Pregunta: “�Cu�ntos profetas hay en la Biblia?”

Respuesta:

topreadz.com/Espanol Pregunta: “�Cu�ntos profetas hay en la Biblia?” Respuesta: Un profeta en la Biblia era alguien que revelaba los mensajes que Dios enviaba a otros. Algunos, como Mois�s, escuchaban directamente de Dios y transmit�an las palabras por escrito o de forma oral. Otros, como Jos� y Daniel, interpretaban los sue�os y/o visiones de otras personas….

2018 logo BW
topreadz.com/Espanol



Pregunta: “�Cu�ntos profetas hay en la Biblia?”

Respuesta:
Un profeta en la Biblia era alguien que revelaba los mensajes que Dios enviaba a otros. Algunos, como Mois�s, escuchaban directamente de Dios y transmit�an las palabras por escrito o de forma oral. Otros, como Jos� y Daniel, interpretaban los sue�os y/o visiones de otras personas. Los mensajes pod�an ser profec�as del futuro, mensajes para el que los escuchaba o advertencias para otros. La vida de un profeta de Dios nunca fue f�cil (ver Hechos 7:52). A continuaci�n, se presenta una lista de profetas que se encuentran en la Biblia:

Profetas en el Antiguo Testamento

� No�: No� fue un profeta en el sentido de que Dios le habl� sobre el futuro y posiblemente predic� el juicio contra otros. G�nesis 7:1-4; 8:16-17, 21-22; y 9:1-16 registran momentos en los que Dios le habl� directamente a No�. Algunas veces se interpreta Hebreos 11:7 como que Dios le dijo a No� que predicara contra la gente malvada que viv�a a su alrededor, aunque las palabras “por esa fe conden� al mundo” puede tambi�n significar que la fe de No� fue un ejemplo de c�mo deber�an haber actuado y una prueba de que la fe era posible.

� Abraham: Dios habl� con Abraham varias veces. Muchas de sus conversaciones fueron de instrucci�n, aunque Dios tambi�n le dio a Abraham visiones del futuro. De hecho, en su primer encuentro, Dios comenz� dici�ndole a Abram que dejara su pa�s y viajara a un nuevo lugar (G�nesis 12:1) y luego pas� directamente a una bendici�n que se duplic� como si fuera una profec�a del futuro (G�nesis 12:2-3).

� Jacob: En G�nesis 28:10-22, Jacob tuvo su sue�o de la escalera al cielo y una reiteraci�n de la promesa de Dios a su padre Abraham. En G�nesis 49, Jacob dio una profec�a precisa sobre el futuro de los descendientes de sus hijos.

� Jos�: En nuestra primera presentaci�n de Jos�, en G�nesis 37:3-11, �l cont� dos sue�os que hab�a tenido: profec�as de que un d�a gobernar�a sobre sus hermanos y padres. Sus sue�os indignaron tanto a sus hermanos que le vendieron como esclavo, lo que le llev� a ocupar una posici�n pol�tica tan elevada que tuvieron que acudir a �l para que les diera de comer, cumpliendo as� su sue�o. Sin embargo, antes de llegar a esa posici�n, Jos� interpret� los sue�os del copero y del panadero del Fara�n (G�nesis 40) y luego el propio sue�o del Fara�n (G�nesis 41:1-40).

� Mois�s: Gran parte de �xodo, Lev�tico, N�meros y Deuteronomio est�n llenos de mensajes de Dios a Mois�s y por medio de �l. Comienzan en el �xodo 3, cuando Dios llam� a Mois�s desde la zarza ardiente para que volviera a Egipto a pronunciar un juicio contra el fara�n y rescatara a los israelitas. Las profec�as de Mois�s incluyen no solo reproches contra los israelitas, sino tambi�n predicciones sobre el futuro. Dios habl� m�s a Mois�s que a cualquier otro en la Biblia.

� Aar�n: Cuando Mois�s se quej� de que no era un buen orador en p�blico, Dios hizo que su hermano, Aar�n, fuera su portavoz. En �xodo 7:1-7, Aar�n comenz� su misi�n como profeta de Dios, reprendiendo y dando advertencias a los dem�s.

