habían leído la Muqáddimah”. Fin de la cita de Al-‘Aquidah
al-Isfahaníyah, parte 1, pág. 169.

Ad-Dahabi narró en su libro Siyar A’lám an-Nubalá’ que Muhámmad Ibn al-Walíd
at-Tartusi dijo en una carta que le envió a Ibn Muzáffar: “Sobre lo que
dices de Abu Hámid, me he encontrado con él y hemos conversado. Es muy
inteligente y capaz, y ha estado estudiando toda su vida, ha pasado la mayor
parte de su vida en el estudio. Pero creo que se ha apartado del camino de
nuestros eruditos predecesores y ha seguido el camino de los orantes. Luego
abrazó el sufismo y pareció olvidar el conocimiento y abocarse a la
“inspiración”, como aquellos que pretenden encontrar el conocimiento
espiritual. Él se mezcló con los filósofos y comenzó a criticar a los
juristas y eruditos de la filosofía islámica (‘ilm al-kalam).

Cuando escribió Ihiá’ ‘Ulum ed-Dín, comenzó hablando de la inspiración con
el lenguaje de los sufíes, pero no tenía conocimiento de muchos asuntos, y
por eso incluyó en su libro reportes débiles”.

Luego Ad-Dahabi dijo: “La obra Ihiá’ ‘Ulum ed-Dín contiene varios reportes
débiles, pero también contiene muchas cosas beneficiosas. Yo habría
preferido que no versara tanto sobre el ascetismo de los sufíes.

Le pedimos a Dios que nos conceda el conocimiento de lo que Dios ha revelado
en el Sagrado Corán, y lo que Su Mensajero Muhámmad (que la paz y las
bendiciones de Allah sean con él) ha enseñado tanto en sus actos como en sus
palabras, porque ciertamente adquirir este conocimiento no es algo de lo que
debamos abstenernos, es nuestra obligación. El Profeta Muhámmad (que la paz
y las bendiciones de Allah sean con él) nos enseñó a aferrarnos a su
Tradición, y a meditar en las palabras de Dios. Por eso debemos estudiar las
dos obras de reportes más auténticos (Al-Bujari y Muslim), Sunan an-Nasá’i,
Riádh an-Nawawi y también Al-Adkar.

Debemos tener precaución con las polémicas de los filósofos, los ejercicios
espirituales como el ayuno excesivo de los monjes, y aquellos que se
recluyen por largos períodos en lejanos monasterios. La bondad se halla en
el equilibro y la moderación, en el monoteísmo puro y tolerante, como enseñó
el Profeta Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él).

Y Dios es el Único cuya ayuda buscamos. Que Dios nos guíe a todos hacia el
camino recto.

Al-Maziri elogió a Abu Hámid, y dijo que su conocimiento de la
jurisprudencia era mucho mayor que simplemente conocer sus principios. Con
respecto a la filosofía islámica que trata sobre los pilares de la religión,
él escribió libros sobre este campo del conocimiento, pero no tenía un
conocimiento tan profundo. Le faltaba experiencia en este tópico.

Él estudió sobre filosofía antes de profundizar su conocimiento de la
jurisprudencia, y eso quizás lo llevó a hacer preguntas audaces sin conocer
ciertas normas legales.

Un amigo suyo me dijo que él estudió el libro Rasá’il Ijwán as-Safa, que
contiene cincuenta y un ensayos. Fue escrito por Ibn Sina (Avicena), cuyos
libros son muy famosos. Él estableció un paralelismo entre todos los
principios del credo islámico y la filosofía, ciertamente se esforzó duro en
entender donde otros habían fracasado. Yo he leído algunos de los libros de
Abu Hámid al-Ghazali y he notado que él lo cita mucho.

