Pregunta: “�De d�nde vino el pecado?”

Respuesta:

topreadz.com/Espanol Pregunta: “�De d�nde vino el pecado?” Respuesta: Dios no cre� el pecado, pero cre� seres con libre albedr�o que tienen la capacidad de pecar. Esto incluye a Satan�s, los �ngeles ca�dos (demonios) y los seres humanos. Para ser claros, el pecado es no cumplir con las normas de Dios. El pecado no es una…

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Pregunta: “�De d�nde vino el pecado?”

Respuesta:
Dios no cre� el pecado, pero cre� seres con libre albedr�o que tienen la capacidad de pecar. Esto incluye a Satan�s, los �ngeles ca�dos (demonios) y los seres humanos. Para ser claros, el pecado es no cumplir con las normas de Dios. El pecado no es una entidad o una cosa que “existe”; no se trata de un ser independiente. Por el contrario, el pecado es una falta de algo, un fracaso en obedecer completamente la ley de Dios y vivir a la altura de Su gloria (Romanos 3:23).

Cuando cre� el universo y nuestro mundo, “Y vio Dios todo lo que hab�a hecho, y he aqu� que era bueno en gran manera” (G�nesis 1:31; cf. 1 Timoteo 4:4). Esta creaci�n “muy buena” inclu�a a la humanidad y al �ngel que m�s tarde se conocer�a como Satan�s. En ese momento, ning�n ser humano o �ngel hab�a pecado a�n, pero ten�an el potencial de hacerlo. Dios no cre� a ning�n ser pecador, no obstante, un grupo de �ngeles se rebel� contra Dios en el cielo y se hizo pecador.

La ca�da de Satan�s del cielo se describe simb�licamente en Isa�as 14:12-14 y Ezequiel 28:12-19. Un �ngel llamado Lucifer quer�a “Subir� al cielo” y estar “en lo alto, junto a las estrellas de Dios” (Isa�as 14:13). El vers�culo 14 a�ade que deseaba hacerse “semejante al Alt�simo”. Dios juzg� a Lucifer apart�ndolo de la presencia permanente de Dios (Isa�as 14:15). Ese �ngel ca�do se conoce ahora como Satan�s (“adversario”) o el diablo (“calumniador”).

En Ezequiel, encontramos que Satan�s fue creado como un �ngel perfecto, sabio y hermoso (Ezequiel 28:14). Despu�s, Satan�s se rebel�: “Perfecto eras en todos tus caminos desde el d�a que fuiste creado, hasta que se hall� en ti maldad” (vers�culo 15). Fue entonces cuando la situaci�n cambi�. La Escritura insin�a la raz�n por la que Satan�s eligi� pecar: “Se enalteci� tu coraz�n a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabidur�a a causa de tu esplendor” (vers�culo 17; cf. 1 Timoteo 3:6). La ca�da de Satan�s tuvo lugar en alg�n momento antes de que viniera como serpiente a tentar a Eva en el Jard�n del Ed�n en G�nesis 3. Despu�s de ser arrojado a la tierra (Ezequiel 28:17), Satan�s tent� a la humanidad a pecar, y ha continuado con esa pr�ctica desde entonces (ver Mateo 4:1-11).

Desde el pecado de Ad�n, los seres humanos han heredado la corrupci�n espiritual de Ad�n y han nacido con una naturaleza pecaminosa. Por naturaleza estamos inclinados a pecar (Romanos 6 – 7; Santiago 1:13-15). Sin embargo, en Cristo Jes�s podemos ser perdonados de nuestros pecados. “Al que no conoci� pecado [Jes�s], por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fu�semos hechos justicia de Dios en �l” (2 Corintios 5:21). Recibimos el perd�n de la pena eterna del pecado cuando ponemos nuestra fe en Jes�s. Tambi�n recibimos la libertad de la esclavitud del pecado y podemos aprender, someti�ndonos al Esp�ritu Santo, a vivir con justicia. Este proceso de actuar menos como Ad�n y m�s como Cristo se llama santificaci�n.

Algunos se han preguntado por qu� Dios cre� seres que pod�an pecar. �Por qu� no cre� a los �ngeles y a los humanos sin la capacidad de pecar? La alternativa ser�a crear seres incapaces de elegir el bien y el mal. Pero, en ese caso, los �ngeles y los humanos ser�an como robots, incapaces de mostrar realmente amor y afecto al Se�or. Dios podr�a hacer que no se pudiera pecar, o podr�a hacer que los seres fueran libres de elegir, pero l�gicamente no podr�a hacer ambas cosas. Sin la capacidad de elegir, ning�n ser humano puede tener una relaci�n plena con Dios. Nunca habr�a una experiencia importante de Su misericordia y amor, de Su justicia y rectitud. La plenitud de la naturaleza y la gloria de Dios no podr�an mostrarse.

La existencia del pecado es negativa (Romanos 6:23), pero no es el final de la historia. Satan�s ser� finalmente derrotado. Su fin ha sido declarado, y su maldad no continuar� para siempre (Apocalipsis 20:7-10). Mediante la fe en Jesucristo, podemos recibir el perd�n de los pecados y la restauraci�n de la comuni�n con Dios (Juan 3:16; Efesios 2:8-9). Esta relaci�n proporciona la vida eterna, as� como la vida abundante a trav�s de nuestra relaci�n con el Se�or (Juan 10:10). Jes�s conquista el pecado y la muerte y nos lleva a una relaci�n plena con Dios que s�lo podemos llegar a imaginar (1 Corintios 15:50-58; Apocalipsis 21 – 22).

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