Pregunta: “�Est� bien tener relaciones sexuales prematrimoniales si sabes que te vas a casar con esa persona?”

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topreadz.com/Espanol Pregunta: “�Est� bien tener relaciones sexuales prematrimoniales si sabes que te vas a casar con esa persona?” Respuesta: Desde una perspectiva humana, parece razonable pensar que est� bien que una pareja tenga relaciones sexuales si de todos modos se van a casar pronto. Sin embargo, la Palabra de Dios tiene un mandato claro y…

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Pregunta: “�Est� bien tener relaciones sexuales prematrimoniales si sabes que te vas a casar con esa persona?”

Respuesta:
Desde una perspectiva humana, parece razonable pensar que est� bien que una pareja tenga relaciones sexuales si de todos modos se van a casar pronto. Sin embargo, la Palabra de Dios tiene un mandato claro y directo sobre este tema: “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los ad�lteros los juzgar� Dios” (Hebreos 13:4). Los “inmorales sexuales” de este vers�culo incluyen a todos los que mantienen relaciones sexuales fuera del matrimonio. El mundo considera la fornicaci�n como algo liviano, pero Dios no.

Pablo exhorta a los cristianos de Corinto diciendo: “En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno le ser�a al hombre no tocar mujer; pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido” (1 Corintios 7:1-2). M�s adelante, sus palabras estimular�n a quienes puedan vivir solteros y c�libes para servir plenamente a Cristo (1 Corintios 7:7-9, 25-40). B�blicamente, el �nico contexto apropiado para las relaciones sexuales es el matrimonio. Los que “van a casarse” son, por definici�n, solteros y no deben vivir como si estuvieran casados.

En la cultura jud�a, las relaciones sexuales estaban claramente restringidas hasta el matrimonio bajo la Ley de Mois�s. Aunque los esponsales se consideraban un acuerdo vinculante, las relaciones sexuales segu�an siendo restringidas hasta el matrimonio en s�. La primera vez que un hombre y una mujer ten�an relaciones sexuales juntos se consideraba la consumaci�n del matrimonio. Estos dos actos -el matrimonio y las relaciones sexuales- estaban tan estrechamente relacionados que eran casi sin�nimos. Esto explica en parte por qu� Jes�s respondi� a la pregunta de los fariseos sobre el divorcio diciendo: “Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicaci�n, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera” (Mateo 19:9). En la cultura jud�a, se hablaba com�nmente del matrimonio y de las relaciones sexuales al mismo tiempo.

Pablo desarrolla esta idea en 1 Corintios 6:12-20, en su argumento sobre el se�or�o de Dios sobre nuestros cuerpos, as� como sobre nuestras almas. Dice que, cuando un hombre tiene relaciones sexuales con una prostituta, se ha hecho “un cuerpo con ella” (vers�culo 16). Est� claro que la relaci�n sexual, independientemente del contexto, es especial. Hay un nivel de vulnerabilidad que se experimenta en una relaci�n sexual que Dios quiere que se mantenga dentro de una uni�n matrimonial comprometida y de confianza. Incluso si piensas que te vas a casar con esa persona, es importante honrarse mutuamente esperando hasta que est�n realmente casados antes de entregarse sexualmente el uno al otro.

El simple hecho de tener planes de matrimonio para el futuro no le da a nadie el derecho de desobedecer los mandamientos claros de Dios en las Escrituras. Si est�s planeando casarte, felicidades. Pero, en tus planes, honra a Dios y honra a tu futuro c�nyuge. El sexo prematrimonial es una tentaci�n para toda pareja comprometida o que sale, lo cual requiere precauciones y un compromiso de caminar en el Esp�ritu. Piensa en tus planes de boda. Piensa en la bondad de Dios para con ustedes como pareja. Pero “no prove�is para los deseos de la carne” (Romanos 13:14).

Para aquellos que han tenido relaciones sexuales prematrimoniales, hay esperanza y perd�n en Cristo. Si confesamos nuestro pecado, �l nos perdonar� y nos limpiar� de “toda maldad” (1 Juan 1:9). Hoy puede comenzar un nuevo camino de pureza, con un compromiso renovado de vivir sexualmente puro hasta el matrimonio, a pesar del pasado. Como escribi� Pablo: “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atr�s, y extendi�ndome a lo que est� delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jes�s” (Filipenses 3:13-14).

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