Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre el etnocentrismo?”

Respuesta:

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Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre el etnocentrismo?”

Respuesta:
El etnocentrismo es la creencia de que el grupo �tnico particular de una persona es superior a todos los dem�s y que todos los dem�s grupos �tnicos se deben evaluar subjetivamente con relaci�n al propio. Es un sistema de creencias que conduce a un orgullo extremo y a la falta de consideraci�n por los dem�s. Ya que la raza suele formar parte de la etnia, el etnocentrismo normalmente est� relacionado con el racismo, lo cual ha sido una plaga para la humanidad durante siglos. No hay lugar en el pueblo de Dios para las actitudes etnoc�ntricas que conducen al racismo. Tales actitudes son contrarias a las Escrituras y desagradables para Dios.

B�blicamente, el etnocentrismo es un pecado. Todos los hombres y mujeres est�n hechos a imagen de Dios (G�nesis 1:26-27; 9:6), aunque esa imagen se haya corrompido por el pecado. Dios no muestra parcialidad o favoritismo (Deuteronomio 10:17; Hechos 10:34). Jes�s no dio Su vida por una raza, cultura o tribu en particular, sino que con Su muerte “has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y naci�n” (Apocalipsis 5:9). Las Escrituras nos dicen que Jes�s vino a salvar al mundo, tanto a los jud�os como a los gentiles. Pablo lo confirma diciendo: “Ya no hay jud�o ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay var�n ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jes�s” (G�latas 3:28) y “donde no hay griego ni jud�o, circuncisi�n ni incircuncisi�n, b�rbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos” (Colosenses 3:11).

Jes�s derrib� todas las barreras de raza, cultura y etnia con Su muerte en la cruz. Pablo escribi� sobre la unidad entre jud�os y gentiles en Efesios 2:14: “Porque �l es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separaci�n”. El etnocentrismo, ya sea que se base en rencores hist�ricos, suposiciones err�neas, o en un manifiesto orgullo humano, es totalmente contrario a la Palabra de Dios. Se nos ordena que nos amemos los unos a los otros como �l nos ha amado (Juan 13:34), y tal orden impide cualquier discriminaci�n basada en la raza, la etnia o la cultura.

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