Pregunta: “�Est� mal que un cristiano tenga una fantas�a sexual?”

Respuesta:

topreadz.com/Espanol Pregunta: “�Est� mal que un cristiano tenga una fantas�a sexual?” Respuesta: Una fantas�a es un acto o evento creado en la imaginaci�n; en la mayor�a de los casos es imposible o improbable el acto imaginado. Una fantas�a sexual crea un acto o evento sexual en la imaginaci�n. Dependiendo de la naturaleza de la fantas�a…

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Pregunta: “�Est� mal que un cristiano tenga una fantas�a sexual?”

Respuesta:
Una fantas�a es un acto o evento creado en la imaginaci�n; en la mayor�a de los casos es imposible o improbable el acto imaginado. Una fantas�a sexual crea un acto o evento sexual en la imaginaci�n. Dependiendo de la naturaleza de la fantas�a y de quienes participen de la misma, una fantas�a sexual puede ser un pecado. Cualquier escenario imaginado que sea inapropiado por razones morales, �ticas o espirituales es pecaminoso.

La imaginaci�n es un don de Dios, y la fantas�a forma parte de la psiquis humana. Con frecuencia fantaseamos sin darnos cuenta. Las fantas�as van desde imaginarse que no tenemos que hacer fila en la tienda y que terminamos temprano nuestras diligencias, hasta inventar actos infames y f�sicamente imposibles. Las fantas�as suelen surgir de nuestra realidad personal y son intentos de crear una realidad que preferimos en lugar de la que existe. Algunas personas se ven tan envueltas en su vida de fantas�a que se desconectan de la realidad y de las aut�nticas relaciones. Algunas opciones de Internet permiten crear personajes virtuales y vivir como si fueran una v�ctima de esos personajes. La fantas�a sexual a menudo forma parte de esa realidad virtual y permite que las personas simulen actos sexuales sin estar f�sicamente presentes.

Proverbios 23:7 dice que lo que pensamos en nuestro coraz�n, eso es lo que somos. Muchos argumentar�an: “Pero en realidad no estoy haciendo nada malo”. Sin embargo, la Biblia habla mucho de nuestros pensamientos y es tajante al decir que incluso nuestras fantas�as deben someterse a la voluntad de Dios. Jes�s dijo: “Porque del coraz�n salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias” (Mateo 15:19). Tambi�n dijo que incluso mirar a alguien con lujuria es como el pecado de adulterio (Mateo 5:28). Si la fantas�a sexual consiste en acciones o palabras que no est�n en l�nea con la voluntad de Dios para nosotros, entonces es pecado. Las fantas�as sexuales con nuestras parejas matrimoniales pueden no ser pecado, si somos moralmente libres de actuar seg�n esas fantas�as. Pero si nos imaginamos participando en actos sexuales con alguien con quien no estamos casados, es lujuria. Y la lujuria es pecado.

No siempre podemos controlar los pensamientos que pasan por nuestra mente. Continuamente estamos expuestos a est�mulos sexuales, y a los hombres en particular les resulta dif�cil procesar estos est�mulos de manera que honren a Dios. Efesios 6:16 habla de los “dardos de fuego del maligno”. Nuestras mentes son el objetivo de Satan�s para esos dardos, y las fantas�as sexuales son uno de los dardos ardientes que, si no los enfrentamos, pueden llevarnos al pecado. Santiago 1:13-15 nos muestra c�mo progresa el pecado, comenzando con un “mal deseo”.

Cuando los malos deseos surgen en nuestros corazones, podemos decidir qu� hacer con ellos. Podemos entretenerlos, permitiendo que estallen en fantas�as elaboradas, o podemos “llevar todo pensamiento cautivo a la obediencia de Cristo” (2 Corintios 10:5). Como cristianos, tenemos el poder del Esp�ritu Santo obrando en nuestras vidas para permitirnos aplastar el comienzo de una fantas�a pecaminosa. Cuando nos damos cuenta de que estamos so�ando con algo que Dios ha dicho que est� prohibido, podemos detener r�pidamente ese pensamiento, confesarlo a Jes�s y pedirle perd�n (1 Juan 1:9). Cuanto m�s practiquemos esta forma de frenar los pensamientos, menos indefensos nos sentiremos cuando nuestros pensamientos traten de arrastrarnos.

En otro momento, podr�a ser �til escudri�ar el tipo de fantas�a que parece dominar tus pensamientos. Las fantas�as a menudo revelan necesidades insatisfechas que Dios quiere suplir de forma saludable. De la misma manera, las fantas�as sexuales pueden poner de manifiesto un lugar da�ado en nuestro esp�ritu que Dios necesita sanar. Si las fantas�as persisten y son perturbadoras, buscar un consejo de Dios puede ayudar a descubrir la ra�z de la herida del coraz�n que las genera. Cuando tengamos dudas sobre una fantas�a sexual o cualquier otro pensamiento que nos consuma, podemos aplicar siempre la prueba de Filipenses 4:8 para ver si es agradable a Dios. �l quiere ser el Se�or de cada parte de nosotros, incluyendo nuestras fantas�as.

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