Pregunta: “Si Dios es amor, �por qu� condena la homosexualidad?”

Respuesta:

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Pregunta: “Si Dios es amor, �por qu� condena la homosexualidad?”

Respuesta:
Un argumento com�n para la aceptaci�n de la homosexualidad y el matrimonio entre personas del mismo sexo es que, si Dios es amor, no condenar�a el amor de los dem�s. El mayor problema con esto es de qu� tipo de “amor” estamos hablando.

Primera de Juan 4:8 dice: “El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor”. El “amor” al que se hace referencia aqu� es el griego agape. Este tipo de amor es el acto consciente de sacrificar los propios deseos, la comodidad e incluso el bienestar por el bien de otro. Es el amor que envi� a Jes�s a morir en la cruz por nuestros pecados (Romanos 5:8). Y el amor que hizo que Dios lo enviara (Juan 3:16). La mayor realizaci�n de este amor es sacrificar la propia vida por otro (Juan 15:13).

La pregunta, entonces, es �qu� constituye el bienestar de otro? El mundo y tal vez incluso nuestra propia sensibilidad podr�an decir que permitir que otro viva en una relaci�n homosexual es velar por su bienestar. La Biblia dice lo contrario. Romanos 1:26 dice que es vergonzoso y deshonroso. Primera de Corintios 6:9 dice que esto alejar� a una persona del reino de Dios. Primera Corintios 6:18 dice que el comportamiento homosexual es un pecado contra el propio cuerpo.

Si esto es cierto y la conducta homosexual es una deshonra, una separaci�n de la bendici�n de Dios y un da�o a uno mismo, entonces lo que hay que hacer amorosamente es mantenerse alejado de ella. Motivar a otros para que se entreguen al pecado es animarlos a rechazar las bendiciones de Dios en sus vidas. Es lo contrario del amor.

Dicho esto, los que tienen atracciones homosexuales tienen una necesidad desesperada de amor. Aunque est�n de acuerdo con la Biblia en que la homosexualidad es un pecado y decidan no buscar la satisfacci�n de sus deseos sexuales, deben encontrar amor en otras relaciones: el amor abnegado de �gape y la compa��a amistosa de phileo. Cuando se satisfacen nuestras necesidades emocionales y sociales de amor, es menos probable que busquemos satisfacci�n en formas no b�blicas. No es diferente para los heterosexuales solteros que para los que tienen atracci�n homosexual.

�Puede alguien con atracci�n sexual hacia el mismo sexo ser sanado y convertirse en heterosexual tanto en pensamiento como en deseo y acci�n? Es posible, pero no es seguro. Ser salvado y perdonado no le libra a uno de la tentaci�n. Para el creyente, mientras la atracci�n por el mismo sexo est� presente, la abstinencia es crucial, como lo es para cualquiera que no est� en un matrimonio heterosexual. Los creyentes no deben aprobar las relaciones sexuales fuera de un matrimonio heterosexual, aunque muestren el amor agape y phileo.

Es una mentira que todos los seres humanos necesitan satisfacci�n sexual (Mateo 19:12). Es una mentira que el sexo equivale al amor. El Dios que nos cre� insiste en que el sexo es una expresi�n de amor entre un hombre y una mujer casados. Fuera de ese contexto, el sexo es da�ino y muy poco amoroso. Si amamos a los dem�s, no los animaremos a pecar, haci�ndoles da�o. En cambio, seguiremos el mayor mandamiento y les brindaremos el verdadero amor que necesitan de nosotros.

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