� Mar�a: En �xodo 15:20 la hermana de Mois�s, Mar�a, aparece como profeta. No sabemos espec�ficamente qu� mensaje le dio Dios, aparte del c�ntico que entona en el vers�culo 21. En N�meros 12, sin embargo, observamos que ni el juicio de ella ni el de Aar�n estuvieron respaldados por lo que Dios les dijo.

� Los setenta ancianos de Israel: Aunque Dios hab�a provisto a los israelitas de man� y agua, ellos exigieron tambi�n carne. Dios prometi� complacerlos. Durante los preparativos, Mois�s orden� a los setenta ancianos que acudieran a la tienda de reuni�n, y el Esp�ritu Santo los invisti� temporalmente con la capacidad de profetizar (N�meros 11:25).

� Eldad y Medad: Eldad y Medad eran dos de los setenta ancianos, pero por una raz�n desconocida se quedaron en el campamento y no fueron a la tienda de reuni�n. De todos modos, el Esp�ritu Santo los encontr� y profetizaron por poco tiempo (N�meros 11:26).

� Balaam: Balaam tiene la particularidad de ser un verdadero profeta que adem�s era un hombre malvado. El rey de Moab trat� de sobornarlo para que maldijera a Israel. Balaam lo intent�, pero su temor a Dios, su integridad como profeta y su obstinada asna vencieron su codicia (N�meros 22-24). Hay una advertencia sobre el pecado de Balaam en Judas 1:11.

� Eli�: Los tres amigos de Job, que no le apoyaban, son muy conocidos, aunque hacia la mitad de sus consejos lleg� Eli�. Su largo mensaje (Job 32-35) conden� a los otros tres amigos, confront� a Job sobre su falta de confianza en Dios y les record� a todos que Dios es justo.

� Josu�: Cuando Mois�s muri�, Josu� tom� el mando de la campa�a de los israelitas hacia la Tierra Prometida. En Josu� 1:1-9, Dios le dio �nimos para la dura tarea que ten�a por delante y una promesa de �xito. Tambi�n le advirti� que deb�a obedecer la ley que Dios le hab�a dado a Mois�s.

� D�bora: D�bora es la �nica mujer juez de Israel de la que se tiene constancia, y Jueces 4:4 dice que tambi�n era profetisa. En Jueces 4:6-7, D�bora transmiti� o hizo cumplir el mensaje de Dios al comandante militar Barak; en Jueces 4:9, comunic� una profec�a de acontecimientos futuros.

� Gede�n: Gede�n fue uno de los profetas menos dispuestos de la Biblia. A lo largo de Jueces 6-8, Dios gui� a Gede�n para que tomara un peque�o ej�rcito y destruyera a los opresores madianitas y amalecitas. No est� claro si Gede�n fue el profeta que transmiti� la promesa de Dios en Jueces 6:8-10.

� Samuel: Samuel recibi� su primer mensaje de Dios en 1 Samuel 3:4 cuando era un ni�o de corta edad. Pas� su vida como mensajero de Dios; dos de sus actos m�s significativos fueron ungir a Sa�l (1 Samuel 9) y a David (1 Samuel 1:13) para ser rey. Las palabras que Samuel dirigi� a Sa�l sobre la sabidur�a de Dios pr�cticamente no fueron escuchadas, y Samuel incluso regres� de la tumba para anunciar el castigo de Dios por la desobediencia de Sa�l (1 Samuel 28:15-19).

� Una compa��a de profetas: Poco despu�s de la unci�n de Sa�l como rey, �ste se encontr� con setenta profetas y se uni� a ellos (1 Samuel 10:10).

� El rey Sa�l: Samuel le dio a Sa�l instrucciones espec�ficas justo despu�s de que Samuel lo ungiera para ser rey. Haciendo caso a las indicaciones de Samuel, Sa�l se reuni� con un grupo de profetas y profetiz� con ellos (1 Samuel 10:10).

� Gad: Mientras eran perseguidos por Sa�l, David y un grupo de seguidores se escondieron en una fortaleza. El profeta Gad le envi� una palabra de Dios sobre lo que deb�a hacer despu�s ( 1 Samuel 22:5).

