Pregunta: “�Qu� es la feminidad b�blica?”

Respuesta:

topreadz.com/Espanol Pregunta: “�Qu� es la feminidad b�blica?” Respuesta: La feminidad b�blica es el car�cter que distingue a la mujer seg�n la definici�n de la Biblia. Cuando Dios cre� dos g�neros (G�nesis 1:27; 5:2; Mateo 19:4), tambi�n instituy� diferentes funciones para cada g�nero. Dise�� los cuerpos y los cerebros de los hombres y las mujeres para…

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Pregunta: “�Qu� es la feminidad b�blica?”

Respuesta:
La feminidad b�blica es el car�cter que distingue a la mujer seg�n la definici�n de la Biblia. Cuando Dios cre� dos g�neros (G�nesis 1:27; 5:2; Mateo 19:4), tambi�n instituy� diferentes funciones para cada g�nero. Dise�� los cuerpos y los cerebros de los hombres y las mujeres para que funcionaran de manera diferente y cumplieran funciones complementarias. Un hombre no necesita actuar como una mujer porque nunca podr� ser una mujer. Nunca podr� procesar la informaci�n como una mujer, porque su cerebro, su ADN y todo su ser son masculinos. Lo mismo ocurre con las mujeres que intentan ser hombres.

La b�squeda de la feminidad b�blica empieza en el mismo lugar donde empieza la masculinidad b�blica. G�latas 3:28 afirma que “Ya no hay jud�o ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jes�s”. En Cristo, tenemos el mismo valor y la misma responsabilidad de obedecer y servir al Se�or. Todos los mandatos b�blicos sobre la entrega (Romanos 12:1-2), el servicio (Romanos 12:1) y la dedicaci�n (1 Corintios 7:33-35) se aplican por igual a hombres y mujeres.

As� que la instrucci�n b�blica para cualquier mujer que se esfuerce por ser una mujer del tipo de la Biblia comienza con su nuevo nacimiento (Juan 3:3). Debe haberse convertido en una “nueva criatura” en Cristo (2 Corintios 5:17) y tomar en serio las palabras de Jes�s sobre la necesidad de permanecer en �l (Juan 15:1-5). La Palabra de Dios debe ser su autoridad final en la vida porque, si su autoridad no es clara para ella, entonces ella se convertir� en un juez de la Escritura en lugar de dejar que la Escritura la juzgue a ella. Esto lleva al peligro y al posterior fracaso moral (v�ase Romanos 1:22-25).

Un error com�n al hablar de la feminidad b�blica es mezclar los estereotipos culturales con la verdad b�blica. Este error ha impedido a millones de mujeres alcanzar sus sue�os y desarrollar sus dones. Muchas actividades o carreras se consideraban “s�lo para hombres”, y se esperaba que las mujeres se quedaran en casa y cuidaran del hogar. Sin embargo, la feminidad b�blica no significa que toda mujer deba ajustarse a un est�ndar social de feminidad. Para algunas mujeres, asumir su feminidad implica dedicarse a la medicina, la construcci�n o el cumplimiento de la ley porque Dios las ha dotado para servir en esas �reas. Para otras, criar hijos y formar un hogar es la realizaci�n de los deseos que Dios les ha dado.

Primera de Pedro 3:3-4 nos aclara los objetivos de Dios para sus hijas. Aunque Pedro est� hablando espec�ficamente a las esposas, esta instrucci�n se aplica a todas las mujeres que buscan la feminidad b�blica: “Vuestro atav�o no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del coraz�n, en el incorruptible adorno de un esp�ritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios”. La Biblia no da instrucciones similares a los hombres, lo que demuestra la comprensi�n que Dios tiene de las mujeres que ha creado. �l sabe que las mujeres generalmente se enfocan m�s en su apariencia externa que la mayor�a de los hombres. Tambi�n sabe que la belleza f�sica de una mujer es a menudo explotada, rebajada y utilizada con fines ego�stas. Por eso le hace saber que su verdadera belleza no se encuentra en el exterior. �l quiere que Sus hijas profundicen para encontrar el reflejo de S� mismo que �l puso dentro de ellas.

El pasaje de 1 Pedro no es una condena de la belleza exterior, sino una reorientaci�n del enfoque. Un rostro de modelo con un esp�ritu grosero y mezquino no atrae a la gente por las razones correctas (Proverbios 31:30). Una apariencia atractiva pierde r�pidamente su atractivo para los m�s allegados a una mujer de mal car�cter. Pero una mujer que camina con Dios irradia la gloria de Dios a todos los que conoce. Una mujer que modela la feminidad b�blica tiene un esp�ritu gentil y tranquilo, pero tambi�n puede liderar una corporaci�n, dirigir un equipo de mantenimiento o descubrir curas m�dicas. De hecho, cuando ella permite que el Esp�ritu Santo la controle, Dios bendice sus dones naturales para lograr a�n m�s de lo que hubiera podido lograr si hubiera tratado de hacerlo a su manera. Cuando una mujer dirige su atenci�n a la belleza de su alma, su atractivo se convierte en una causa de su exaltaci�n en lugar de su explotaci�n. Cuando se concentra en desarrollar la bondad, la mansedumbre y el autocontrol (G�latas 5:22), se asemeja m�s a Jes�s, cuyo atractivo no era exterior; sin embargo, el mundo nunca ha producido tal belleza (Isa�as 53:2).

Ya que la mayor�a de las mujeres ser�n esposas en alg�n momento de su vida, la feminidad b�blica afecta a la relaci�n esposo/esposa. Seg�n las Escrituras, el papel de la esposa es diferente al del marido, pero no inferior. Efesios 5:22-23 es el pasaje m�s citado en cuanto al papel de la esposa: “Las casadas est�n sujetas a sus propios maridos, como al Se�or, porque el marido es cabeza de la mujer, as� como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y �l es su Salvador”. Sin embargo, nos equivocamos cuando tratamos este pasaje como un mandamiento independiente para las mujeres. Est� ubicado entre mandatos a�n m�s fuertes para la iglesia en general. El vers�culo 21 comienza esta secci�n con: “Someteos unos a otros en el temor de Dios”. El resto de la secci�n instruye a los maridos “amad a vuestras mujeres, as� como Cristo am� a la iglesia y se entreg� a s� mismo por ella” (vers�culo 25). El mandato para las esposas no es m�s que un reflejo de la actitud que debe adoptar todo creyente (Filipenses 2:3). Cuando un esposo piadoso ama a su esposa de la manera en que Cristo ama a la iglesia, una esposa piadosa no tiene mucha dificultad en someterse a su liderazgo.

La feminidad b�blica es m�s que una carrera profesional o la capacidad de reproducirse y criar. Y es que cada ser humano es portador de una faceta �nica de la propia naturaleza de Dios (G�nesis 1:27), y lo glorificamos reflejando esa naturaleza al mundo. Las mujeres pueden revelar la gloria de Dios en formas �nicas para su g�nero, al igual que los hombres. En estos tiempos confusos en los que la identidad de g�nero se ha convertido en una cuesti�n de preferencia, es fundamental que aquellos que conocen y aman a Dios y a Su Palabra se mantengan fundados en Su verdad. Dios dise�� a los hombres para reflejar Su gloria a trav�s de la hombr�a b�blica. �l dise�� a las mujeres para reflejar otros aspectos de Su gloria a trav�s de la feminidad b�blica. Cuando todos buscamos honrarlo en cada parte de nuestras vidas, viviremos armoniosamente, cumpliendo roles que se complementan mientras llevamos a cabo la misi�n que Jes�s nos dio a todos (Mateo 28:19).

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