¿Quién puede decir qué es lo halal (permitido) y qué es lo haram (prohibido)?

Pregunta Assalamo ‘aleicum. ¿Cómo podemos hacer cosas haram o halal (tales como fumar, o evitar impuestos) cuando Allah (glorificado sea) es el único que puede decir qué es permitido y qué es prohibido? Alabado sea Dios. Allah, exaltado sea, dice (interpretación del significado): “Ciertamente el juzgaros compete a Allah, Quien ordenó que no adoréis a…

Pregunta

Assalamo ‘aleicum. ¿Cómo podemos hacer cosas haram o halal (tales como fumar, o evitar impuestos) cuando Allah (glorificado sea) es el único que puede decir qué es permitido y qué es prohibido?

Alabado sea Dios.

Allah, exaltado sea,
dice (interpretación del significado):

“Ciertamente el
juzgaros compete a Allah, Quien ordenó que no adoréis a nada ni nadie
excepto a Él” (Yusuf 12:40).

“No prohibáis lo
lícito ni permitáis lo ilícito, inventando mentiras acerca de Allah. Quienes
inventen mentiras acerca de Allah no tendrán éxito” (an-Nahl 16:116).

“Diles ¡Oh,
idólatras!: Allah os ha provisto de sustento, pero vosotros considerasteis
lícito una parte y prohibisteis otra. Decidme: ¿Acaso Allah os concedió
autoridad para ello, o inventáis mentiras acerca de Allah?” (Yunus 10:59).

Corresponde sólo a Allah
decir qué está permitido y qué prohibido, porque Él es El Legislador, y no
hay otro aparte de Él. Cuando decimos que algo es haram o halal, nos
referimos al Libro de Allah y a la Tradición (sunnah) de Su Mensajero (que
la paz y las bendiciones de Allah sean con él). Nos remitimos a los reportes
de sus compañeros (que la paz y las bendiciones de Allah sean con ellos) y a
los tabi’ín (la generación posterior a sus compañeros), que Allah esté
satisfecho de todos ellos, a los comentarios de estos Sálaf (primeras tres
generaciones del Islam) sobre los textos del Corán y la Sunnah, o a las
opiniones y el esfuerzo intelectual (iytihad) de los eruditos.

No es permisible para
nosotros prohibirnos o permitirnos lo que deseamos. Cuando surgen nuevos
problemas, si no encontramos un texto en el Corán y la Sunnah, ni en los
dichos de los eruditos de los Sálaf, o de los eruditos de Ahl as-Sunnah wal
Yáma’ah que nos precedieron, entonces debemos remitirnos a los eruditos
contemporáneos confiables y a la gente de conocimiento, como Allah nos
ordenó (interpretación del significado): “…entonces, consulta a aquellos que
conocen las Escrituras” (an-Náhl 16:43). Estos son los eruditos, quienes
haciendo un esfuerzo intelectual (iytihad), examinan los asuntos y hacen
analogías (qiyás) con los textos existentes del Islam, tomando en
consideración los principios necesarios, y tomando nota de lo que es
perjudicial y lo que es beneficioso, de los intereses generales de la
Shari’ah y basándose en sus principios generales, tal como dice la aleia
(interpretación del significado): “y quienes crean en él” (es decir, todas
las cosas buenas y lícitas, sean actos, creencias, personas, comidas, etc.)
(al-A’raf 7:157), y en el hadiz, “No debe haber daño, unilateral ni
recíproco” (reportado por Ibn Mayah, 2331), y evitando los caprichos y
deseos personales. Cada cosa que se prueba que es perjudicial es haram, y
cada cosa buena y beneficiosa es halal. Si no hay certeza de si es
perjudicial o beneficioso, entonces la regla general es que es permisible
(mubah).

Y Allah sabe más.

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