Con respecto al sufismo, yo no sé dónde lo aprendió, pero he visto que sus
compañeros mencionan los libros de Ibn Sina (Avicena) y también de Abu
Haiyán at-Tawhidi. Hasta donde entiendo, creo que tomó algunas de sus ideas
de él, porque me dijeron que Abu Haiyán escribió un inmenso libro, y que
Al-Ihiá’ contiene algunas de las nociones de él…
En Al-Ihiá’ él mencionó algunas ideas que no tienen bases, como comenzar a
cortarse las uñas por el dedo índice porque es el dedo principal de la mano,
porque este es el dedo que usamos para significar el doble testimonio de fe;
y luego continuar por el dedo medio, porque está a su derecha, y terminar
con el pulgar de la mano derecha. Él narró incluso un reporte acerca de
esto, pero este reporte no es auténtico.

Abu al-Farach al-Yauzí dijo: “Abu Hámid escribió Al-Ihiá’ ‘Ulum ed-Dín sin
saber que algunos de los reportes que incluyó en su obra no eran auténticos.
Su error fue recurrir a la inspiración y no investigar dentro del marco de
trabajo de la jurisprudencia. Él mencionó el relato de Abrahán y opinó que
la Luna, el Sol y las estrellas que Abrahán vio, eran barreras de luz que
separaban al ser humano de Dios. Esto suena como una interpretación
metafísica”.

Fin de la cita de Siyár A’lám an-Nubalá’, del Imam Ad-Dahabi, parte 19, pág.
340.

En el final de su vida el Imam Al-Ghazali (que Allah tenga misericordia de
él) se concentró en la ortodoxia de la Gente de la Comunidad y la Tradición
Profética, particularmente en el Sagrado Corán y en la Tradición Profética,
y tomó distancia de muchos puntos de vista de la filosofía islámica.
Aconsejaba aún más a los musulmanes actuar de acuerdo al Libro de Dios y la
Tradición de Su Mensajero, y puso como ejemplo a los compañeros del
Mensajero de Dios (que Dios esté complacido con todos ellos).

El shéij Ibn Taimíyah (que Allah tenga misericordia de él) dijo: “En el
final de su vida se acentuó en él el perfil de los eruditos ortodoxos, y fue
cuando escribió Iljám al-‘Awwám ‘an ‘Ilm al-Kalam”. Fin de la cita de Maymu’
al-Fatáwa, parte 4, p. 72.

Una mirada a esta obra Iljám al-‘Awwám ‘an ‘Ilm al-Kalam nos revelará lo
siguiente:

1 – Defendió el punto de vista de los rectos sucesores del Profeta,
señalando que ese era el camino correcto y denunciando las innovaciones en
la religión islámica.

2 – Reprobó las interpretaciones rebuscadas de los atributos divinos, y dijo
que debían interpretarse de acuerdo a su significado, sin malinterpretarlos
ni negarlos.

3 – Cuestionó enfáticamente a muchos eruditos de la filosofía islámica, sus
innovaciones reprehensibles y dijo: “Hemos visto el daño que han causado las
innovaciones en la religión, que afectaron a la filosofía islámica y se
esparcieron entre la gente, aun cuando los compañeros del Profeta las habían
prohibido. La filosofía islámica no existía en los tiempos del Mensajero de
Dios (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y de sus
compañeros, y por consiguiente ellos no siguieron esta metodología para
producir argumentos y análisis de las evidencias. En su tiempo ellos
hicieron esto de la mejor manera posible, y si hubieran pensado que usar
estos métodos era bueno, lo habrían hecho antes que nosotros y habrían
estudiado el asunto más de lo que estudiaron la división de la herencia
entre los descendientes”.

Él también dijo: “Los compañeros del Profeta Muhámmad (que Dios esté
complacido con todos ellos) necesitaban demostrar la profecía del Profeta
Muhámmad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) a los judíos y
cristianos, pero no podían agregar nada a la evidencia del Sagrado Corán.
Ellos no recurrieron a argumentos y principios ajenos, porque sabían que
esto causaría confusión. Para los musulmanes, no hay ninguna prueba después
de las pruebas del Libro de Dios”.

Ver: Abu Hámid al-Ghazali wa at-Tasáwwuf.

Estos son algunos comentarios de los eruditos acerca de la vida y obra del
Imam Al-Ghazali (que Allah tenga misericordia de él). Quiera Dios que sea
suficiente y esclarecedor. Y que Dios nos guíe a todos hacia el camino recto.

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