Pregunta: “�Qui�n es Joel Osteen? �Son b�blicas sus ense�anzas?”

Respuesta:

topreadz.com/Espanol Pregunta: “�Qui�n es Joel Osteen? �Son b�blicas sus ense�anzas?” Respuesta: Joel Osteen es el pastor de la mayor iglesia de Estados Unidos, Lakewood Church, en Houston (Texas). Su esposa, Victoria, es copastora. Los Osteen ense�an un mensaje de “esperanza, sanidad y perd�n” (del sitio web oficial de Lakewood Church). El programa de televisi�n de…

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Pregunta: “�Qui�n es Joel Osteen? �Son b�blicas sus ense�anzas?”

Respuesta:
Joel Osteen es el pastor de la mayor iglesia de Estados Unidos, Lakewood Church, en Houston (Texas). Su esposa, Victoria, es copastora. Los Osteen ense�an un mensaje de “esperanza, sanidad y perd�n” (del sitio web oficial de Lakewood Church). El programa de televisi�n de Osteen lo ven 20 millones de personas cada mes en casi 100 pa�ses de todo el mundo. En 2004, Joel public� el exitoso libro Su Mejor Vida Ahora: 7 Pasos Para Vivir Su M�ximo Potencial. Los padres de Joel Osteen, John y Dodie Osteen, fundaron la iglesia Lakewood en 1959 y promovieron el ministerio a trav�s de una transmisi�n televisiva. Joel se involucr� en la producci�n de medios de comunicaci�n, supervisando las transmisiones de la iglesia desde 1982, pero, cuando John muri� en 1999, Joel acept� el cargo de pastor principal de Lakewood.

La doctrina b�sica de Joel Osteen, tal como se resume en el sitio web de su iglesia, es bastante ortodoxa: se afirma la inerrancia e inspiraci�n de la Biblia, la naturaleza trina de Dios y la salvaci�n por la fe en Cristo. Los problemas doctrinales vienen en otras �reas.

Aunque la iglesia de Lakewood no tiene denominaci�n, las ense�anzas de Osteen est�n enraizadas en el pentecostalismo, y ense�a que la sanidad f�sica y el bienestar fueron proporcionados en la expiaci�n de Cristo. “Jes�s vino para que tuvi�ramos una vida m�s abundante. Vino a cargar con nuestras debilidades, nuestra enfermedad, nuestro dolor, para que podamos caminar en total libertad, paz, poder y prop�sito” (del sitio web oficial de la Iglesia de Lakewood).

Todo lo que Joel y Victoria Osteen ense�an es el evangelio de la prosperidad: La voluntad de Dios es que seamos bendecidos con cosas materiales, una visi�n que contradice 1 Timoteo 6:6. Como dice el sitio web de la Iglesia de Lakewood: “Para tener �xito en tu camino con Dios, comprom�tete a honrar a Dios con tus finanzas. Cuando te comprometes a dar al Se�or el primer 10% de tus ingresos, Dios promete que derramar� bendiciones que no podr�s contener. El diezmo es la primera clave para la prosperidad financiera”. El sitio web de Lakewood cita entonces el texto de prueba favorito para esta ense�anza, Malaqu�as 3:10. Es un excelente ejemplo de sacar de contexto las promesas del Antiguo Pacto a Israel para aplicarlas a los creyentes del Nuevo Pacto.

Otro problema en el mensaje de Osteen es que promueve la teolog�a de la palabra de fe – decl�ralo y recl�malo: “Tenemos que concebirla en el interior antes de recibirla en el exterior”, escribe Osteen. “Si no crees que puedes tener algo bueno, entonces nunca lo tendr�s. La barrera est� en tu mente. . . . Tu propio pensamiento equivocado puede alejarte de lo mejor de Dios. . . . Para experimentar el inconmensurable favor [de Dios], debes deshacerte de ese pensamiento mezquino y empezar a recibir las bendiciones de Dios, comenzar a buscar el ascenso y el aumento sobrenatural. Debes concebirlo en tu coraz�n antes de poder recibirlo. En otras palabras, debes crear un aumento en tu propio pensamiento, y luego Dios har� que esas cosas sucedan” (del libro Su Mejor Vida Ahora, cap�tulo 1). No hay nada b�blico en esa ense�anza. No hay ning�n poder inherente en el pensamiento positivo, y no creamos nuestras propias realidades. Dios no es nuestro sirviente, esperando que encendamos nuestra imaginaci�n para que pueda colmarnos de bienes materiales. Jes�s dijo a Sus seguidores que “renuncien a todo lo que poseen” (Lucas 14:33), no que busquen obtener m�s.

