Pregunta: “�C�mo encaja la Explosi�n C�mbrica dentro del marco del creacionismo de la tierra joven?”

Respuesta:

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Pregunta: “�C�mo encaja la Explosi�n C�mbrica dentro del marco del creacionismo de la tierra joven?”

Respuesta:
La corteza terrestre est� formada por muchas capas de roca f�sil. Antes se cre�a que la capa de roca f�sil m�s profunda era la del C�mbrico y que la roca Prec�mbrica no ten�a ning�n resto f�sil. Ahora se sabe que en realidad hay algunos, pero muy pocos, f�siles primitivos en el Prec�mbrico. Pero no es hasta la capa del C�mbrico cuando encontramos un s�bito estallido de vida.

La “Explosi�n C�mbrica” se refiere a la repentina aparici�n de la mayor�a de los filos animales conocidos en el mundo, todo dentro de un per�odo muy breve de tiempo geol�gico (seg�n el est�ndar convencional). La aparici�n repentina de tantas innovaciones importantes en las estructuras b�sicas de las formas animales conocidas siempre ha sido algo problem�tico para la teor�a de Darwin de la evoluci�n gradual. Pero, �c�mo encaja la Explosi�n C�mbrica dentro del marco del creacionismo de la tierra joven?

La posici�n de la tierra vieja es que la gran mayor�a de los estratos de la tierra representan largas �pocas de tiempo, normalmente millones de a�os, y que los f�siles encontrados en las capas inferiores evolucionaron antes que los encontrados en las capas superiores. La posici�n de la Tierra joven es que casi todos los estratos, desde el C�mbrico en adelante, se depositaron en una sucesi�n relativamente r�pida como resultado de un diluvio global catastr�fico y de los desastres naturales posteriores, y que el orden en el que se encuentran los f�siles es el resultado de la mec�nica hidrol�gica (la clasificaci�n hidrol�gica, por ejemplo, el fen�meno por el que la suciedad se asienta espont�neamente en capas despu�s de ser levantada por el agua).

La presencia notoria de muchos de los filos animales conocidos del mundo en la capa inferior no demuestra ni rechaza una posici�n u otra. Por eso, los defensores de la Tierra joven se apoyan en otras evidencias f�sicas para defender su postura, como los f�siles de poliestratos (es decir, f�siles que atraviesan varios estratos), los f�siles y estratos extraviados o perdidos, la falta de erosi�n entre estratos, la falta de bioturbaci�n, los planos de estratificaci�n no alterados, la extensi�n limitada de las discordancias, la deformaci�n de los sedimentos blandos y las caracter�sticas superficiales bien conservadas entre capas, etc.

Por ejemplo, hay muchos f�siles que est�n fuera de lugar. A veces, capas de roca que contienen lo que se cree que son f�siles m�s antiguos se encuentran encima de capas de roca que contienen lo que se cree que son f�siles m�s j�venes (los f�siles m�s j�venes deber�an estar encima). La soluci�n para los ge�logos darwinistas es argumentar que los estratos que contienen los f�siles mal colocados fueron desordenados por alg�n proceso geol�gico natural. Luego reorganizan los f�siles y las capas rocosas discrepantes utilizando de forma l�gica el supuesto orden en el que se supone que evolucionaron las criaturas; es decir, se supone que este organismo evolucion� antes que �ste, por lo que va aqu� abajo, mientras que este organismo supuestamente evolucion� despu�s de �ste, por lo que va aqu� arriba, etc. Los bi�logos darwinistas se dan la vuelta y utilizan la progresi�n evolutiva organizada por los ge�logos como prueba de la progresi�n evolutiva que los ge�logos utilizaron para organizar los estratos. Esto es, por supuesto, un razonamiento circular.

En resumen, cada punto de vista, ya sea el creacionismo de la tierra joven, el creacionismo de la tierra vieja o la evoluci�n darwiniana, tiene dificultades para explicar la Explosi�n C�mbrica. Sin embargo, la Explosi�n C�mbrica no se contradice con el creacionismo de la tierra joven. De hecho, el creacionismo de la tierra joven quiz�s tenga la explicaci�n m�s clara para la Explosi�n C�mbrica, la del diluvio global. Independientemente de lo anterior, la evidencia de la Explosi�n C�mbrica no es una raz�n para dudar de la veracidad del relato de la creaci�n de G�nesis (cap�tulos 1-2, 6-8 de G�nesis).

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