Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre la ense�anza?”

Respuesta:

topreadz.com/Espanol Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre la ense�anza?” Respuesta: La ense�anza es una parte necesaria y valiosa de la vida. Llegamos a este mundo ignorantes, y tenemos que aprender: el dominio del idioma, las habilidades motoras, las normas culturales, las costumbres sociales, los buenos modales, los valores morales… todo esto y mucho m�s es…

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Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre la ense�anza?”

Respuesta:

La ense�anza es una parte necesaria y valiosa de la vida. Llegamos a este mundo ignorantes, y tenemos que aprender: el dominio del idioma, las habilidades motoras, las normas culturales, las costumbres sociales, los buenos modales, los valores morales… todo esto y mucho m�s es producto del proceso de aprendizaje de la infancia. Como la ense�anza es un elemento clave para adquirir informaci�n y desarrollar conocimientos, no es de extra�ar que la Biblia tenga mucho que decir sobre la ense�anza.

La ense�anza es uno de los dones del Esp�ritu Santo. “De manera que, teniendo diferentes dones, seg�n la gracia que nos es dada, …el que ense�a, en la ense�anza” (Romanos 12:6-7). En este contexto, la ense�anza es la capacidad que Dios ha dado para explicar la Palabra de Dios; el maestro tiene la capacidad sobrenatural de instruir y comunicar claramente el conocimiento, espec�ficamente las doctrinas de la fe y las verdades de la Biblia (1 Corintios 12:27-29).

La ense�anza es un requisito para los pastores: “Pero es necesario que el obispo sea…apto para ense�ar” (1 Timoteo 3:2; cf. 2 Timoteo 2:24). La Biblia instruye al pastor para que ense�e la sana doctrina fundamentada en la Palabra de Dios escrita: “Esto manda y ense�a” (1 Timoteo 4:11). Los que son ense�ados por el pastor deben entonces seguir el proceso de difundir la informaci�n: “Lo que has o�do de m� ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean id�neos para ense�ar tambi�n a otros” (2 Timoteo 2:2). Observa aqu� que se nos “conf�a” el evangelio, y que los maestros del evangelio deben ser “calificados” – parte de la calificaci�n es que seamos ” confiables “.

La ense�anza, al igual que la predicaci�n, era una parte integral del trabajo de un ap�stol (Mateo 28:19; Efesios 4:1). Pablo sab�a que era un maestro del evangelio seg�n la voluntad de Dios: “del cual yo fui constituido predicador, ap�stol y maestro de los gentiles” (2 Timoteo 1:11).

Obviamente, Jes�s fue el mejor maestro, y con frecuencia se le llama “Rab�” o “Maestro” (por ejemplo, Lucas 13:10; Juan 1:38; 3:2). En Su ense�anza, nuestro Se�or us� ilustraciones (Lucas 7:31-32), lecciones objetivas (Mateo 6:28), eventos actuales (Lucas 13:4-5), y muchas otras historias (Mateo 13; Marcos 4:2). Utiliz� la ense�anza (Mateo 24), el di�logo (Juan 3), las preguntas ret�ricas (Lucas 18:8) y los proverbios (Lucas 7:45). Daba “deberes” y los cumpl�a (Mateo 9:13; 12:7). Utiliz� la hip�rbole (Mateo 5:29), la met�fora (Juan 9:5) y el lenguaje desafiante (Lucas 13:32). En todo momento, Jes�s, el maestro, ten�a en mente lo mejor para Sus alumnos; y el tema de Su ense�anza era siempre la verdad absoluta e inmutable de Dios.

Otras personas a las que las Escrituras identifican como maestros son los sacerdotes levitas (Lev�tico 10:11), Mois�s (Deuteronomio 4:14; 6:1), los ap�stoles (Marcos 6:30), los padres de los ni�os (Deuteronomio 4 9; 6:7; Proverbios 1:8; 4:4; Efesios 6:4), los hermanos en la fe (Romanos 15:14), Nicodemo (Juan 3:10), Gamaliel (Hechos 22:3) y Dios mismo (Nehem�as 9:20; Salmo 25:12; 32:8; 71:17).

Jes�s dijo que el fin natural de una ense�anza eficaz es que el alumno llegue a ser como su maestro: “El disc�pulo no es superior a su maestro; mas todo el que fuere perfeccionado, ser� como su maestro” (Lucas 6:40). Lo dijo en el contexto de una advertencia de que hay que tener cuidado con la persona que uno elige como maestro, porque dec�a: “�Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? �No caer�n ambos en el hoyo?” (vers�culo 39). As� que, si quieres ser un hombre de Dios, busca maestros que tambi�n lo sean.

La Biblia tambi�n contiene advertencias sobre la ense�anza hip�crita (Mateo 23:3; Romanos 2:21) y la falsa ense�anza (Hechos 20:28-31; 1 Timoteo 6:3-4). De hecho, libros completos de la Biblia est�n dedicados a contrarrestar la falsa ense�anza en la iglesia primitiva (2 Pedro y Judas). “Amados, no cre�is a todo esp�ritu, sino probad los esp�ritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo” (1 Juan 4:1). La prueba para cualquier ense�anza es si est� o no alineada con la ense�anza de Jes�s y los ap�stoles.

Se acerca el d�a en que la ense�anza ser� innecesaria: “Y ninguno ense�ar� a su pr�jimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Se�or; porque todos me conocer�n, desde el menor hasta el mayor de ellos” (Hebreos 8:11; cf. Jerem�as 31:34). El d�a en que veamos a Jes�s cara a cara, conoceremos como fuimos conocidos (1 Corintios 13:12).

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