� Nat�n: Nat�n parece haber sido la primera persona con quien David se comunicaba para recibir las palabras de Dios. En 2 Samuel 7:4-17, Nat�n le dijo a David que Salom�n construir�a el templo. En 2 Samuel 12:1-15, Nat�n reprendi� a David por cometer adulterio con Betsab� y matar a su marido.

� David: En la �poca de los reyes, Dios acostumbraba a hablar al rey por medio de profetas, y no directamente como lo hab�a hecho con Abraham, Mois�s, Josu�, D�bora y Gede�n. Sin embargo, David debi� recibir alg�n tipo de mensaje de Dios, ya que muchos de sus salmos profetizan la venida de Jes�s (Salmo 8; 22; 110).

� Asaf: Asaf fue uno de los l�deres de adoraci�n designados por el rey David. Era un levita y un gran escritor: gran parte de los salmos fueron escritos por �l o por quienes �l inspir�. Sus canciones se cantaban junto con las de David en la �poca de Ezequ�as (2 Cr�nicas 29:30).

� M�sicos del tabern�culo: Primera de Cr�nicas 25:1-7 enumera los m�sicos a los que David encomend� la tarea de tocar frente al tabern�culo y los identifica como profetas. Entre ellos est�n Hem�n, nieto de Samuel, Jedut�n y Asaf, adem�s de sus hijos.

� Escritores de los salmos: Muchos de los salmos, aparte de los que se consideran que fueron escritos por David, se refieren a la venida de Cristo, incluyendo los salmos 2, 18, 89 (de Et�n el ezra�ta), 132 y muchos otros.

� Rey Salom�n: En 1 Reyes 3, Dios le pregunt� a Salom�n en un sue�o si hab�a algo que le gustar�a recibir de �l. Salom�n eligi� la sabidur�a.

� Agur: Agur, el hijo de Jequ�, lo citan como el autor de Proverbios 30. No se sabe nada m�s sobre �l.

� Ah�as: Desafortunadamente, Salom�n no siempre us� su sabidur�a. Se cas� con muchas mujeres y se dej� llevar por la adoraci�n de sus dioses. En 1 Reyes 11:29-39, Ah�as le dijo a Jeroboam que �l tomar�a el mando de diez de las tribus de Israel despu�s de la muerte de Salom�n. Varios a�os despu�s, Ah�as le dijo a la esposa de Jeroboam que, a causa de su pecado contra Dios, no s�lo morir�a su hijo, sino que todo el linaje de Jeroboam ser�a cortado (1 Reyes 14:1-18).

� Iddo: El profeta Iddo se menciona varias veces, y al menos un pasaje sugiere que en alg�n momento tuvo su propio libro, pero no hay mucho registro de �l en la Biblia. Iddo predijo el ascenso de Jeroboam (2 Cr�nicas 9:29) y escribi� un registro de Roboam (2 Cr�nicas 12:15) y de Ab�as (2 Cr�nicas 13:17).

� Sema�as: Despu�s de que las diez tribus del norte siguieran a Jeroboam, el hijo de Salom�n, Roboam, prepar� a las tribus del sur para la batalla. Dios envi� a Sema�as para decirles que regresaran a casa (1 Reyes 12:22).

� Azar�as: En la Biblia se mencionan a varios Azar�as, incluyendo a un longevo rey de Jud� (2 Reyes 15), pero s�lo a uno se le llama espec�ficamente profeta. �l dio la advertencia que Dios hizo al rey Asa, alent�ndole a librar a la naci�n de Jud� de los �dolos (2 Cr�nicas 15:1-7).

� Hanani: Aunque el rey Asa confiaba en Dios, tambi�n soborn� al rey de Siria para que rompiera su pacto con el rey Baasa de Israel. Hanani le dijo a Asa que Dios habr�a destruido al rey de Siria por �l si hubiera seguido al Se�or. En respuesta, Asa puso a Hanani en el calabozo y descarg� su ira contra algunos de su pueblo (2 Cr�nicas 16:7-10).

� Jeh�: El profeta Jeh� vivi� en la �poca del rey Baasa y era hijo de Hanani. Jeh� anunci� el juicio de Dios contra Baasa, diciendo que, a causa de su pecado, los perros y las aves se comer�an los cuerpos de su familia (1 Reyes 16:1-7).

