Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre el asesinato en la guerra? �Acaso es pecado matar en la guerra?”

Respuesta:

topreadz.com/Espanol Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre el asesinato en la guerra? �Acaso es pecado matar en la guerra?” Respuesta: En la Biblia se mencionan muchas guerras. Guerras de conquista (Josu� 1:6), guerras civiles (2 Samuel 3:1), e incluso una guerra en el cielo (Apocalipsis 12:7). Obviamente, en las guerras hay que matar; no hay…

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Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre el asesinato en la guerra? �Acaso es pecado matar en la guerra?”

Respuesta:
En la Biblia se mencionan muchas guerras. Guerras de conquista (Josu� 1:6), guerras civiles (2 Samuel 3:1), e incluso una guerra en el cielo (Apocalipsis 12:7). Obviamente, en las guerras hay que matar; no hay forma de evitarlo. Sabemos que el asesinato es pecado (�xodo 20:13). Pero, �qu� pasa con el asesinato de un combatiente enemigo en tiempos de guerra?

Primero, sabemos que no todos los asesinatos en tiempos de guerra son pecado ya que ha habido momentos en los que Dios mismo orden� que se libraran batallas. Dios les dijo a los antiguos israelitas que deb�an poseer la Tierra Prometida; de hecho, justo antes de la conquista, el Se�or se le apareci� a Josu� como “Pr�ncipe del ej�rcito del Se�or”, un hombre de guerra (Josu� 5:14). Dios traz� los planes de batalla para la lucha contra Hai (Josu� 8:1-2). Dios le dijo al rey Sa�l: “Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene” (1 Samuel 15:3). El rey David derrot� a los filisteos siguiendo la estrategia de Dios respecto a la batalla (2 Samuel 5:23-25). Dios nunca le dice a la gente que peque, as� que los israelitas que siguieron las �rdenes de Dios para emprender la guerra no estaban pecando. Matar en la guerra no es igual a asesinar.

Esto no quiere decir que matar en la guerra no tenga efectos. David quer�a construir el templo de Jerusal�n, pero Dios no se lo permiti�. El Se�or quer�a un hombre de paz para construir el templo, y la historia de David hab�a sido todo menos pac�fica. Dios le dijo a David: “T� no edificar�s casa a mi nombre, porque eres hombre de guerra, y has derramado mucha sangre” (1 Cr�nicas 28:3).

Hoy no existe ninguna teocracia. Ninguna naci�n tiene una orden de Dios para hacer la guerra, y Dios no est� repartiendo planes de batalla como lo hizo con Josu�, Sa�l y David. Sin embargo, las guerras se siguen librando. Forman parte de la existencia de un mundo ca�do. La Biblia nunca condena las acciones de un soldado que sigue �rdenes en un campo de batalla. De hecho, el Nuevo Testamento tiene ejemplos de soldados que ten�an fe en Dios: Jes�s elogi� la fe de un centuri�n en Mateo 8:10; y otro centuri�n, Cornelio, fue salvo en Hechos 10. Estos hombres de guerra no fueron reprendidos por realizar las tareas de un centuri�n, ni se les dijo que deb�an cambiar de profesi�n.

Lo m�s significativo es que algunos soldados se acercaron a Juan el Bautista cuando estaba bautizando en el r�o Jord�n. Los soldados le preguntaron a Juan: “�Qu� debemos hacer?”. Esta habr�a sido la oportunidad perfecta para que Juan les dijera que dejaran de hacer la guerra, que dejaran de matar o que dejaran de ser soldados. Por el contrario, Juan respondi�: “No hag�is extorsi�n a nadie, ni calumni�is; y contentaos con vuestro salario” (Lucas 3:14). Ser soldado no es necesariamente pecaminoso.

Pablo utiliza la vida de un soldado como ilustraci�n de la verdad espiritual (ver 1 Corintios 9:7 y 2 Timoteo 2:3). Otras referencias mencionan las batallas y la guerra (v�ase 2 Corintios 10:4 y 1 Timoteo 1:18). Efesios 6 contiene una extensa comparaci�n entre la vida cristiana y la guerra (vers�culos 10-17). Si ser un soldado (y hacer las cosas que los soldados deben hacer) fuera pecaminoso, es poco probable que el Esp�ritu Santo haya utilizado el ser soldado como una met�fora de algo bueno.

En toda la Biblia, se presenta la guerra como una realidad sombr�a en un mundo maldito. Hay fuerzas del mal a las que hay que detener, y a veces el resultado es el derramamiento de sangre. Si un cristiano debe servir en el ej�rcito es un asunto de la propia conciencia, pero matar a un combatiente armado en el contexto de la guerra no es pecaminoso en s� mismo. Hay un tiempo y una �poca para todo, incluida la guerra (Eclesiast�s 3:8).

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