Pregunta: “�Es bueno tener amistades cercanas con los no creyentes?”

Respuesta:

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Pregunta: “�Es bueno tener amistades cercanas con los no creyentes?”

Respuesta:
Como cristianos, tenemos que enfrentar constantemente las tentaciones y los ataques del mundo que nos rodea. Todo lo que vemos, leemos, hacemos, o�mos, ponemos en nuestro cuerpo, etc., nos afecta de alguna manera. Por eso, para mantener una relaci�n estrecha con Dios, tenemos que dejar de lado nuestras antiguas costumbres: las cosas que vemos en la televisi�n, los malos h�bitos (beber en exceso, fumar, etc.), las actividades en las que participamos y las personas con las que pasamos nuestro tiempo. Las personas se dividen en s�lo dos categor�as, las que pertenecen al mundo y a su gobernante, Satan�s, y las que pertenecen a Dios (Hechos 26:18). Estos dos grupos de personas se describen en t�rminos opuestos a lo largo de la Biblia; por ejemplo, los que est�n en la oscuridad/los que est�n en la luz; los que tienen vida eterna/los que tienen muerte eterna; los que tienen paz con Dios/los que est�n en guerra con �l; los que creen en la verdad/los que creen en la mentira; los que est�n en el camino estrecho de la salvaci�n/los que est�n en el camino ancho de la destrucci�n, y muchos m�s. Claramente, el mensaje de las Escrituras es que los creyentes son completamente diferentes de los no creyentes, y es desde esta perspectiva que debemos discernir qu� tipo de amistades podemos tener realmente con los no creyentes.

El libro de Proverbios tiene algunos versos sabios sobre los creyentes que se hacen amigos de los no creyentes: “El justo sirve de gu�a a su pr�jimo; mas el camino de los imp�os les hace errar” (Proverbios 12:26). Debemos alejarnos de la gente insensata (Proverbios 13:20; 14:7), de las personas que pierden f�cilmente los estribos (Proverbios 22:24) y de los rebeldes (Proverbios 24:21). Todas estas cosas representan a los que no han sido salvos. “No os un�is en yugo desigual con los incr�dulos; porque �qu� compa�erismo tiene la justicia con la injusticia? �Y qu� comuni�n la luz con las tinieblas?” (2 Corintios 6:14). Primera de Corintios 15:33 nos dice que las malas compa��as corrompen el buen car�cter. Los incr�dulos son esclavos del pecado (Juan 8:34), y los cristianos son esclavos de Dios (1 Corintios 7:22). Si nos involucramos profundamente (ya sea por amistad o por una relaci�n rom�ntica) con personas no cristianas, nos estamos preparando para la confusi�n. Puede (y a menudo pasa) hacer que el cristiano tropiece en su camino, caiga de nuevo en una vida pecaminosa, y tambi�n aleje a otros de Dios (al tergiversar a Dios y al cristianismo). Otro efecto perjudicial de la cercan�a con los incr�dulos es nuestra tendencia a suavizar las verdades de las Escrituras para no ofenderlos. Hay verdades dif�ciles en la Palabra de Dios, verdades como el juicio y el infierno. Cuando minimizamos o ignoramos estas doctrinas o tratamos de suavizarlas, en esencia estamos llamando a Dios mentiroso por el bien de aquellos que ya est�n en las garras de Satan�s. Esto no es evangelismo.

Aunque estas relaciones cercanas no son recomendables, tampoco significa que ignoremos a los incr�dulos. Segunda Timoteo 2:24-26 nos dice que, como siervos del Se�or, debemos ser amables y no re�ir con nadie. Debemos ense�ar amablemente a los que se oponen a la verdad, y ser pacientes con las personas dif�ciles. Mateo 5:16 nos dice: “As� alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que est� en los cielos”. Debemos servir a los incr�dulos para que vean a Dios a trav�s de nosotros y se vuelvan a �l para alabarle. Santiago 5:16 dice que hay un gran poder en la oraci�n de una persona justa, as� que lleva tus preocupaciones por los incr�dulos ante Dios, y �l te escuchar�.

Muchas personas se han salvado gracias a las oraciones y el servicio de los cristianos, as� que no le des la espalda a los incr�dulos, sin embargo, tener cualquier tipo de relaci�n cercana con un incr�dulo puede convertirse r�pida y f�cilmente en algo que es un obst�culo para tu camino con Cristo. Estamos llamados a evangelizar a los perdidos, no a estar en intimidad con ellos. No hay nada malo en entablar una amistad valiosa con los no creyentes, pero el objetivo principal de esa relaci�n debe ser ganarlos para Cristo compartiendo el Evangelio con ellos y demostrando el poder salvador de Dios en nuestras propias vidas.

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