� El�as: El�as fue probablemente el profeta m�s relevante que no escribi� su propio libro. Proclam� la palabra de Dios en el reino del norte de Israel en la �poca del malvado rey Acab. Fue �l quien se asegur� de que una viuda siempre tuviera aceite y harina (1 Reyes 17:8-16), resucit� al hijo de esa misma viuda de entre los muertos (1 Reyes 17:17-24), tuvo un enfrentamiento con los sacerdotes de Baal en el Monte Carmelo (1 Reyes 18:17-40), y la voz apacible de Dios lo fortaleci� en su agotamiento y depresi�n (2 Reyes 2:1-11). Al final de su vida, un carro de fuego lo llev� al cielo, y su manto cay� en manos de Eliseo que fue su sucesor (2 Reyes 2:1-12).

� Profeta sin nombre: Cuando el reino del norte de Israel se vio amenazado por Siria, este profeta asegur� al rey Acab que Israel triunfar�a con la ayuda de Dios. Acab triunf�, dos veces. Pero dej� vivir a Ben-adad, el rey de Siria. Otro profeta, o tal vez el mismo, se disfraz� de soldado herido y profetiz� contra Acab por no matar a Ben-adad (1 Reyes 20).

� Mica�as: Por alguna raz�n, el buen rey de Jud�, Josafat, se llevaba bastante bien con el malvado rey de Israel, Acab. Acab invit� a Josafat a luchar con �l contra Ramot de Galaad, y Josafat acept�, pero no sin antes buscar un profeta para pedir la gu�a de Dios. Acab ten�a cuatrocientos falsos profetas que les dec�an que Dios estaba con ellos, pero Josafat insisti� en un profeta que realmente oyera de Dios. Acab conoc�a a uno, pero se resist�a a llamarlo, ya que nunca ten�a nada bueno que decir. Mica�as revel� que Dios hab�a enviado un esp�ritu mentiroso a los cuatrocientos profetas para atraer a Acab a su muerte. De todos modos, Acab fue a la batalla y fue alcanzado y muerto por una flecha que cay� al azar (1 Reyes 22:13-28).

� Jahaziel: Cuando se vio amenazado por los moabitas y los amonitas, el rey Josafat tom� la inusual iniciativa de ayunar y convocar a todo Jud� para pedir ayuda a Dios. Dios respondi� por medio de Jahaziel, quien profetiz� que Jud� destruir�a a sus enemigos e incluso dio consejos sobre c�mo llevar a cabo la derrota (2 Cr�nicas 20:1-23).

� Eliezer: El siempre sabio Josafat se uni� al malvado rey Ocoz�as de Israel para construir unos barcos. Eliezer se enfrent� a Josafat, diciendo que, por haberse unido a Ocoz�as, Dios destruir�a lo que hab�a hecho. Los barcos naufragaron antes de llegar a su destino (2 Cr�nicas 20:35-37).

� Profetas desconocidos: En la �poca de El�as y Eliseo vivieron varios profetas, que pertenec�an a la escuela de los profetas. No se sabe nada de estos profetas, salvo que algunos viv�an en Betel (2 Reyes 2:3) y otros en Jeric� (2 Reyes 2:5), y que todos ellos fastidiaban a Eliseo record�ndole que la partida de El�as era inminente.

� Eliseo: Eliseo fue el sucesor de El�as y el segundo profeta m�s importante del que no hay libro. Pas� siete u ocho a�os como aprendiz de El�as antes de que �ste fuera llevado al cielo. Luego ayud� a erradicar la adoraci�n a Baal (2 Reyes 10:28), devolvi� la vida al hijo de una viuda (2 Reyes 4:18-37) y san� la lepra de Naam�n (2 Reyes 5). El poder y la autoridad que Dios le otorg� fueron tan grandes que, cuando arrojaron a un muerto a la tumba de Eliseo, el hombre volvi� a la vida (2 Reyes 13:2-21).

� El sacerdote Zacar�as: Cuando el rey Jo�s era un beb�, su abuela parricida, Atal�a, lo escondi� y lo cri� el sacerdote Joiada hasta que los sacerdotes pudieron arreglar la muerte de la reina. Jo�s empez� siendo un buen rey, pero, como muchos otros, lleg� a depender demasiado de s� mismo. Tras la muerte de Joiada, Jo�s se dej� llevar r�pidamente por la adoraci�n de �dolos. Cuando el hijo de Joiada, Zacar�as, se enfrent� a Jo�s y al pueblo, el rey orden� que lo apedrearan (2 Cr�nicas 24:20-22).

