Pregunta: “�Qu� podemos aprender de la tribu de Lev� / los levitas?”

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topreadz.com/Espanol Pregunta: “�Qu� podemos aprender de la tribu de Lev� / los levitas?” Respuesta: El patriarca Jacob, justo antes de morir, bendijo a cada uno de sus doce hijos. Los doce hijos eran los padres de las doce tribus de Israel, y las bendiciones conten�an informaci�n prof�tica sobre el futuro de cada tribu. En el…

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Pregunta: “�Qu� podemos aprender de la tribu de Lev� / los levitas?”

Respuesta:
El patriarca Jacob, justo antes de morir, bendijo a cada uno de sus doce hijos. Los doce hijos eran los padres de las doce tribus de Israel, y las bendiciones conten�an informaci�n prof�tica sobre el futuro de cada tribu. En el caso de la tribu de Lev�, que estaba unida en la profec�a a la tribu de Sime�n, Jacob profetiz� “Sime�n y Lev� son hermanos; armas de iniquidad sus armas. En su consejo no entre mi alma, ni mi esp�ritu se junte en su compa��a. Porque en su furor mataron hombres, y en su temeridad desjarretaron toros. Maldito su furor, que fue fiero; y su ira, que fue dura. Yo los apartar� en Jacob, y los esparcir� en Israel” (G�nesis 49:5-7). Adem�s de referirse al futuro de la tribu de Lev�, la profec�a contiene varias lecciones para todos nosotros.

Jacob lanz� una maldici�n sobre el enojo de Lev� (y Sime�n) en parte por la destrucci�n traicionera y violenta de los siquemitas (G�nesis 34:24-30). La ira de Lev� fue mala porque se caracteriz� por actos de ferocidad y crueldad. La ira y la indignaci�n justas, como las que Jes�s mostr� al limpiar el Templo, por ejemplo, nunca se caracterizan por la crueldad. Las espadas de Lev�, que solo deb�an ser armas de defensa, fueron armas de violencia, para hacer da�o a los dem�s, no para salvarse del mal o para proteger a los inocentes.

La declaraci�n de Jacob: “Los apartar� en Jacob y los esparcir� en Israel” ciertamente se cumpli�. La tribu de Lev� fue dispersada por Israel. Pero por la gracia de Dios y por Su fidelidad a Dios (�xodo 32:26-29) se convirtieron en la tribu sacerdotal y en los habitantes de las ciudades de refugio. Nunca tuvieron su propia tierra como las otras tribus, pero el oficio sacerdotal de Lev� era un privilegio.

Como cristianos, podemos aprender de la tribu de Lev� que la ira descontrolada puede causar muchos pecados. La ira provoca la devastaci�n, a veces con consecuencias irreparables. La afirmaci�n de Jacob “En su consejo no entre mi alma, Ni mi esp�ritu se junte en su compa��a” tambi�n es una lecci�n para nosotros. No debemos aceptar el consejo de las personas enojadas porque son inestables y muestran una falta de control de sus emociones. Cuando la ira es un atributo que nos define, es una clara muestra de la falta del don espiritual del autocontrol que caracteriza a todos los creyentes (G�latas 5:22-23). Una persona iracunda es un mal consejero y, de hecho, su compa��a debe ser evitada, especialmente cuando el pecado de la ira no es confesado y no hay un intento de manejarlo de forma correcta.

Finalmente, la principal lecci�n de la tribu de Lev�, para los cristianos, es la restauraci�n del pecador a la posici�n privilegiada de los hijos de Dios. A trav�s de la intercesi�n sumo sacerdotal de Cristo, que sustituy� Su justicia por nuestros pecados en la cruz (2 Corintios 5:21), nos convertimos en una naci�n de sacerdotes por derecho propio. “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, naci�n santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunci�is las virtudes de aquel que os llam� de las tinieblas a su luz admirable” (1 Pedro 2:9).

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