Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre la agresi�n sexual?”

Respuesta:

topreadz.com/Espanol Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre la agresi�n sexual?” Respuesta: Los abusos sexuales de todo tipo, incluidas las agresiones sexuales, han formado parte de la historia de la humanidad desde antes del Antiguo Testamento. Las definiciones legales de la agresi�n sexual la identifican como cualquier tipo de contacto sexual no deseado o cualquier delito…

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Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre la agresi�n sexual?”

Respuesta:
Los abusos sexuales de todo tipo, incluidas las agresiones sexuales, han formado parte de la historia de la humanidad desde antes del Antiguo Testamento. Las definiciones legales de la agresi�n sexual la identifican como cualquier tipo de contacto sexual no deseado o cualquier delito en el que el agresor somete a la v�ctima a un contacto sexual no deseado y ofensivo.

La primera referencia a la agresi�n sexual en la Biblia se encuentra en G�nesis 12:10-16. A causa de una hambruna en su tierra natal, Abram y Sarai viajaron a Egipto. A Abram le preocupaba que, al ser su esposa tan hermosa, el fara�n lo matara y se llevara a Sarai a su har�n. Para evitarlo, Abram le rog� a Sarai que mintiera y dijera que era su hermana. Aunque la afirmaci�n no era del todo falsa (Sarai era su hermanastra), segu�a siendo una mentira. El temor de Abram pone de manifiesto el hecho de que en aquella �poca los reyes pod�an hacer lo que quisieran con las mujeres de la tierra. Las mujeres eran consideradas poco m�s que una propiedad, y era de esperar que los gobernantes las agredieran sexualmente. En muchas partes del mundo, esto sigue siendo una costumbre.

El fara�n secuestr� a Sarai -sin matar a Abram- y la llev� a su har�n. Sin embargo, Dios intervino. Para proteger a Sarai, Dios trajo plagas sobre la casa del Fara�n, y la mentira de Abram fue revelada. El fara�n liber� a Sarai ilesa. Ella evit� la agresi�n sexual gracias a la intervenci�n divina de Dios.

El hijo de Abram, Isaac, aprendi� los caminos de su padre y repiti� las mismas acciones. Por temor a Abimelec, rey de los filisteos, Isaac minti� sobre su relaci�n con su esposa Rebeca (G�nesis 26:1-10). Afortunadamente, la mentira de Isaac fue descubierta r�pidamente, y Rebeca fue protegida de la agresi�n sexual en Filistea.

Lamentablemente, la nieta de Isaac, Dina, fue v�ctima de una agresi�n sexual y fue violada por un hombre llamado Siquem en Cana�n. G�nesis 34 detalla las consecuencias de esa violaci�n: Los hermanos de Dina, los hijos de Jacob, se vengaron de forma sangrienta, masacrando a Siquem junto con todos los hombres de ese pueblo.

Uno de los incidentes m�s infames de asalto sexual en la Biblia es la historia de Sodoma y Gomorra que se encuentra en G�nesis 18-19. Los hombres de estas ciudades eran tan malvados que intentaron violar a los dos �ngeles que, en forma humana, estaban visitando a Lot. Los hombres de Sodoma estaban dispuestos a derribar la puerta de Lot para asaltar a sus invitados. Lot y su familia s�lo escaparon porque los �ngeles cegaron a la multitud y pusieron a la familia de Lot a salvo. Por la perversi�n sexual de Sodoma y las ciudades vecinas, Dios las destruy� por completo.

La agresi�n sexual y todas las formas de perversi�n sexual son indicadores de la maldad del coraz�n humano (ver Jerem�as 17:9). Dios cre� la sexualidad para que fuera una hermosa expresi�n de amor y unidad entre marido y mujer (Mateo 19:6). No obstante, en nuestra depravaci�n, pervertimos todo lo que Dios cre� como bueno. En nuestro mundo pecaminoso, el don de Dios de la sexualidad se utiliza a menudo para dominar, victimizar y controlar, dando lugar a los delitos de violaci�n, sodom�a, abuso sexual y otras formas de agresi�n sexual.

La ley que Dios dio a los israelitas abordaba la agresi�n sexual. Si un hombre violaba a una mujer, ese hombre ten�a que hacerse responsable de ella por el resto de su vida (Deuteronomio 22:28-29). Esto aseguraba que, dentro del pueblo de Dios, no hubiera hijas desechadas. Ninguna de sus preciosas ni�as pod�a ser violada y luego dejada indefensa. En una cultura en la que la virginidad era un requisito para el matrimonio, las jovencitas que hab�an sido violadas no ten�an ning�n recurso. Se enfrentaban a una vida sin marido ni hijos, o a una forma de mantenerse a s� mismas. As� que, seg�n la ley de Dios, si un hombre le quitaba la pureza a una mujer, se pasaba el resto de su vida compens�ndola.

Una cosa que nos dicen estas historias gr�ficas del Antiguo Testamento es que un mundo sin la ley de Dios es animalista. Sin temor a Dios en nuestros corazones, vemos a los dem�s como menos dignos que nosotros o como un medio para nuestra propia satisfacci�n. Utilizamos a las personas y luego las desechamos, como hizo Amn�n con su hermanastra Tamar despu�s de violarla (2 Samuel 13). La Biblia nunca le resta importancia a las acciones de las personas mencionadas, sino que utiliza sus acciones para ense�arnos importantes lecciones. De ellas aprendemos que el pecado tiene consecuencias, incluido el pecado sexual. Tambi�n aprendemos que Dios est� pendiente de los que han sido violados por una agresi�n sexual.

El Salmo 34:18 dice que “Cercano est� el Se�or a los quebrantados de coraz�n; y salva a los contritos de esp�ritu”. Los “quebrantados de coraz�n” y los “contritos de esp�ritu” pueden ser aquellos que han sido v�ctimas de una agresi�n sexual. Las v�ctimas no son invisibles para Dios, y �l se preocupa por su futuro. Cuando la criada de Sarai, Agar, se qued� embarazada del hijo de Abraham, los celos de Sarai hicieron que Agar se fuera sola al desierto. Agar se sinti� abandonada por todos, embarazada y sin marido. Pero Dios la encontr� all� y la cuid�. Ella lo llam� “el Dios que me ve” (G�nesis 16:13). �l sigue siendo “el Dios que ve” cada agresi�n sexual, y quiere que las v�ctimas sepan que no est�n solas.

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