Pregunta: “�Exige la Biblia la pena de muerte para la homosexualidad?”

Respuesta:

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Pregunta: “�Exige la Biblia la pena de muerte para la homosexualidad?”

Respuesta:
Tras el atentado terrorista perpetrado en junio de 2016 por un extremista isl�mico contra un club nocturno gay en Orlando (Florida), en Estados Unidos, algunos han afirmado que los cristianos son tan culpables como el terrorista porque, al fin y al cabo, la Biblia sentencia la pena de muerte contra los homosexuales. Es cierto que en Lev�tico 20:13 la Biblia dice: “Si alguno se ayuntare con var�n como con mujer, abominaci�n hicieron; ambos han de ser muertos; sobre ellos ser� su sangre”. Entonces, �la Biblia nos exige hoy que demos muerte a los homosexuales?

Es fundamental entender que Jes�s cumpli� la Ley (Mateo 5:17-18). Romanos 10:4 dice que Cristo es el fin de la Ley. Efesios 2:15 dice que Jes�s dej� de lado la ley con sus mandamientos y ordenanzas. G�latas 3:25 dice que, ahora que la fe ha llegado, ya no estamos bajo la tutela de la ley. Los aspectos civiles y ceremoniales de la ley del Antiguo Testamento eran para un periodo anterior. El prop�sito de la ley se complet� con el sacrificio perfecto y completo de Jesucristo. As� que, no, la Biblia no ordena que los homosexuales sean condenados a muerte en esta �poca.

Tambi�n es importante entender que las leyes civiles dentro de la ley Mosaica eran para Israel bajo una teocracia. El pueblo escogido por Dios, viviendo en la Tierra Prometida, siguiendo a Dios como su Rey, deb�a adherirse a un sistema de leyes civiles con castigos divinamente prescritos. Los sacerdotes ense�aban las leyes, los gobernantes las hac�an cumplir y los jueces impon�an los castigos necesarios. La regla de Lev�tico 20:13, “han de ser muertos”, se aplicaba a los funcionarios del gobierno propiamente designados, no a los ciudadanos normales ni a los guardias. Las leyes civiles del Antiguo Testamento nunca pretendieron aplicarse a otras culturas o a otras �pocas. Hay una raz�n por la que el terrorista de la discoteca no era jud�o ni cristiano. Los jud�os y los cristianos entienden la intenci�n y los l�mites de la ley del Antiguo Testamento. En cambio, el Cor�n no limita su mandato de matar a los homosexuales, y muchos musulmanes consideran que ese mandato es aplicable hoy en d�a.

Otra consideraci�n es que la Ley del Antiguo Testamento no permit�a practicar actividades de vigilancia. Una de las razones de las ciudades de refugio era proteger a los acusados de asesinato hasta que pudieran recibir un juicio justo. La ley Mosaica dec�a que s�lo el gobierno civil pod�a aplicar la pena capital, y eso s�lo despu�s de un juicio justo con al menos dos testigos (Deuteronomio 17:6). As� que, incluso durante el tiempo en que la ley del Antiguo Testamento estaba en vigor, el asesinato en masa de homosexuales por parte de un vigilante no era lo que prescrib�a la ley.

Por lo tanto, la Biblia ya no exige la pena de muerte para la homosexualidad. Sin embargo, la pregunta sigue siendo por qu� se exig�a al principio la pena de muerte en la ley del Antiguo Testamento. La respuesta es esta: todo pecado es una afrenta contra un Dios santo. Dios odia todo pecado. Y aunque Dios s�lo exig�a una pena de muerte administrada civilmente para algunos pecados, todos los pecados son en �ltima instancia dignos de muerte (Romanos 6:23) y de separaci�n eterna de Dios. La Biblia describe la homosexualidad como una abominaci�n, una perversi�n inmoral del orden creado por Dios. La pureza del pueblo de Dios en la Tierra Prometida era de vital importancia, as� como la continuidad de los linajes (uno de los cuales nos llevar�a hasta el Mes�as). Por eso Dios exigi� la pena de muerte para los que mantuvieran relaciones homosexuales.

La homosexualidad sigue siendo inmoral y antinatural. Ahora bien, ya no estamos bajo el antiguo sistema de gobierno jud�o. Para obtener el perd�n de Dios a trav�s de la fe en Jesucristo, la homosexualidad no es un pecado m�s grave que cualquier otro. A trav�s de Cristo, cualquier pecado puede ser perdonado. La salvaci�n est� disponible para todos por la fe (Juan 3:16). Y cuando se recibe esa salvaci�n, el Esp�ritu Santo que mora en nosotros proporcionar� los medios para superar el pecado mediante una nueva creaci�n (2 Corintios 5:17).

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