Pregunta: “�Qu� es la doctrina?”

Respuesta:

topreadz.com/Espanol Pregunta: “�Qu� es la doctrina?” Respuesta: La palabra que se traduce como “doctrina” significa “instrucci�n, especialmente en lo que se refiere a la aplicaci�n del estilo de vida”. En otras palabras, la doctrina es la ense�anza que se imparte por una fuente autorizada. En la Biblia, la palabra siempre se refiere a las �reas…

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Pregunta: “�Qu� es la doctrina?”

Respuesta:
La palabra que se traduce como “doctrina” significa “instrucci�n, especialmente en lo que se refiere a la aplicaci�n del estilo de vida”. En otras palabras, la doctrina es la ense�anza que se imparte por una fuente autorizada. En la Biblia, la palabra siempre se refiere a las �reas de estudio relacionadas con lo espiritual. La Biblia dice de s� misma que es “�til para ense�ar, para redarg�ir, para corregir, para instruir en justicia” (2 Timoteo 3:16). Debemos ser cuidadosos con lo que creemos y presentarlo como verdad. Primera de Timoteo 4:16 dice: “Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvar�s a ti mismo y a los que te oyeren”.

La doctrina b�blica nos ayuda a entender la voluntad de Dios para nuestras vidas. La doctrina b�blica nos ense�a la naturaleza y el car�cter de Dios (Salmo 90:2; 97:2; Juan 4:24), el camino de la salvaci�n por medio de la fe (Efesios 2:8-9; Romanos 10:9-10), la instrucci�n para la iglesia (1 Corintios 14:26; Tito 2:1-10) y la norma de santidad de Dios para nuestras vidas (1 Pedro 1:14-17; 1 Corintios 6:18-20). Cuando aceptamos la Biblia como la Palabra de Dios para nosotros (2 Timoteo 3:16; 2 Pedro 1:20-21), tenemos una base s�lida para nuestra doctrina. Puede haber desacuerdo dentro del cuerpo de Cristo sobre puntos secundarios de la doctrina, tales como la escatolog�a, la organizaci�n de la iglesia o los dones del Esp�ritu Santo. Sin embargo, la verdadera doctrina b�blica es la que incorpora “todo el consejo de Dios” (Hechos 20:27) y saca conclusiones basadas en lo que parece m�s acorde con el car�cter de nuestro inmutable Dios (N�meros 23:19; Hebreos 13:8).

No obstante, la Biblia no siempre es el fundamento sobre el que la gente o las iglesias construyen sus declaraciones doctrinales. Nuestra naturaleza pecaminosa no se somete f�cilmente a los decretos de Dios, por eso a menudo escogemos las partes de la Biblia con las que nos sentimos c�modos y descartamos el resto. O sustituimos lo que Dios dice por una doctrina o tradici�n hecha por el hombre. Esto no es nada nuevo. Jes�s reprendi� a los escribas y fariseos por “ense�ar como doctrinas los mandamientos de los hombres” (Marcos 7:7; cf. Isa�as 29:13). La falsa doctrina era com�n en los tiempos del Nuevo Testamento, y las Escrituras nos dicen que continuar� (Mateo 7:15; 2 Pedro 2:1; 1 Juan 4:1). Segunda Timoteo 4:3 dice, “Porque vendr� tiempo cuando no sufrir�n la sana doctrina, sino que teniendo comez�n de o�r, se amontonar�n maestros conforme a sus propias concupiscencias”.

La Biblia da una severa advertencia a aquellos que ense�ar�an una doctrina falsa o incompleta simplemente porque es m�s compatible con las ideas del hombre. Primera de Timoteo 6:3-4 dice: “Si alguno ense�a otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Se�or Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, est� envanecido, nada sabe”. El ap�stol Pablo escribi� palabras duras sobre la perversi�n del evangelio con la falsa doctrina: “No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un �ngel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, tambi�n ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que hab�is recibido, sea anatema” (G�latas 1:7-9).

La doctrina es la cosmovisi�n por la cual gobernamos nuestras vidas. Si nuestra doctrina se basa s�lidamente en las Escrituras, podemos saber que estamos caminando en el camino que Dios dise�� para nosotros. Sin embargo, si no estudiamos la Palabra de Dios por nosotros mismos (2 Timoteo 2:15), somos llevados m�s f�cilmente al error. Aunque hay una variedad de asuntos menores en los que los cristianos no est�n de acuerdo, la verdadera doctrina es m�s clara de lo que muchos insin�an. Segunda de Pedro 1:20 dice: “entendiendo primero esto, que ninguna profec�a de la Escritura es de interpretaci�n privada”. Hay una interpretaci�n correcta de todo lo que Dios dice, y es nuestro trabajo discernir ese significado, no crear una interpretaci�n que se adapte a nuestros gustos. Dios quiere que conozcamos Su coraz�n y nos ha dado Su Palabra sobre la que podemos construir vidas piadosas (ver Mateo 7:24). Cuanto m�s estudiamos la verdadera doctrina, m�s entendemos a Dios y a nosotros mismos.

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