Pregunta: “�C�mo puedo saber si estoy siendo llamado a predicar?”

Respuesta:

topreadz.com/Espanol

Pregunta: “�C�mo puedo saber si estoy siendo llamado a predicar?”

Respuesta:
No hay duda que la predicaci�n es un noble llamado y que es importante para Dios (1 Timoteo 3:1-7; Santiago 3:1; Efesios 4:11-16). La predicaci�n no es simplemente una forma de llenar el tiempo en el servicio de adoraci�n, ni tampoco es el compartir experiencias personales, sin importar que tan conmovedoras sean. Tampoco es una “charla” bien organizada pensada para dar una serie de pasos hacia una vida mejor. La predicaci�n, como registra el ap�stol Pablo, es el instrumento mediante el cual se transmite la verdad vivificante del evangelio de Jesucristo. Las palabras del predicador deben ser fieles a la Palabra de Dios, que es “el poder de salvaci�n para todo el que cree” (Romanos 1:16). La amonestaci�n de Pablo al joven pastor Timoteo destaca la prioridad de la predicaci�n: “Te encarezco delante de Dios y del Se�or Jesucristo…que prediques la palabra” (2 Timoteo 4:1-2). As� que no hay duda de que la predicaci�n de la Palabra es de primordial importancia para Dios. Cualquiera que considere entrar en el ministerio como predicador, tambi�n debe ver la Palabra de Dios como la prioridad n�mero uno.

�Pero c�mo puede uno estar seguro de que est� llamado a predicar? Primero est�n los indicadores subjetivos. Si un hombre tiene un deseo ardiente en su interior para predicar, un deseo que no se puede negar, eso es un buen indicador de un “llamado” de Dios. El ap�stol Pablo y el profeta Jerem�as del Antiguo Testamento experimentaron el mismo deseo de comunicar la Palabra de Dios. Pablo dijo: “Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qu� gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y !!ay de m� si no anunciare el evangelio” (1 Corintios 9:16). Estar “obligado” a predicar implica ser impulsado por una irresistible e innegable necesidad de hacerlo. Jerem�as describi� la necesidad como un “fuego ardiente” (Jerem�as 20:8-9) que no pod�a apagarse. Al intentar controlarlo, se sent�a cansado.

En segundo lugar, est�n los indicadores objetivos del llamado de Dios a predicar. Si la respuesta a los primeros esfuerzos de predicaci�n es positiva, es un buen indicador de que el futuro predicador tiene el don de didaktikos, el don de la ense�anza, por parte del Esp�ritu Santo (Efesios 4:11). Todo predicador debe ser ante todo un maestro de la Palabra de Dios, transmiti�ndola de forma clara y concisa y aplic�ndola personalmente a los oyentes. Los l�deres de la iglesia son normalmente los que mejor determinan si un hombre tiene este don. Si est�n de acuerdo en que �l tiene este don, el futuro predicador debe ser examinado por el liderazgo en cuanto a su car�cter, como se indica en los requisitos para los ancianos en 1 Timoteo 3 y Tito 1. Estas dos afirmaciones de la iglesia son otra indicaci�n del llamado de Dios.

Finalmente, cada paso del proceso debe hacerse en oraci�n. Si Dios realmente llama a un hombre a predicar, lo confirmar� de muchas maneras. Si sientes que est�s siendo llamado a predicar, busca el rostro de Dios y p�dele m�s oportunidades y m�s confirmaciones, tanto internas como externas. P�dele tambi�n que �l lo haga evidente si Su voluntad no es la de continuar. Ten confianza en el hecho de que Dios est� soberanamente en control de todas las cosas y sabemos “que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su prop�sito son llamados” (Romanos 8:28). Si �l te ha llamado a predicar, ese llamado no te ser� negado.

©