A menudo, Osteen suena como un coach de vida inspirador, en vez de un predicador del evangelio. Muchas veces predica sobre c�mo la gente puede mejorar su vida, ser pr�spera y experimentar la felicidad. En el mensaje optimista de Osteen no se menciona el pecado ni el arrepentimiento. La expiaci�n de Cristo nos proporciona la sanidad y la vida abundante, seg�n Osteen, pero aparentemente recibir el perd�n de un Dios santo no es necesario.

En muchas entrevistas y escritos, Osteen no ha proclamado que Jes�s es el �nico camino al cielo. En repetidas ocasiones se ha negado a estar de acuerdo con las ense�anzas de la Biblia de que ciertos comportamientos son pecaminosos. El entrevistado no es un nuevo converso; es el l�der de una iglesia de decenas de miles de personas. Osteen no se atreve a apoyar las doctrinas fundamentales de la fe que dice predicar. Sus palabras comunican relativismo y demuestran una pobre comprensi�n de la Biblia.

Cuando no se habla del pecado -y Osteen no lo hace a prop�sito- no se est� predicando todo el evangelio. Cuando en ocasiones o casi nunca se llama al pecado por su nombre, no se est� ayudando a nadie, y menos al pecador que est� esclavizado al pecado (Juan 8:34; 2 Corintios 4:3). La ense�anza de Joel Osteen nos llevar�a a creer que estamos siendo salvos de la infelicidad y el fracaso en la vida, no del pecado y la ira de Dios. Osteen no ense�a que necesitamos un rescate divino del juicio, sino simplemente un plan de superaci�n personal.

Escuchando a Osteen, una persona pensar�a que Dios quiere principalmente hacer ricos a los pobres, felices a los tristes y seguros de s� mismos a los inseguros. Pero, seg�n la Biblia, Dios quiere principalmente hacer que los muertos vivan (Juan 5:24), que los malvados sean justos (Mateo 9:13) y que sus enemigos sean sus amigos (Romanos 5:10). La felicidad, la seguridad en s� mismo y la prosperidad eterna, seg�n la Biblia, vienen como resultado de la sumisi�n a la voluntad de Dios, empezando por la salvaci�n (Mateo 6:33), y siempre en el contexto de Su voluntad (Hebreos 10:36).

A los creyentes del Nuevo Testamento nunca se les promete salud y riqueza en el aqu� y ahora. Nuestra herencia “est� guardada en el cielo” para nosotros (1 Pedro 1:4). Predicar un evangelio de auto-motivaci�n y ganancia financiera es una visi�n de corto alcance, ya que se centra en este mundo, que es pasajero (1 Juan 2:17). Es mejor predicar la necesidad de arrepentimiento y fe y dejar el resto a Dios (Marcos 1:15).

El mensaje de Osteen es dulce, atractivo y bonito. Viene con la sonrisa del mill�n de d�lares, una raci�n abundante de bienestar y toda la motivaci�n de los mejores gur�s de la autoayuda. Ese mensaje es tambi�n hueco, d�bil y carente de cualquier valor real. Se omite lo m�s importante del evangelio, supuestamente para agrandar el atractivo de su ministerio. Cualquiera que dependa de ese mensaje, sin reconocer lo que falta, se va a encontrar espiritualmente hambriento, frustrado y en una situaci�n desesperada cuando ocurra un verdadero desastre.

Lo que Joel Osteen impulsa es una c�scara de cristianismo b�blico leg�timo, en el mejor de los casos, y una peligrosa falsificaci�n en el peor. Cuando todo lo que tienes que ofrecer es materialismo y emoci�n, no eres un evangelista. Eres un orador motivacional que toma prestada la terminolog�a religiosa. Nada de lo que diga Osteen va a ayudar a una persona con preguntas leg�timas sobre la fe y la salvaci�n. Su mensaje no va a construir verdaderos disc�pulos; su contenido no es mayor para el creyente que para el incr�dulo. Tampoco su mensaje va a sostener la fe en una crisis. Cuando las cosas van mal, la gente se da cuenta r�pidamente de que las bendiciones de Dios no llegan simplemente porque tengan pensamientos positivos. Y si la prosperidad personal es la medida de su �xito como cristiano, entonces las ense�anzas de Osteen simplemente los han preparado para una ca�da.

Un verdadero predicador del evangelio no evita ning�n tema, especialmente los cruciales como el pecado y la moralidad, simplemente porque a algunas personas no les gusta escucharlo. Y los verdaderos hombres de Dios no enfatizan el �xito material y las emociones positivas por encima de la verdad. Sinceros o no, honestos o no, bien intencionados o no, Joel y Victoria Osteen no est�n predicando el evangelio, y tampoco lo hacen otros maestros de la prosperidad. Osteen y los de su clase no deber�an recibir el apoyo de aquellos que aman la verdad espiritual y se preocupan por los perdidos.

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