� Jon�s: Jon�s es m�s conocido por el libro que lleva su nombre y por su gran renuencia a ir a N�nive. Tambi�n fue profeta en Israel en la �poca de Jeroboam II. Aunque el rey era tan malvado como cualquier otro, Dios a�n no quer�a que Israel fuera destruido. Envi� a Jon�s a Jeroboam y lo llev� a restaurar una frontera contra sus enemigos (2 Reyes 14:23-27).

� Joel: Despu�s de que las cosechas de Jud� fueran arrasadas por una nube de langostas, Joel compar� la devastaci�n con lo que Dios har�a si el pueblo no volv�a a �l. Joel tambi�n profetiz� el derramamiento del Esp�ritu Santo en Pentecost�s (Joel 2:28; cf. Hechos 2:16-21).

� Am�s: Am�s era un pastor de Judea al que se le encarg� profetizar contra Israel. Sus advertencias fueron ignoradas, lo que llev� a Israel al cautiverio por parte de Asiria poco tiempo despu�s.

� Oseas: Con frecuencia, Dios exig�a mucho a sus profetas, y Oseas fue un excelente ejemplo. Para ilustrar la infidelidad del reino del norte de Israel, Dios hizo que Oseas se casara con una prostituta que sigui� siendo infiel despu�s de casarse. Con el fin de mostrar el deseo de Dios de perdonar a Su pueblo, le dijo a Oseas que aceptara de nuevo a Gomer. Adem�s del mensaje a Israel de la fidelidad de Dios, Oseas incluye una profec�a de que los gentiles un d�a seguir�an a Dios (Oseas 2:23).

� Isa�as: Isa�as ostenta el r�cord de ser el profeta que m�s se menciona en el Nuevo Testamento. Fue consejero del rey Ezequ�as de Jud�, pero tambi�n tuvo que caminar descalzo y desnudo durante tres a�os como profec�a contra Egipto y Cus. Su libro contiene profec�as sobre Jes�s y Juan el Bautista, y Jes�s utiliz� Isa�as 61:1-2 para comenzar Su ministerio en Nazaret. Es posible que Isa�as tambi�n fuera sacerdote (Isa�as 6:4).

� Miqueas: Miqueas fue profeta durante los reinados de Jotam, Acaz y Ezequ�as de Jud�. Su mensaje inclu�a la condena del pecado y la promesa de la llegada del Mes�as. Su libro contiene la �nica menci�n de Bel�n como lugar donde nacer�a el Mes�as.

� Obed: Aunque los reyes de Jud� eran por lo general mejores que los de Israel, todav�a hab�a algunos que adoraban a los �dolos e incluso sacrificaban a sus hijos. Cuando Acaz lo hizo, Dios trajo a los sirios para castigarlos. Los sirios mataron al menos a 120.000 personas y se llevaron a 200.000 cautivos. El profeta Obed, por orden de Dios, los detuvo, dici�ndoles a los invasores que ya hab�an ido demasiado lejos y que deb�an liberar a los cautivos y devolver el bot�n, cosa que hicieron (2 Cr�nicas 28:1-15).

� Sofon�as: Sofon�as fue otro profeta que advirti� a Jud� sobre su inminente perdici�n. Conden� su idolatr�a en sus acciones y en sus corazones. Pero tambi�n transmiti� la promesa de Dios de que un remanente regresar�a.

� Nahum: Ciento cincuenta a�os despu�s de Jon�s, a N�nive se le acabaron las segundas oportunidades. Nahum prometi� que los d�as de Asiria estaban contados y que Jud� ser�a liberada de su amenaza.

� Hulda: Hulda fue una de las pocas mujeres consideradas profetisas en la Biblia. Cuando el sacerdote Hilc�as encontr� el Libro de la Ley en el templo y se lo llev� al rey Jos�as, el rey se dirigi� a Hulda para saber qu� deb�an hacer. Ella asegur� que el rechazo de Jud� a Dios significaba que la naci�n ser�a destruida, pero a causa del arrepentimiento de Jos�as no ser�a en su tiempo (2 Reyes 22:8-20).

