Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre los motivos?”

Respuesta:

topreadz.com/Espanol Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre los motivos?” Respuesta: La Biblia tiene mucho que decir sobre nuestros motivos. Un motivo es la raz�n de fondo de cualquier acci�n. Proverbios 16:2 dice: “Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opini�n; pero el Se�or pesa los esp�ritus”. Ya que el coraz�n humano es…

2018 logo BW
topreadz.com/Espanol


Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre los motivos?”

Respuesta:
La Biblia tiene mucho que decir sobre nuestros motivos. Un motivo es la raz�n de fondo de cualquier acci�n. Proverbios 16:2 dice: “Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opini�n; pero el Se�or pesa los esp�ritus”. Ya que el coraz�n humano es muy enga�oso (Jerem�as 17:9), podemos enga�arnos f�cilmente con respecto a nuestros propios motivos. Podemos pretender que estamos eligiendo ciertas acciones para Dios o el beneficio de otros, cuando en realidad tenemos razones ego�stas. Dios no se deja enga�ar por nuestro ego�smo y “discierne los pensamientos y las intenciones del coraz�n” (Hebreos 4:12).

Los seres humanos pueden actuar por diversas motivaciones, por lo general negativas. El orgullo, la ira, la venganza, cierto grado de protagonismo o el deseo de aprobaci�n, pueden ser catalizadores de nuestras acciones. Cualquier motivaci�n que se origine en nuestra carne pecaminosa no es agradable a Dios (Romanos 8:8). Dios incluso eval�a la condici�n de nuestros corazones cuando le damos ofrendas (2 Corintios 9:7). Los motivos ego�stas pueden obstaculizar nuestras oraciones. Santiago 4:3 dice: “Ped�s, y no recib�s, porque ped�s mal, para gastar en vuestros deleites”. Puesto que nuestros corazones son tan enga�osos, debemos evaluar constantemente nuestros propios motivos y estar dispuestos a ser honestos con nosotros mismos sobre el porqu� de una determinada acci�n.

Incluso podemos predicar y ministrar con motivos impuros (Filipenses 1:17), pero Dios no se deja impresionar (Proverbios 21:27). Jes�s se refiri� a este tema en Mateo 6:1 cuando dijo: “Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendr�is recompensa de vuestro Padre que est� en los cielos”. Aquellos que est�n involucrados en el ministerio deben estar alertas con esta tendencia hacia el ego�smo, ya que el ministerio que comienza por motivos puros puede convertirse r�pidamente en una ambici�n ego�sta si no guardamos nuestros corazones (Proverbios 4:23).

Entonces, �cu�l es la motivaci�n correcta? Primera de Tesalonicenses 2:4 dice: “As� hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones”. Dios est� interesado en nuestros motivos incluso m�s que en nuestras acciones. Primera de Corintios 4:5 dice que, cuando Jes�s vuelva, “aclarar� tambi�n lo oculto de las tinieblas, y manifestar� las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibir� su alabanza de Dios”. Dios quiere que sepamos que �l ve lo que nadie m�s ve. �l sabe por qu� hacemos lo que hacemos y desea recompensar a aquellos cuyos corazones son �ntegros para con �l. Podemos mantener nuestros motivos puros si entregamos continuamente cada parte de nuestro coraz�n al control del Esp�ritu Santo.

Aqu� hay algunas preguntas espec�ficas para ayudarnos a evaluar nuestros propios motivos:

1. Si nadie se enterara de lo que estoy haciendo (dar, servir, hacer un sacrificio), �lo seguir�a haciendo?

2. Si no tuviera una recompensa visible por hacer esto, �lo seguir�a haciendo?

3. �Aceptar�a con gusto una posici�n menor si Dios me lo pidiera?

4. �Hago esto pensando en la admiraci�n de los dem�s o en c�mo me hace sentir?

5. Si tuviera que sufrir por continuar con lo que Dios me ha llamado a hacer, �continuar�a?

6. Si otros malinterpretan o critican mis acciones, �dejar� de hacerlo?

7. Si aquellos a quienes estoy sirviendo nunca me demuestran su agradecimiento o me retribuyen de alguna manera, �lo seguir� haciendo?

8. �Juzgo mi �xito o mi fracaso en funci�n de mi fidelidad a lo que Dios me ha pedido que haga, o de c�mo me comparo con los dem�s?

Las satisfacciones personales, por ejemplo, tomarse unas vacaciones o ganar una competencia, no son malas en s� mismas. La motivaci�n se convierte en un problema cuando no somos honestos con nosotros mismos acerca de por qu� estamos haciendo las cosas. Cuando aparentamos obedecer a Dios, pero nuestro coraz�n es duro, Dios lo sabe. Nos estamos enga�ando a nosotros mismos y tambi�n a los dem�s. La �nica manera en que podemos operar con motivos puros es cuando “caminamos en el Esp�ritu” (G�latas 5:16, 25). Cuando permitimos que �l controle cada parte de nosotros, nuestro deseo ser� complacerlo a �l y no a nosotros mismos. Nuestra carne constantemente reclama exaltarse a s� misma, pero s�lo cuando caminamos en el Esp�ritu no gratificaremos esos deseos de nuestra carne.

©

Similar Posts

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.