Pregunta: “�Cu�l es la importancia de la procreaci�n seg�n la Biblia?”

Respuesta:

topreadz.com/Espanol Pregunta: “�Cu�l es la importancia de la procreaci�n seg�n la Biblia?” Respuesta: En el primer cap�tulo del G�nesis, Dios les dice a Ad�n y Eva: “Fructificad y multiplicaos” (G�nesis 1:28). Este primer mandamiento -que tambi�n fue una bendici�n – que Dios dio a las personas fue una orden de tener hijos y de procrear….

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Pregunta: “�Cu�l es la importancia de la procreaci�n seg�n la Biblia?”

Respuesta:
En el primer cap�tulo del G�nesis, Dios les dice a Ad�n y Eva: “Fructificad y multiplicaos” (G�nesis 1:28). Este primer mandamiento -que tambi�n fue una bendici�n – que Dios dio a las personas fue una orden de tener hijos y de procrear. La misma orden/bendici�n, “fructificad y multiplicaos”, se repite con la familia de No� en G�nesis 9:1 y 7.

Cuando Dios dio a Ad�n y Eva el mandato de procrear, eran las �nicas dos personas en el mundo. Hab�an sido creados como “hombre y mujer”, sus cuerpos estaban dise�ados para la uni�n y la procreaci�n (G�nesis 1:27), y Dios los bendijo con la fructificaci�n. La procreaci�n era de vital importancia, ya que la intenci�n de Dios para los seres humanos, creados a Su imagen, era: “sojuzgadla, y se�oread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra” (vers�culo 28). No�, su esposa y sus tres hijos y sus esposas se encontraban en una situaci�n similar: eran las �nicas personas que viv�an en la tierra. As� que Dios dio a esas ocho personas un mandato similar y la bendici�n de la fertilidad.

Hoy en d�a, la procreaci�n tambi�n es importante. Hay una raz�n obvia: si nadie procreara, la humanidad dejar�a de existir en este planeta. Adem�s, tener hijos es un don de Dios. Numerosos pasajes de las Escrituras consideran que los hijos son una bendici�n, como el Salmo 127:3-5:

“He aqu�, herencia del Se�or son los hijos;

Cosa de estima el fruto del vientre.

Como saetas en mano del valiente,

As� son los hijos habidos en la juventud.

Bienaventurado el hombre que llen� su aljaba de ellos;

No ser� avergonzado

Cuando hablare con los enemigos en la puerta”.

La procreaci�n en una familia cristiana da a los padres el privilegio de criar a sus propios hijos, y los padres tienen la responsabilidad principal de “criadlos en disciplina y amonestaci�n del Se�or” (Efesios 6:4). Ense�ar a los propios hijos los mandamientos de Cristo es un privilegio y un gozo.

Esto no quiere decir que la procreaci�n se les ordene a los creyentes hoy en d�a. Si “fructificad y multiplicaos” es un mandamiento expl�cito para que todas las parejas tengan hijos, nos encontramos con un problema. A menos que estemos dispuestos a decir que las parejas est�riles est�n desobedeciendo directamente a Dios, no podemos decir que la procreaci�n es un mandato. En ninguna parte de las Escrituras se condena la infertilidad como un pecado o se la califica como una maldici�n de Dios. B�blicamente, podemos agradar a Dios y darle gloria independientemente de que tengamos o no hijos. El matrimonio no es obligatorio (Mateo 19:12), y tampoco lo es tener hijos. Jes�s, que no estaba casado y no ten�a hijos, es el ejemplo perfecto.

Aunque no seamos f�sicamente “fruct�feros”, podemos ser espiritualmente fruct�feros y multiplicar los ciudadanos del reino de Dios cuando obedecemos el mandato de Jes�s: “id, y haced disc�pulos a todas las naciones” (Mateo 28:19).

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