� Jerem�as: Jerem�as fue uno de los �ltimos profetas del Reino de Jud� y con impotencia observ� c�mo los babilonios lo destru�an. Conocido como “el profeta llor�n” por el efecto que tuvieron sus palabras de Dios, Jerem�as tambi�n dio al pueblo una palabra de esperanza de que volver�an del cautiverio en 70 a�os. Sus consejos de someterse al juicio de Dios fueron ignorados, y finalmente fue llevado a Egipto con el remanente de la familia real (2 Reyes 25:26). Jerem�as tambi�n escribi� el libro de las Lamentaciones, que es un lamento por la ca�da de Jerusal�n.

� Ur�as: Jerem�as no estaba completamente solo en su ingrato trabajo. Ur�as tambi�n profetiz� contra el mal de Jud�. Fue perseguido y asesinado por el rey Joacim (Jerem�as 26:20-23).

� Habacuc: Habacuc abarc� mucho en un libro tan corto. Profetiz� la ca�da de Asiria, el exilio de Babilonia y la futura victoria de los persas. Sus profec�as se revelaron en el contexto de una conversaci�n con Dios, en la que Habacuc le hizo preguntas a Dios y �ste le respondi�.

� Abd�as: Al igual que Jon�s, el profeta Abd�as ten�a un mensaje para una naci�n distinta de Israel o Jud�. Profetiz� contra Edom, los descendientes del hermano de Jacob, Esa�. Edom desapareci� efectivamente despu�s de su expulsi�n de Petra en el siglo V a.C.

� Daniel: Daniel fue uno de los primeros jud�os en ser llevado al exilio en Babilonia. Como parte de la casa real, Daniel fue entrenado para ser un funcionario en Babilonia. Nabucodonosor, el rey, descubri� que Daniel no s�lo era inteligente, sino que tambi�n pod�a interpretar sue�os. Daniel sirvi� a varias generaciones de l�deres, incluyendo a Belsasar, quien vio la escritura en la pared, y a Dar�o, quien se horroriz� al descubrir que hab�a sido enga�ado para enviar a Daniel al foso de los leones. En las visiones y encuentros angelicales de Daniel 7-12, Daniel revel� m�s sobre el fin de los tiempos que cualquier otro libro, aparte del Apocalipsis.

� Ezequiel: El libro de profec�as de Ezequiel parece algo psicod�lico, con sus extra�as visiones. Ezequiel fue un sacerdote exiliado a Babilonia en la segunda oleada de deportaciones y transmiti� el juicio de Dios al pueblo rebelde. Tambi�n hizo varias profec�as sobre el futuro, entre ellas la venida de Jes�s, la Nueva Jerusal�n (Ezequiel 48:30-35) y el reino milenial (Ezequiel 44). Ezequiel fue uno de los pocos profetas que divulg� diligentemente el mensaje de Dios, sin importar la oposici�n con la que se encontrara, aunque puede que esto se debiera a que Dios le dijo que si no profetizaba ser�a responsable de las almas de aquellos a los que no advirtiera (Ezequiel 33).

� Hageo: Hageo trabaj� con Zacar�as y Zorobabel para que los jud�os que hab�an regresado del exilio volvieran al camino. Espec�ficamente, llam� al pueblo a considerar seriamente sus prioridades y a reconstruir el templo.

� El profeta Zacar�as: El hijo de Berequ�as, junto con el profeta Hageo, anim� a los jud�os a terminar la reconstrucci�n del templo de Jerusal�n despu�s del cautiverio babil�nico. Durante una serie de ocho visiones interrelacionadas, Zacar�as recibi� un mensaje de gran alcance sobre el plan de Dios para los israelitas. En el transcurso, habl� ampliamente sobre el Mes�as a quien seguir�an personas de todo el mundo.

� Malaqu�as: Fue el �ltimo profeta que profetiz� en Israel hasta que un �ngel visit� a Zacar�as, el padre de Juan el Bautista. Como tal, el mensaje de Malaqu�as era un llamado a la obediencia y una promesa del Mes�as venidero. Despu�s de este mensaje de Malaqu�as, hubo 400 a�os de silencio por parte de Dios.

