Pregunta: “�Apoya la Biblia la eugenesia?”

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topreadz.com/Espanol Pregunta: “�Apoya la Biblia la eugenesia?” Respuesta: La eugenesia es un movimiento social que apoya la supuesta mejora de la poblaci�n humana a trav�s de la cr�a selectiva y otros medios. Fue originalmente desarrollado por Francis Galton, un primo de Charles Darwin, y basado en la teor�a de la evoluci�n de Darwin. La palabra…

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Pregunta: “�Apoya la Biblia la eugenesia?”

Respuesta:
La eugenesia es un movimiento social que apoya la supuesta mejora de la poblaci�n humana a trav�s de la cr�a selectiva y otros medios. Fue originalmente desarrollado por Francis Galton, un primo de Charles Darwin, y basado en la teor�a de la evoluci�n de Darwin. La palabra eugenesia significa literalmente “buen nacimiento” y viene de una palabra griega que significa “bien nacido, de buena cepa, de raza noble”. El objetivo de la eugenesia es hacer del mundo (o al menos de un pa�s) un mejor lugar guiando el curso de la reproducci�n humana y “purificar” el acervo gen�tico.

Los eugenistas defienden la exploraci�n gen�tica, el control de la natalidad, la segregaci�n, el transhumanismo, la eutanasia, la esterilizaci�n obligatoria, los embarazos forzados y el aborto. La eugenesia se practic� abiertamente en las primeras d�cadas del siglo XX en muchos pa�ses, incluidos los Estados Unidos. Se aprobaron varias leyes estatales que permit�an la esterilizaci�n forzosa de personas institucionalizadas. Una ley de este tipo en Virginia sobrevivi� a una impugnaci�n judicial, y el juez de la Corte Suprema Oliver Wendell Holmes, Jr. escribi� en la decisi�n: “Es mejor para todo el mundo, que en lugar de esperar a que se ejecute a los hijos degenerados por delito, o que se les deje morir de hambre por su imbecilidad, la sociedad pueda evitar que los que son manifiestamente incapaces contin�en con su especie” (Buck v. Bell, Corte Suprema, 274 U.S. 200, decidido el 2 de mayo de 1927). Despu�s de la Segunda Guerra Mundial, la eugenesia con ese nombre cay� en desgracia cuando se conoci� el alcance de las atrocidades nazis.

Margaret Sanger, la fundadora de Planned Parenthood, el proveedor de abortos m�s grande de los Estados Unidos, tambi�n fue una defensora de la eugenesia que Sanger denunci� en contra de la “cr�a imprudente” de los “no aptos”. En su libro La mujer y la nueva raza, escribi�: “La cosa m�s misericordiosa que una familia numerosa hace a uno de sus miembros infantes es matarlo” (Cap�tulo V, “La maldad de crear familias numerosas”, 1920). Ella deseaba “criar una raza de purasangres humanos” y prefer�a que una sociedad “produjera mil purasangres que un mill�n de animalitos” (Radio WFAB Syracuse, 29 de febrero de 1924, transcrito en “El significado de la anticoncepci�n por radio”, abril de 1924, p�g. 111).

La Biblia no menciona espec�ficamente la eugenesia, pero la idea detr�s de la eugenesia — que el hombre puede mejorar a s� mismo librando al mundo de personas “indeseables” — definitivamente no es b�blica. Y los m�todos promovidos por los eugenistas, incluyendo el aborto, la eutanasia y la segregaci�n racial, son pr�cticas malvadas. Dios le dijo a la humanidad que “sea fruct�fera y se multiplique” (G�nesis 1:28; 9:1, 7). En las Escrituras no se hace ninguna excepci�n a ese mandamiento, y ciertamente no hay ninguna modificaci�n racial a ese mandamiento que se sugiera en ninguna parte de la Biblia. El hecho de que los ingenieros sociales usurpen la autoridad de Dios sobre la vida y la muerte para crear una “raza maestra” autodefinida es malvado. B�blicamente, s�lo hay una raza — la raza humana — con todos los descendientes de Ad�n y Eva. La discriminaci�n racial y la superioridad �tnica van en contra de la naturaleza misma de Dios: “Dios no hace acepci�n de personas, sino que en toda naci�n se agrada del que le teme y hace justicia” (Hechos 10:34-35).

El te�logo ingl�s G. K. Chesterton escribi� en su libro de 1922 Eugenesia y otros males, “No hay raz�n para la Eugenesia, pero hay muchos motivos. Sus partidarios son sumamente ambiguos en cuanto a su teor�a, pero ser�n dolorosamente pr�cticos en cuanto a su pr�ctica” (del Cap�tulo VIII, “Un resumen de una falsa teor�a”). Ya que esa pr�ctica involucra el aborto y la eutanasia, la eugenesia es simplemente un asesinato.

La eugenesia no se llama com�nmente con ese nombre hoy en d�a, pero la filosof�a que la sustenta sigue siendo evidente en la gen�tica m�dica. El examen gen�tico actual y la manipulaci�n gen�tica fetal son vestigios de la eugenesia. Cuando se diagnostica un posible defecto gen�tico en un ni�o que no ha nacido, algunas parejas deciden abortar el beb�. Los ni�os no nacidos con s�ndrome de Down son un ejemplo: en Estados Unidos, se estima que el 67 por ciento de los no nacidos diagnosticados con s�ndrome de Down son abortados; en Francia, el 77 por ciento; en Dinamarca, el 98 por ciento; y en Islandia casi el 100 por ciento (“�En qu� tipo de sociedad quieres vivir?”): Dentro del pa�s donde el s�ndrome de Down est� desapareciendo”, cbsnews.com/news/down-syndrome-iceland, consultado el 22 de junio de 20). Se trata de la eugenesia con otro nombre, ya que la gente sigue intentando identificar y eliminar el material gen�tico que considera “no apto” o indeseable.

La eugenesia es un experimento de ingenier�a social in�til e inmoral. Es una pendiente resbaladiza en la que los locos cient�ficos de Chesterton anulan la autoridad de Dios y buscan crear su propia utop�a en la Tierra. Hace siglos, Job lament� la maldad de su �poca: “A la luz se levanta el matador; mata al pobre y al necesitado, Y de noche es como ladr�n” (Job 24:14). Esta es la funci�n del eugenista: matar a los pobres y necesitados y a aquellos que considera “indignos”, evitar una “mala calidad de vida” (en su opini�n) quitando la vida, negando la libertad de los hombres y jugando a ser Dios.

El d�a que Jes�s y Sus disc�pulos caminaban por Jerusal�n, Sus disc�pulos preguntaron por un hombre que hab�a nacido ciego. Quer�an saber “�qui�n pec�, �ste o sus padres, para que haya nacido ciego?” (Juan 9:2). Jes�s respondi�: “No es que pec� �ste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en �l” (vers�culo 3). �Qui�nes somos nosotros para decidir qui�n exhibe o no las obras de Dios?

En contraste directo con la eugenesia, la Biblia nos dice que defendamos a los d�biles y desfavorecidos: “Librad al afligido y al necesitado; libradlo de mano de los imp�os” (Salmo 82:4); “Bienaventurado el que piensa en el pobre” (Salmo 41:1; ver tambi�n Mateo 25:35-36; Hechos 20:35). Matar a los desfavorecidos, sacrificar a aquellos que los m�s afortunados determinan que son “no aptos” para la vida, o eliminar a los d�biles resulta extremadamente perverso.

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