Pregunta: “�Qu� eran los 400 a�os de silencio?”

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topreadz.com/Espanol Pregunta: “�Qu� eran los 400 a�os de silencio?” Respuesta: Los 400 a�os de silencio se refieren al tiempo entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, durante el cual, por lo que sabemos, Dios no dijo nada, no hubo ninguna escritura. El periodo de los 400 a�os de silencio empez� con la advertencia al final…

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Pregunta: “�Qu� eran los 400 a�os de silencio?”

Respuesta:
Los 400 a�os de silencio se refieren al tiempo entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, durante el cual, por lo que sabemos, Dios no dijo nada, no hubo ninguna escritura. El periodo de los 400 a�os de silencio empez� con la advertencia al final del Antiguo Testamento: �He aqu�, yo os env�o el profeta El�as, antes que venga el d�a del Se�or, grande y terrible. �l har� volver el coraz�n de los padres hacia los hijos, y el coraz�n de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldici�n” (Malaqu�as 4:5-6) y termin� con la llegada de Juan el Bautista, el antecesor del Mes�as.

En el momento que Malaqu�as hizo la advertencia, cerca del 430 a.C., los jud�os hab�an regresado a Israel del cautiverio en Babilonia (como comerciantes, no como pastores). El Imperio Medo-Persa todav�a gobernaba Israel, y el templo fue reconstruido. Se hab�a restaurado tanto la Ley como el sacerdocio de la l�nea de Aar�n, y los jud�os dejaron de adorar a los �dolos. Sin embargo, la advertencia de Malaqu�as no fue sin causa. Los jud�os maltrataban a sus esposas, se casaban con paganos y no diezmaban, los sacerdotes descuidaban el templo y tampoco ense�aban al pueblo los caminos de Dios. En definitiva, los jud�os no honraban a Dios.

En el 333 a.C. Israel cay� ante los griegos, y en el 323 a.C. cay� ante los egipcios. En general, los jud�os tuvieron un buen trato durante esos reinados, adoptaron la lengua griega y gran parte de las costumbres y modales griegos, llegando a traducir el Antiguo Testamento al griego durante su estad�a en Egipto. Dicha traducci�n, la Septuaginta, se extendi� (y aparece con frecuencia en el Nuevo Testamento).

La ley jud�a y el sacerdocio permanecieron casi intactos hasta que Ant�oco el Grande de Siria conquist� Israel en el 204 a.C. �l y su sucesor, Ant�oco Ep�fanes, persiguieron a los jud�os y comercializaron el sacerdocio, y en el 171 a.C. Ep�fanes profan� el Lugar Sant�simo. Esta profanaci�n provoc� un levantamiento de Judas Macabeo, de la l�nea sacerdotal de Aar�n, y en el 165 a.C. los jud�os recuperaron Jerusal�n y purificaron el templo. Sin embargo, la lucha entre los jud�os y los sirios sigui� hasta que los romanos tomaron el control de Israel en el 63 a.C., cuando Pompeyo entr� en el Lugar Sant�simo, escandalizando y enfadando de nuevo a los jud�os. En el a�o 47 a.C., C�sar nombr� a Ant�patro, un descendiente de Esa�, procurador de Judea, y Ant�patro despu�s nombr� a sus dos hijos como reyes de Galilea y Judea.

Al inicio del Nuevo Testamento, el hijo de Ant�patro, Herodes el Grande, descendiente de Esa�, era rey, y el sacerdocio ten�a motivos pol�ticos y no era de la l�nea de Aar�n. La pol�tica tambi�n tuvo como resultado el desarrollo de dos grandes grupos, los saduceos y los fariseos. Los saduceos estaban a favor de las actitudes y pr�cticas liberales de los griegos. S�lo respetaban la Torah en cuanto a la religi�n, pero, como la mayor�a de los nobles, no cre�an que Dios deb�a participar en el gobierno de la naci�n. Los fariseos eran fan�ticos conservadores que, con la ayuda de los escribas, desarrollaron la ley religiosa a tal punto que las preocupaciones y el bienestar de la gente no ten�an sentido. Adem�s, las sinagogas, los nuevos lugares de culto y actividad social, aparecieron por todo el pa�s, y los asuntos religiosos y civiles fueron gobernados por los Sanedrines menores y mayores, el Sanedr�n mayor estaba compuesto por un sacerdote principal y otros setenta miembros que impart�an justicia, a veces con treinta y nueve latigazos impartidos con toda la fuerza.

Varias profec�as se cumplieron entre la �poca de Malaqu�as y la venida del Mes�as, incluyendo los 2.300 d�as de profanaci�n entre el 171 y el 165 a.C. (Daniel 8:14). Sin embargo, el pueblo no aprovech� ni las profec�as cumplidas ni los 400 a�os que se le dieron al pueblo para estudiar las Escrituras, buscar a Dios (Salmos 43-44) y prepararse para la llegada del Mes�as. De hecho, esos a�os dejaron ciega y sorda a la naci�n hasta el punto de que la mayor�a de los jud�os no pod�an ni siquiera pensar en el concepto de un Mes�as humilde (Zacar�as 9:9; Isa�as 6:10; Juan 12:40).

Han pasado casi dos milenios desde que se complet� el canon del Nuevo Testamento, y aunque la Palabra est� llena de gracia y verdad, y aunque el nacimiento, la vida y la muerte de Jes�s cumplieron una incre�ble cantidad de profec�as, los jud�os como pueblo todav�a tienen que abrir los ojos y los o�dos. Pero Jes�s viene otra vez, y un d�a un remanente ver� y escuchar�.

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