Pregunta: “�Qu� dice la Biblia acerca de sentirse cohibido?”

Respuesta:

topreadz.com/Espanol Pregunta: “�Qu� dice la Biblia acerca de sentirse cohibido?” Respuesta: La cohibici�n es una percepci�n inadecuada de uno mismo, especialmente cuando uno es observado por otros. La palabra clave en esa definici�n es inadecuada. Es saludable que uno mantenga una percepci�n normal de la manera en que los dem�s nos perciben. Un nivel moderado…

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Pregunta: “�Qu� dice la Biblia acerca de sentirse cohibido?”

Respuesta:

La cohibici�n es una percepci�n inadecuada de uno mismo, especialmente cuando uno es observado por otros. La palabra clave en esa definici�n es inadecuada. Es saludable que uno mantenga una percepci�n normal de la manera en que los dem�s nos perciben. Un nivel moderado de conciencia de uno mismo evita que nos comportemos de manera grosera u ofensiva. Pero la cohibici�n como forma de vida no se ajusta a la descripci�n b�blica del cristiano.

Todo el mundo tiene un objetivo. Tomamos decisiones y vemos el mundo bas�ndonos en ese foco. Nuestro enfoque es lo que capta nuestra atenci�n, motiva nuestras decisiones y controla nuestros pensamientos. El enfoque de una persona cohibida se centra en el ego: �C�mo me veo? �Qu� piensan de m�? �Encajo? Aunque la atenci�n al aseo personal, los modales y las costumbres sociales son pr�cticas que honran a Dios, nuestra cohibici�n se vuelve pecaminosa cuando reemplaza el llamado de Dios para nuestras vidas. Cuando la cohibici�n no nos permite obedecer al Se�or en ning�n aspecto, se convierte en un dios falso. Por ejemplo, podemos sentir un impulso del Esp�ritu Santo para hablar con la nueva persona en el trabajo e invitarla a la iglesia. La conciencia de Dios puede llevarnos a obedecer, pero la cohibici�n puede mantenernos callados. �Qu� pensar�? �Y si se burla de m�? �Podr�a parecer un est�pido! Los pensamientos de cohibici�n siempre ganan cuando se les da mucha importancia.

Juan 12:42-44 habla acerca de un grupo de l�deres jud�os que creyeron que Jes�s era quien dec�a que era, pero, a causa de la cohibici�n, no quisieron reconocerlo p�blicamente. El miedo a lo que pensaban los dem�s y a las posibles consecuencias de una declaraci�n p�blica les impidi� convertirse en seguidores de Cristo. Sus temores de cohibici�n fueron una motivaci�n mucho mayor que la fe que pudo haberlos salvado. “El temor del hombre pondr� lazo” (Proverbios 29:25).

Cuando el Esp�ritu Santo vuelve a crearnos en Cristo, cambia nuestro enfoque (2 Corintios 5:17). Mientras que antes est�bamos centrados en el ego, en el placer o en la sociedad, Dios nos hace estar centrados en Cristo (Hebreos 12:2). Al ser m�s conscientes de Cristo, nos volvemos menos conscientes del ego. Centrarse en el ego ya no corresponde a nuestra nueva y mayor vocaci�n como embajadores del reino de Dios (2 Corintios 5:20). Estamos llamados a morir a nosotros mismos y a vivir s�lo para Cristo (G�latas 2:20; Romanos 6:3-8; Lucas 9:23). Como Juan el Bautista dijo sobre Cristo: “Es necesario que �l crezca, pero que yo meng�e” (Juan 3:30).

Como parte de nuestro caminar espiritual, tendr�amos que preguntarnos a nosotros mismos: �D�nde est� mi enfoque? �A qui�n estoy tratando de complacer hoy? La conciencia de la presencia y el placer del Esp�ritu Santo forma parte de lo que significa vivir en “el temor del Se�or” (v�ase Proverbios 1:7; Salmo 111:10). El temor del Se�or se desarrolla cuando somos conscientes de que �l nos observa y juzga todo lo que pensamos, decimos o hacemos. Complacer a Dios es nuestra meta m�s alta e impide que nos concentremos demasiado en nosotros mismos. Cuando nos damos cuenta de que nos hemos vuelto excesivamente cohibidos, la soluci�n es que nos humillemos ante Dios y le ofrezcamos nuestros cuerpos como sacrificios vivos (Romanos 12:1-2; Colosenses 3:1-3). Nuestro enfoque se centra en pensamientos para glorificarlo y reflejar su majestuosidad a trav�s de nuestra dedicaci�n (1 Corintios 10:31). Cuando nos consideramos obras maestras en el taller de Dios (Efesios 2:10), la cohibici�n no puede dominar nuestras vidas.

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