Profetas en el Nuevo Testamento

� Zacar�as, padre de Juan el Bautista: Zacar�as era sacerdote y fue elegido para encender el incienso en el templo. Mientras estaba adentro, un �ngel se le apareci� y le dijo que su anciana esposa quedar�a embarazada e iba a tener un hijo. Deb�an ponerle el nombre de Juan, y �l har�a que los corazones del pueblo volvieran a Dios (Lucas 1:8-23). Zacar�as tambi�n profetiz� despu�s del nacimiento de Juan (Lucas 1:67-79).

� Mar�a: A Mar�a, una virgen desposada, le dijo Gabriel que quedar�a embarazada del Mes�as (Lucas 1:26-28). Su profec�a se encuentra en Lucas 1:46-55.

� Jos�: Jos� recibi� el mensaje de un �ngel de que Mar�a estaba embarazada del Mes�as (Mateo 1:20).

� Elisabet: Mientras Mar�a estaba embarazada de Jes�s, visit� a su prima Elisabet, que estaba embarazada de Juan el Bautista. Cuando se encontraron, Elisabet fue llena del Esp�ritu Santo y proclam� que el hijo de Mar�a era el Mes�as (Lucas 1:41-45).

� Sime�n: A Sime�n, un anciano justo, Dios le hab�a prometido que ver�a al Mes�as antes de morir. Cuando Jos� y Mar�a llegaron al templo con el ni�o Jes�s, Sime�n supo inmediatamente qui�n era y advirti� a Mar�a que sufrir�a (Lucas 2:22-35).

� Ana: Ana era una profetisa anciana que pasaba sus d�as adorando en el templo. Tambi�n ella sab�a que el ni�o Jes�s era el tan esperado Mes�as (Lucas 2:36-38).

� Juan el Bautista: El Esp�ritu Santo actu� poderosamente sobre Juan, y el profeta pas� su vida exhortando a la gente a confesar sus pecados, a volverse a Dios y a seguir a Jes�s (Juan 1:19-28).

� Felipe: El evangelista Felipe fue uno de los primeros creyentes con una misi�n. Un �ngel le dijo a Felipe que fuera a un lugar desierto donde encontrar�a a un funcionario de la corte et�ope montado en su carro. Felipe le dio testimonio, y el funcionario acept� a Cristo y se bautiz� (Hechos 8:26-40).

� Pablo: Pablo fue un profeta, no s�lo por las palabras prof�ticas y contundentes que escribi� en sus cartas, sino tambi�n por sus profec�as sobre el final de los tiempos. Sus cartas a los tesalonicenses, en particular, dan informaci�n sobre el rapto (1 Tesalonicenses 4:13-18), el juicio venidero (2 Tesalonicenses 1:5-12) y el Anticristo (2 Tesalonicenses 2:1-11).

� Pedro: Pedro tuvo la ventaja de pasar mucho tiempo con Jes�s durante Su ministerio de tres a�os, pero tambi�n escuch� del cielo despu�s de la ascensi�n. Despu�s de que el rey Herodes matara a Santiago, el hermano de Juan, encarcel� a Pedro. Un �ngel se acerc� a Pedro, le habl� y le ayud� a escapar (Hechos 12:6-12). En 2 Pedro 3, el ap�stol y profeta predice acontecimientos relacionados con el D�a del Se�or.

� Bernab�, Lucio de Cirene, Mana�n y Sim�n el que se llamaba Niger: Estos cuatro hombres son identificados como profetas en Hechos 13:1.

� Judas Barsab�s y Silas: Judas y Silas son identificados como profetas en Hechos 15:30-33.

� Las cuatro hijas de Felipe: A estas mujeres se les identifica como profetas en Hechos 21:7-8.

� Agabo: Agabo, un profeta de la iglesia primitiva, tuvo la nada envidiable tarea de predecir el futuro encarcelamiento de Pablo (Hechos 21:10-11).

� Juan: El ap�stol Juan, hermano de Jacobo, es quiz�s el profeta m�s reconocido del Nuevo Testamento. Su libro Apocalipsis est� lleno de amonestaciones a las iglesias y profec�as sobre el final de los tiempos.

� Dos testigos: Los �ltimos profetas prometidos son los dos testigos, que aparecer�n durante la tribulaci�n. Realizar�n se�ales y profetizar�n en Jerusal�n durante 1.260 d�as, los asesinar�n y luego volver�n a la vida (Apocalipsis 11:3-12).

Falsos profetas

� Sedequ�as: Sedequ�as, hijo de Quenaana, parece haber sido el l�der de los cuatrocientos falsos profetas que incitaron a Acab y a Josafat a la guerra contra Ramot de Galaad. Result� que todos ellos ten�an un esp�ritu mentiroso enviado por Dios con el prop�sito de provocar la muerte de Acab (1 Reyes 22:1-12).

� Hanan�as: Los a�os que condujeron al cautiverio en Babilonia fueron tiempos aterradores para los jud�os incr�dulos, y no ayud� el hecho de que Jerem�as siguiera dici�ndoles que se sometieran a los babilonios y confiaran en que Dios los devolver�a del exilio. Profetas como Anan�as contradec�an p�blicamente las profec�as de Jerem�as y negaban que Dios estuviera enojado con Su pueblo (Jerem�as 28).

� Acab y Sedequ�as: En su carta a los exiliados de Babilonia, Jerem�as los anim� con su prometido regreso a Jud� y predijo grandes dificultades para los que se quedaron en Jerusal�n. Reprendi� especialmente a Acab, hijo de Cola�as, y a Sedequ�as, hijo de Maas�as, que profetizaban falsamente en nombre de Dios (Jerem�as 29:15-23).

� Sema�as y Noad�as: Aunque Artajerjes hab�a dicho a los exiliados que hab�an regresado a Jerusal�n que pod�an reconstruir los muros de la ciudad, sus vecinos se opon�an a sus esfuerzos y los amenazaban. Nehem�as lleg� de Babilonia con provisiones y el impulso de terminar los muros. Sema�as intent� enga�ar a Nehem�as para que se escondiera en el templo. No est� claro qu� hicieron Noad�as y los otros profetas, pero Nehem�as confi� en Dios y no cay� en sus trampas (Nehem�as 6:9-14).

� Sim�n el mago: Sim�n hab�a sido un mago en Samaria cuando lleg� el evangelio. Sim�n confes� que aceptaba a Cristo, pero tambi�n quer�a participar del poder de los ap�stoles. Cuando Pedro le reprendi�, pidi� a los ap�stoles que oraran por �l (Hechos 8:9-24).

� Elimas (tambi�n conocido como Barjes�s): Bernab� y Pablo se encontraron con el falso profeta jud�o Elimas en Chipre. Elimas intent� distraer al proc�nsul del mensaje de Pablo y Bernab�, pero Pablo lo maldijo con una ceguera y el proc�nsul crey� (Hechos 12:4-12).

� Una muchacha con esp�ritu de adivinaci�n: Pablo y Silas se alojaban en casa de Lidia en Filipos cuando les sali� al encuentro una joven esclava que estaba pose�da por un esp�ritu de adivinaci�n. La esclava los sigui� durante varios d�as, anunciando qui�nes eran. Pablo se cans� de sus indeseables profec�as y finalmente le dijo al esp�ritu que la dejara. Lo hizo, y los due�os de la muchacha hicieron que Pablo y Silas fueran encarcelados por arruinar su negocio de adivinaci�n (Hechos 16:16-24).

� Jezabel: En la reprensi�n de Jes�s a la iglesia de Tiatira, conden� que aceptaran a “esa mujer Jezabel, que se dice profetisa” y que estaba llevando al pueblo de Dios a la inmoralidad sexual y a la idolatr�a (Apocalipsis 2:20-23).

� El Falso Profeta: As� como muchos de los reyes de Jud� e Israel ten�an profetas espec�ficos que les daban la gu�a de Dios, el Anticristo en los �ltimos tiempos tendr� un falso profeta. Su labor consistir� en atraer al mundo para que adore al Anticristo, y podr� realizar grandes milagros para extraviar al mundo (Apocalipsis 13:11-15; 16:13; 19:20; 20:10).

©

Similar Posts

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.